martes, 3 de agosto de 2010

LOST EXPERIENCE: Capítulo XII

El viaje desde la isla Malukus hasta Whasington fue muy largo, tuvimos que hacer escala en Francia a causa del temporal, y, pese a que pasé toda la noche en el aeropuerto, no pude dormir, estaba inquieta, me sentía insegura, no quería cerrar los ojos sin tener a nadie protegiéndome, me daba miedo pensar que alguien se hubiese enterado de mi partida y me hubiera seguido. Por eso decidí llamar a Ángela, para que supiese que llegaría tarde, y para disculparme por mi comportamiento esa tarde. Mantuvimos una larga conversación en la que volvimos ha ser las amigas que siempre habíamos sido, como si nada hubiese pasado esa tarde Le conté lo que pensaba del topo y lo que había hecho junto a Eric para alejar a todo el equipo del peligro y se mostró de acuerdo con mi decisión.

Eran las 4 de la madrugada cuando me despedí de Ángela para tomar el vuelo, pues ya había amainado la tormenta y los aviones habían vuelto a recobrar su actividad normal. El trayecto hasta Whasigton se realizó sin ningún problema, aunque yo no lo noté demasiado pues estaba tan cansada que, apenas me recliné en mi asiento de primera clase, me quedé dormida.
A la llegada al aeropuerto tomé mis maletas y me dirigí hacia la terminal donde aterrizaría Booth, pero no me dio tiempo a dar un paso cuando noté sobre mi hombro la cálida mano de alguien conocido:


B - ¡Brennan! – me dijo. Inmediatamente me giré y me dio un gran abrazo.


Br – Booth, te he echado tanto de menos – le dije yo acurrucándome en sus brazos. Había necesitado tantas veces tenerlo a mi lado, que ahora que estaba allí me parecía un sueño, el sueño más hermoso que podría tener – Gracias por aceptar verme, necesito contarte muchas cosas.


B- Yo también tengo mucho que decirte –vi como su mirada recorría todo mi cuerpo, parecía hacerme un escáner completo- Has cambiado, has engordado un poco y estas morena. El año en la isla te ha sentado muy bien – me dijo mostrando esa sonrisa pícara que tanto me gustaba.


Br- Tú tampoco estas nada mal, tu masa muscular ha aumentado estando más proporcional a tu estructura ósea, y tu piel también se ha bronceado.


B- Supongo que debo darte las gracias por eso. Veo que sigues siendo como siempre y…


Br- No, Booth yo he…


B- … me alegro, me alegro que seas tu misma y no hayas cambiado, aunque eso implique lo que ambos sabemos.

Br- Por favor Booth, no insistas, se que es muy difícil cambiar completamente, y nunca lo haré, pero he aprendido muchas cosas y me gustaría que no estuvieses tan cerrado a que te lo demuestre.

B- Yo no quiero que dejes de ser tú Huesos, no tiene sentido que cambies completamente y te transformes en otra persona, no me gustaría que eso ocurriese.

Br- He entendido perfectamente lo que me has querido decir Booth, te estoy tratando de decir desde la primera conversación que mantuvimos hace un par de días que he aprendido mucho de las personas de la isla y he mejorado como persona, pero no lo has querido ver.

B- No es que no quiera Bones, es que ya no tiene sentido, pero aun así estoy dispuesto a ver tu transformación –me dijo sonriendo- Bueno, creo que deberíamos irnos, quiero ir a ver a Parker.

Br- Yo quiero visitar a los chicos, así que mientras tú vas a ver a tu hijo yo iré al Jeffersonian –le dije intentando evitar que viniese conmigo para poder hablar con mi equipo tranquilamente, pero no lo conseguí.

B- Me gustaría que viniese conmigo a ver a Parker, me ha preguntado mucho por ti, y le haría mucha ilusión verte. Además, yo también quiero ir a ver a los chicos, podemos ir después.

Br- Vale, iremos más tarde al Jeffersonian- le dije para no hacerle sospechar nada, aunque eso me produjese una gran inquietud, pues me iba a resultar muy difícil alejarlo de mí para hablar con ellos.

Booth pidió un taxi, dejamos las maletas en él y nos dirigimos a nuestras respectivas casas para dejarlas. Luego, le dio al taxista la dirección de la casa de Rebeca, su ex mujer, y yo comencé a ponerme nerviosa. Mis sentimientos hacia Booth habían cambiado, cambiado para mí cerebro, pues para mí corazón siempre habían sido los mismos, siempre había sentido algo especial por él solo que no quería arriesgarme, pero ahora que lo había hecho, no sabía como comportarme delante de la mujer que había vivido grandes momentos con él, como el nacimiento de su hijo. Booth pareció darse cuenta:

B- Pareces inquieta, aunque no sé porque deberías estarlo.

Br- Es complicado Booth, ahora que he vivido este año en la isla ya nada es lo mismo para mi, y soy capaz de ver cosas que antes no era capaz. Ya no soy la “chica sacada del museo”, he roto la coraza que me cubría y soy más sensible a todo.

B- Me gusta lo que dices, me gusta saber que por fin has dejado de ser la chica insensible, pero no tienes que preocuparte, ya conoces a Rebeca, desde que está saliendo con su nueva pareja nuestra relación es más cordial, demás, solo voy a recoger a Parker para estar con él, no voy a estar en su casa mucho tiempo.

Aunque pareciese irónico, ahora era Booth quien no comprendía nada; no me sentía incómoda por como pudiese reaccionar Rebeca ante la llegada de Booth, pues yo misma había visto como su relación con él se encontraba en la mejor etapa tras su separación, me sentía incómoda como mujer, pues me resultaba violento estar con ella saber lo que en realidad yo sentía hacia él.

Tras la llegada a la casa, Parker nos esperaba en el jardín, y al ver a su padre salió corriendo hacia él a abrazarlo. Parker era un chico muy listo y cariñoso, y Booth era todo un padrazo con él, aunque no lo hubiese dicho sabía que lo había pasado mal este último año alejado de su hijo y sin poderlo ver, y al abrazarlo algunas lágrimas brotaron de sus ojos. Era tan emotivo el momento que tuve que apartarme para no emocionarme yo también, aunque Booth pareció darse cuenta; desde nuestro reencuentro no me quitaba la vista de encima.

B- ¡Ey!, ¿Cómo estás campeón?

P- Muy bien papá, ¿has salvado muchas personas?

B- Si, he salvado bastantes personas hijo.

P- Gracias por ir papá y por salvarlos.

B- Te quiero Parker.

P- Y yo a ti papá.

Me pareció un momento demasiado íntimo como para estar yo allí, así que di media vuelta para esperar a Booth fuera de la casa, pero Parker se fijó en mí.

P- ¡Brennan, has venido! –me dijo sonriendo y devolviéndole la sonrisa a su padre, una mirada que me pareció de agradecimiento, de complicidad.

Br- Hola Parker, me alegro mucho de verte –conseguí decirle mientras me daba el abrazo más tierno que había recibido desde que mis padres desaparecieron.

P- Estás bien, no te ha pasado nada malo -me dijo abrazándome aún más fuerte.

Br- Claro que no me ha pasado nada malo Parker, ¿por qué lo dices?

P- Vi las noticias, dijeron que había muerto una persona cerca de donde trabajas y me asusté. Papá siempre dice que eres muy fuerte y que sabes cuidarte muy bien, pero yo estaba preocupado, si te ocurriese algo mi padre lo pasaría muy mal, al igual que yo –quise ver el gesto de Booth ante lo que había dicho su hijo, pero este miraba hacia la entrada de la casa, donde se encontraba Rebeca. Tras darse cuenta que los tres la observábamos, se fue acercando hacia donde nos encontrábamos.

R- Hola Booth, me alegro de que estés aquí –le dijo dándole una brazo.

B- Hola Rebeca, perdona que no haya avisado de mi llegada, pero necesitaba ver a nuestro hijo. Me gustaría pasar el día con él, si no te parece mal.

R- Claro Booth, también es tu hijo, tienes derecho a verlo.

P- Mamá, ¿me puedo quedar esta semana en casa de papá? – le dijo el niño a Rebeca con cara de súplica.

R- Parker, no quiero que molestes a tu padre, tendrá cosas que hacer.

B- Rebeca, si he venido ha sido por él, por favor, deja que se quede esta semana, te lo traeré de vuelta el domingo por la noche.

R- Está bien, pero tened cuidado, si estás con Brennan podéis correr peligro los tres.

B- No Te preocupes, estaremos bien –le dijo dándole un beso en la mejilla.

Parker abrazó a su madre y se despidió de ella. Agarró la mano de su padre y éste pasó la otra por mi cintura. Nos alejamos de allí para dirigirnos hacia el Jeffersonian, mi hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario