jueves, 17 de febrero de 2011

NOTHING HAS CHANGED: Ruleta rusa

Vi a Parker acercarse hacia mí, parecía preocupado. Yo había estado intentando aparentar serenidad, no quería preocuparlo, así que mientras él seguía preparando todo lo necesario para llevarse, yo había tratado de mantener mi mente ocupada haciendo lo que mejor sabía hacer: mis labores de FBI.
Obligué a mi cerebro a volver a estudiar el caso en el que estábamos centrados en el Jeffersonian: la muerte de un joven en una estación de tren que parecía estar relacionada con la muerte de otro joven en una estación paralela con solo dos día de diferencia.
Aunque ponía todos mis esfuerzos en ello, no lo lograba, me cerebro no podía olvidar aquella discusión y la marcha repentina de Hannah. Mis ojos comenzaron a humedecerse sin poder hacer nada por evitarlo, me sentí la peor persona existente en la faz de la Tierra: había destrozado a Brennan al no poderle corresponder como se lo merecía, y había apartado a Hannah de mi lado. En ese momento llegó Parker y me vio con los ojos hinchados y algo pálido.

- Parker: Papá, ¿te encuentras bien? ¿Ha ocurrido algo?
- Booth: No, no ha pasado nada. Estoy bien, solo es que me siento un poco cansado, tengo mucho trabajo- le dije esbozando una sonrisa para tranquilizarlo.
- Parker: ¿Dónde está Hannah?- me dijo con un tono de sospecha que me hizo estremecer. Parker era muy listo y se daba cuenta de las cosas pese a ser, aún, pequeño.
- Booth: Ha tenido que volver de nuevo a Afganistán, no sabe cuando volverá- le dije intentando disimular la tristeza de mi voz.
- Parker: ¿Por qué no me habéis avisado? Me hubiese gustado despedirme de ella- me dijo mirándome fijamente a los ojos.
- Booth: Recibió la noticia hace una media hora. Solo tuvo tiempo de preparar lo necesario e irse. Me dijo que te despidiera de ella- vi como Parker parecía entenderlo, al fin y al cabo, era solo un niño- No te preocupes por ella, estará bien, es una mujer muy fuerte.
- Parker: Como la doctora Brennan.
- Booth: Sí, como Brennan- le dije sorprendido ante la comparación de Parker.

Sus palabras me habían devuelto al cerebro aquellas frase de la carta, que ahora sonaban con más insistencia en mi mente: “Solo deseo que seas feliz con Hannah. No soportaría ver como te romper el corazón...” Nunca antes había extrañado tanto a Bones como en ese momento. Deseaba verla y poder hablar con ella como lo hacíamos antes de que nuestras vidas hubiesen dado un giro de 180º tras el año alejados yo de ella y ella de mí. Sin embargo, no podía hacer como si nada hubiera ocurrido, no podía contarle a Bones la verdad como si fuese una simple amiga en la que puedes confiar y con la que puedes hablar sin temor a su respuesta, no podía hacerla sufrir más, ella debía rehacer su vida, recomponer los pedazos en los que yo había roto su corazón, y no tenía derecho a interponerme en su camino.

Ding Dong, Ding Dong, …

Me puse en pie de inmediato, obviando la cara de asombro que se le quedó a Parker al verme saltar y salir de mi ensimismamiento.
Me dirigí hacia la entrada de la casa y abrí la puerta:

- Booth: Hola Rebeca, no te esperaba tan pronto.
- Rebeca: ¿Llego en mal momento?
- Booth: No, está bien, pasa- le dije invitándola a entrar.
- Rebeca: No te molestaré, solo venía a decirte que a John le pareció buena idea almorzar en el restaurante Peter's House con Parker, y venía a ver si aún no ha almorzado y se puede venir.
- Booth: Pues llegas justo a tiempo. Parker se estaba preparando, ya te lo puedes llevar- le dije mientras Parker cogía la cámara de fotos que Hannah le había regalado.
- Parker: Haré muchas fotos y se la mandaré a Hannah para que vea las fotos tan buenas que puedo hacer- me dijo con una gran sonrisa.
- Booth: Así verá que te gustó su regalo- le dije mientras le daba un beso.
- Rebeca: Estaremos de vuelta antes de las 8.

Parker se fue con Rebeca muy contento, dejándome en la más absoluta soledad y tristeza.

Me sentía como si estuviese en la cúspide de una montaña rusa, donde con un solo movimiento, podía caer en una rápida y vertiginosa bajada. El problema no era la caída, pues esta sería tan inesperada e inmediata que no me daría tiempo a pensar en ella, el inconveniente venía cuando la caída ya se había producido. Algo así era como me sentía ahora, mareado, sin un camino marcado por el que seguir, necesitaba que alguien me guiase, me ayudase a salir de aquel agujero en el que me encontraba, pero no había nadie, estaba solo en aquella montaña rusa.
Ea como si todo lo que hubiese tenido en un pasado (familia, novia, amigos,...) hubiese desaparecido inesperadamente.

Necesitaba volver a recuperar aquella vida que un día tuve, la que con tanto esfuerzo logré tener. Debía salir de aquel pozo en el que ahora me encontraba, no podía permitirme quedarme quedarme allí lamentándome por lo que un día tuve, el abuelo me había enseñado a ser fuerte, y eso era lo que iba a hacer, no me iba a dejar vencer tan fácilmente.
Así, tomé las fuerzas que no creí tener y decidí seguir con lo que debía haber continuado aquella mañana.

Me dirigí hacia la mesa de trabajo que tenía instalada en el despacho y busqué entre los archivos el informe del caso que horas antes había estado intentando estudiar sin interés alguno. Me dije que debía poner todas mis fuerzas en ello, pues las víctimas se merecían que se hiciese justicia y sus familias debían saber la verdad de lo ocurrido.
Nada más abrir la carpeta, una ficha policial apreció ante mí con el rostro de una de las víctimas. Aquello no lo había visto, supuse que con el momento que había pasado, debí de no fijarme en lo que hacía y pasaría por alto aquel informe. Dispuesto a saber más sobre lo ocurrido, leí con detenimiento lo que se describía:


Anthony Stuars, nacido en Seattle el 8 de julio de 1986 fue detenido por conducir bajo los efectos de las drogas. Se le condenó a realizar trabajos para la comunidad durante 6 meses, y a pagar una fianza.

Con esto me quedaba claro algo, Anthony podría haber muerto por algún problema con las drogas, como no pagar al que se las proporcionaba, … Pero no quería aventurar nada sin algo seguro, así que no podía hacer otra cosa que llamara a Bones para ver si ella había descubierto algo más, pese a que no me apetecía tener que hablar con ella justo en ese momento, pero debía separar lo personal de lo laboral, y así lo hice.

- Booth: Brennan, ¿necesito que hablemos?
- Brennan: ¿Qué ocurre Booth?
- Booth: Solo necesito saber si conoces algo más del caso, ¿habéis podido averiguar algo?
- Brennan: No tienes por qué mentirme, te conozco, son muchos años trabajando juntos y sé que algo no va bien. Tú nunca me llamas Brennan, parece que intentas poner un mur y distanciarte, es como si quisieras que esta conversación fuese estrictamente laboral... ¿Es qué ha ocurrido algo con Hannah?

Vaya, había mejorado durante el año que había estado alejada en la isla con los esqueletos que iba a identificar. Ahora era capaz de interpretar las emociones, pero yo no quería hacerle más daño aún, cuando ni yo sabía lo que quería en ese momento.

- Brennan: Ey Booth, ¿sigues ahí?
- Booth: Sí, perdona, tenía la mente en otra parte. Te escucho.
- Brennan: Booth, creo que deberíamos vernos, no pareces encontrarte muy bien y es mejor que si ocurre algo lo aclaremos cuanto antes.

Después de todo, llevaba razón, cuanto antes supiese la verdad, más llevadero sería trabajar con ella, no me imaginaba trabajar ocultándole algo, nunca lo había hecho en los cinco años que llevábamos trabajando juntos, y después de ver lo que había ocurrido por no ser sincero, no quería que volviese a ocurrir, así que lo único que puede decir fue...

- Booth: Ok, nos vemos dentro de una hora donde siempre.
- Brennan: Allí estaré.

Tras terminar la llamada, tomé el informe del caso y lo introduje en el maletín. Tomé las llaves del coche y a su lado volví a ver la carta, Hannah la debió de dejar allí para que Parker no la pudiese leer. Dubitativo entre si llevármela o no, pensé que lo mejor sería hablar con Brennan con la carta por delante, así que la tomé entre mis manos y me introduje en la fría y triste mañana de Whasington.

De camino hacia el coche pensé en la paradoja de la vida: siempre le reproché a Brennan el no arriesgarse y darnos una oportunidad, y cuando ella decide dar el paso y arriesgarse, yo fui un imbécil y le hice daño por alguien que poco después me dañaría a mi.
Supuse que esa era el precio que debía pagar por jugar a la ruleta rusa, esta vez había perdido yo, y había perdido algo que era irrecuperable, el amor y el cariño de las personas que más quería.

sábado, 12 de febrero de 2011

NOTHING HAS CHANGED: La carta

Querido Booth:

No sé como pude aguantar tanto tiempo así, volcada completamente en el trabajo, sin tener ninguna vida social fuera de lo estrictamente laboral. Ahora me siento sola, vacía, triste. Aunque sé que tengo a mis compañeros del trabajo, y a una familia, no dejo de pensar que mi vida podría ser completamente distinta si te tuviera en ella, si hubiese tomado aquel tren que se me presentó hace casi un año. Desde que descubrimos el cadáver de Lauren, aunque como decía Micah, al cabo de tres días el universo volvería de nuevo a la normalidad, mi mundo ya no era el mundo de antes. Nada era par mí igual, no desde que el universo me mandase una señal me viese a mi misma descubriendo que me había estado negando sentir algo con el único fin de ser racional en todo lo que hiciese para que no me dañase. Ahora sé que eso no lleva a ninguna parte, que lo único que se consigue es arrepentirse y vivir toda la vida sola.

No tengo derecho a pedirte nada, y aunque me duela, lo comprendo. Yo te dí la espalda y tú luchaste por seguir con tu vida. Entiendo lo difícil que pudo ser, y por eso ahora que veo que eres feliz, no quiero hacerte sufrir ni hacerte mal. Tendré que borrar lo que siento, aunque no sé si me será fácil ahora que te he abierto mi corazón. Nunca me perdonaré lo que hice, cometí un error, el mayor error de mi vida, y del que me arrepentí siempre.

Solo deseo que seas muy feliz con Hannah. No soportaría ver como te rompen el corazón, te mereces vivir una vida plena, aunque yo no pueda formar parte de ella de la forma en la que me gustaría. Pese a todo, si me necesitas, sabes que siempre podrás contar conmigo.

Espero no causarte mayor confusión ni problema del ya creado-
Desde lo más profundo de mi corazón (metafóricamente hablando), te quiero, ya lo sabes. Te deseo lo mejor.

Muchos besos.

Bones.
----------------------------------------------------------------------------------
Así resaba la carta que he recibido esta mañana. Aun continuo en estado de shock, la situación ocurrida hace una semana me pesa demasiado, y aunque trato de olvidarla y centrarme en mi vida junto a Hannah, mi mente divaga y acaba volviendo de nuevo a ella, a la persona que más he querido en mi vida, y a la que, aún hoy, sigo queriendo, pero no puedo volver con ella, he conseguido rehacer mi vida tras su rechazo y ahora soy feliz.
Pese a saber que en mi corazón solo debía estar Hannah, la carta de Bones me había vuelto a remover sentimientos pasados, ocultos en el fondo de mi ser para no hacerme sufrir más de lo que ya me hizo en su día.

Mis dedos comenzaron a recorrer letra por letra aquella carta sin darme cuenta de ello. Una mezcla de tristeza, rabia e impotencia de fueron apoderando de mí. Tristeza por hacerle sufrir al no poder corresponderle. Rabia por ser justamente ahora cuando me ha abierto el corazón el lugar de haber luchado contra su razón y aceptar vivir una vida junto a mi. Impotencia por no poder hacer nada por evitarle un mayor sufrimiento, ya que yo quería a Hannah, para mi no era un premio de consolación, la amaba de verdad.

Mi mente seguía concentrada en aquellas palabras cuando una gélida mano rozó mi hombro de una forma muy tierna. Inmediatamente quise guardar la carta, no me apetecía tener que dar explicaciones, pero no pude.

- Hannah: ¿Qué lees que te requiere tanta concentración?
- Booth: Eh... no es nada, cariño- le dije mientras desviaba mi vista hasta sus ojos para guardar la carta dentro del maletín del trabajo que tenía cerca- Son algunas cosas que tenemos pendientes de resolver, pero pueden esperar- le dije mientras me levantaba y me acercaba a ella para besarla.
- Hannah: A mi no me lo parecía- me dijo buscando la carta con la mirada.
- Booth. Sabes que no te mentiría si fuese diferente el contenido de esa carta- le dije sintiendo un gran arrepentimiento por no poderle contar la verdad, no quería lastimarla.

En ese momento llegó Parker, interrumpiendo la conversación. Pareció darse cuenta, y se quedó inmóvil en la entrada de la instancia.

- Parker: Papá, es mamá- me dijo tendiéndome el teléfono móvil con mucho sigilo- Siento haberos interrumpido- dijo más para si mismo que para nosotros.
- Booth: Campeón, tú nunca interrumpes- le dije dándole un tierno abrazo- Pásame a tu madre, Parker- él me tendió el móvil y yo me dirigí a mi habitación para poder hablar sin problema con ella.


- Booth: Hola Rebeca, ¿cómo estás?
- Rebeca:Hola Booth. Estamos muy bien- dijo refiriéndose a ella y a su novio- Llamaba para ver si no te importa que me lleve hoy a Parker. Nosotros vamos a ir al museo de ciencias, y ya que a Parker le gusta tanto, nos gustaría llevarle.
- Booth: Claro Rebeca, no hay problema.
- Rebeca: Me pasaré por tu casa sobre las dos del mediodía, y te lo traeré de vuelta antes de la cena.
- Booth: Ok, nos vemos ésta tarde.
- Rebeca: Adiós Booth.


Rebeca y yo nunca nos habíamos casado, por lo que tras nuestra ruptura, aunque al comienzo no llegamos a entendernos, por el bien del pequeño, llegamos a mantener una actitud correcta, que con el tiempo ser convirtió en algo así como una amistad. Cada uno tenía su vida, y arreglamos tener al pequeño el tiempo que pudiésemos cada uno, así no tendríamos que vernos obligado a cumplir lo que estipularía un juez, sino que manteníamos la custodia compartida.

Me giré y me encontré con Parker, que me miraba con una sonrisa dibujada en su rostro:

- Parker: ¿Dónde me llevará mamá?
- Booth: Es una sorpresa- le dije mientras salía de la habitación con Parker a mi lado.
- Parker: No me puedes dar una pista, papá.
- Booth: No, sino dejaría de ser una sorpresa.
- Parker: ¡Por favor, por favor, por favor, papá!- decía mientras hacía círculos a mi alrededor dando pequeños saltos.
- Hannah- ¿Qué ocurre?- dijo con un gesto seco, muy serio, algo poco común en ella.
- Booth: Rebeca ha llamado para ver si podía llevarse a Parker.
- Parker: Pero papá no quiere decirme donde iremos.
- Hannah: Así será un sorpresa- dijo forzando una sonrisa, la más artificial que había visto en ella. Algo le ocurría,me dije a mi mismo.
- Booth: Parker, ¿por qué no te vas preparando para cuándo llegue mamá?- le dije con el fín de poder quedarme a solas y hablar tranquilamente con Hannah.

En cuanto subió a su habitación me giré y pude ver el rostro de decepción y dolor de Hannah. No pude articular palabra alguna cuando ella me mostró la carta que hacía unos cuantos minutos había guardado con tanto recelo.

- Hannah: ¿Por qué me lo ocultaste?- me dijo con lágrimas en los ojos. Mi corazón se encogió al verla de ese modo.
- Booth: Lo siento Hannah, era por este motivo por el que no te lo quise contar, lo último que desearía es causarte daño, te quiero y no puedo verte así.
- Hannah: Yo sabía que algo ocurría, llevas una semana comportándote de forma extraña, pareces estar en una burbuja aislada del resto del mundo. Pero quería creerte cuando me decías que nada pasaba. Prometimos no mentirnos nunca, yo he cumplido con la promesa, pero tú me has demostrado que no se puede confiar en ti.
- Booth: Por favor, Hannah, escúchame. Necesito que me entiendas, tienes que saber como ocurrió todo.
- Hannah: Ya es demasiado tarde, no quiero oír nada más de ti- dijo levantándose y marchándose, pero yo la agarré de la muñeca acercándola hacia mí.
- Booth: No lo hagas, no quiero perderte, lo he arriesgado todo por ti- le dije mirándola a los ojos, unos ojos llenos de frialdad, de dureza.
- Hannah: Lo siento, pero ya no puedo seguir, no después de leer esa carta. No me puedes pedir que haga como si no hubiese ocurrido nada, porque no soy capaz de hacerlo, ni creo que me lo merezca- se soltó de mi mano y se dirigió a nuestra habitación. Yo fui tras ella, y al llegar pude ver como guardaba sus cosas en una maleta.
- Booth: Hannah, por favor, yo te quiero, y Brennan lo sabe. Ella no intentará nada, no es de esa clases de mujeres.
- Hannah: No sigas Booth, no me lo hagas más difícil- dijo mientras cerraba la maleta y salía de la habitación- Despídeme de Parker, yo no sería capaz de hacerlo. Espero que te vaya muy bien en la vida- me dijo mientras volvían a correr lágrimas por sus mejillas. Se detuvo un segundo antes de abrir la puerta y marcharse.
- Booth: ¡Hannah!¡Hannah!- grité, pero ella se había alejado demasiado, y mi voz se perdió en la mañana fría y gris.

En ese momento me dí cuenta, realmente, que la había perdido y un enorme vacío me invadió completamente. Había perdido a la persona con la que iba a pasar mi vida, a compartir mis ilusiones, y ahora estaba solo.
Ahora ya era demasiado tarde para arrepentirme de lo que había hecho, tenía que mirar hacia delante y asumir las consecuencias, aunque ello no me agradase.