Castle y Samantha se conocían desde que el
comenzó a escribir, había sido su primera y última agente hasta el momento.
Tantos años trabajando codo con codo había permitido que su relación fuese tan
estrecha que prácticamente eran como hermanos. Samantha conocía muy bien a
Castle y no era necesario que este le contase las cosas para que ella lo
supiera, había aprendido que lo que
callaba era más valioso que lo que contaba y que si lo observaba podía obtener
más información de la que él mismo creía que le estaba dando. Sin embargo, no
recordaba que Castle hubiese nombrado nunca antes a Tessa ni que hubiese dicho
que se conocían, eso era algo nuevo. Mientras el coche privado de la cadena los
llevaba hasta los estudios, Samantha observaba cada gesto, estudiaba cada
expresión en su rostro que le permitiera averiguar algo más, pero Castle no se
lo estaba poniendo nada fácil. “Sabía que iba a reaccionar así y me está
provocando” pensó. Ya no lo soportaba más, la intriga le superaba, así que
decidió ir al grano.
- - ¿Tuviste una relación con Tessa?
Castle, absorto contemplándola ciudad a
través de las ventanas del coche, se sobresaltó. La conocía muy bien, sabía que
ella no se esperaba su comentario y que le había suscitado curiosidad, pero no
esperaba que fuera tan directa.
- - ¿Qué te hace pensar eso Sami?
“Sami, nunca me llama así, solo lo hace
cuando intenta hacerme cambiar de conversación para que no siga ahondando en su
vida, pero esta vez no va a conseguirlo”
- - No sé… - dijo haciéndose la pensativa – Quizás tu historial
sentimental te delata.
- - ¿Pero con cuantas mujeres te crees que he estado?
- - Venga Richard, no intentes engañarme que nos conocemos, ¿o
quieres que te recuerde como intentabas ligar conmigo cuando nos conocimos?
Castle recordó como veinte años atrás una
joven Samantha se presentaba en la reunión que tenía con su editora
informándole que era su agente. Su escotada camisa lo distrajo de lo que en la
sala se hablaba. Una larga melena rubia caía sobre sus hombros en forma de
bucles dándole un aspecto juvenil. Fue bajando su mirada viendo como el
pantalón vaquero se le ajustaba al cuerpo marcando su silueta y unos zapatos de
tacón la hacían unos centímetros más altos que él. Entonces su carácter salió a
la luz y con un “¿Sabes que tengo ojos y que me puedes mirar a ellos?” le quedó
claro que era una mujer de armas tomar y que con ella los juegos no
funcionarían.
- - Richard, ¿se puede saber que te ocurre? ¿Me vas a contestar o
piensas quedarte callado hasta que aparezca ella? ¿Tuviste una relación con
Tessa o no? – volvió a insistir.
- - Eso es algo que no te voy a decir – le respondió para
provocarla un poco más, le encantaba ese juego aunque no solía durar mucho,
Samantha podía llegar a ser realmente insistente.
Viendo que Castle quería seguir jugando y a
ella no le apetecía, dejó de preguntar y decidió observar, era su mejor arma y
sabía que en cuanto Castle viese a Tessa su reacción lo delataría.
En Nueva York, las risas y la diversión
habían desaparecido, la tristeza y el dolor lo habían sustituido. Los
detectives intentaban animarse unos a otros sin mucho éxito, procurando anidar
en ellos la esperanza. El doctor se aceró a ellos para informarles sobre el
estado de Beckett.
- - Hemos realizado diversos estudios a la paciente y parece que,
gracias al dispositivo que montaron las comisarias, Kate no sufre ninguna otra
complicación, su estado, dentro de la gravedad, es favorable. No sabemos cuando
despertará, cada paciente en como es diferente, como también es diferente el
tiempo que tardan es despertar. Cada día me pasaré por su habitación para ver
como evoluciona, en estos momentos lo que necesita es mucho cariño, que estén
con ella, eso ayudará al despertar.
Se hizo el silencio.
Todos sabían la gravedad de la situación, era consciente de ellos, pero ninguno
era capaz de expresarlo con palabras como lo hacía el doctor, sus palabras eran
como puñales.
Lanie había
intentado mantenerse fuerte y ser el punto de apoyo del grupo, pero ya no podía
más y salió de la sala con lágrimas en los ojos. Al ver su reacción, Espósito
fue tras ella.
Escuchó pasos tras
de sí, pero siguió caminando, no quería parar, quería salir de allí, no
soportaba estar ni un minuto más en aquella sala de espera, pero unas manos le
impidieron seguir. Se giró y lo vio allí, frente a ella.
- - No estás sola.
Al verlo allí junto
a ella y escuchar esas palabras empezó a llorar mientras él la estrechaba en
sus brazos y le repetía al oído “no estás sola, jamás lo estarás, siempre
estaré a tu lado”. Lanie se separó un poco de él siguiendo arropada por sus
brazos y lo miro a los ojos, unos ojos marrones que la volvían loca. Poco a
poco fue bajando su mirada hasta llegar a sus labios y un irrefrenable deseo de
probar nuevamente esos carnosos labios la invadió. Con la certeza de que él
estaba allí por ella y no se apartaría, rozó sus labios mordisqueándolos. Notó
como algo en él se accionaba y como comenzó a profundizar en ese beso pasando
de un beso tierno a un beso lleno de pasión y deseo.
Ryan, que había ido
tras Espósito para saber que ocurría, observaba feliz la imagen de pareja.
En Vancouver, un
impaciente Castle se movía en el asiento del coche con una mezcla de
nerviosismo y ansias por que llegase el momento de la entrevista. Así se solía
sentir siempre que salía en televisión pero esta vez era diferente, “será por
qué la entrevista me la realiza alguien que conozco y eso me inquieta aun más”
pensó.
El coche los dejó
frente a los estudios de la cadena donde el director les esperaba. Por su
aspecto aparentaba no tener más de 50 años, su mirada y su rostro reflejaba
juventud aunque su peloso canoso delataba su edad. Se presentó y los condujo a
través de las instalaciones explicándoles detalladamente lo que en cada zona
del estudio se grababa. Finalmente llegaron a los estudios de “Breakfast
Television” programa en el cual tendría lugar la entrevista, donde el director
se dispuso a presentarle a la presentadora del programa que se encargaría de
entrevistarlo, pero no tuvo tiempo cuando Tessa se acercó a Castle con una
amplia sonrisa.
- - Vaya Tessa, veo que no has cambiado nada – dijo deleitándose
con su figura.
- - Y tú sigues igual que siempre – le dijo sonriendo – Me alegro
de verte Richard – se acercó a él y le dio un beso en la mejilla para sorpresa
de Samantha que no les quitaba ojo.
-
- Veo que ya os conocéis, así que no hace falta presentaros.
Tessa explícale como funciona el programa, yo tengo algunos asuntos que atender
– le tendió la mano a Castle y se despidió de Samantha dejándolos solos con
Tessa.
Tessa tomó a Castle
de la mano y comenzaron a andar dirigiéndose hacia la zona donde se haría la entrevista.
Ella se sentó en la silla central desde donde le haría la entrevista invitando
a Castle a sentarse en el sofá que había para los invitados junto a ella. Samanta
se sentó al otro lado de Castle; fue entonces cuando Tessa se percató de su
presencia.
- - Pero que maleducado eres Richard, ¿cómo es que no me la has
presentado? – le preguntó con una confianza que a Tessa no le paso
desapercibido.
Richard captó su insinuación
y se dispuso a aclararlo rápidamente.
- - Tessa, ella es mi agente Samantha.
-
- ¿Agente?
- - Sí, así es, soy Samantha Macgowan, su agente – le dijo
tajante mientras no perdía detalle de Richard.
Tessa no se creía
demasiado la afirmación de Samantha, pero decidió dejar las preguntas para más
tarde y explicarles como era el programa y como tendría lugar la entrevista.
Media hora después,
Tessa ultimaba los detalles con los entrevistados y revisaba el guion. Era una
periodista respetada en Canadá y conocida por todos por no dejar lugar a la
improvisación en las entrevistas, lo llevaba todo atado para evitar sorpresas
de última hora que la dejaran en mal lugar.
Castle la miraba
atentamente y fue sorprendido por ella que se acercó para informarle que
abrirían el programa con él, era una entrevista muy esperada y eso les daría
una gran audiencia, que al fin y al cabo, era el objetivo de cualquier cadena,
conseguir gran audiencia.
La sintonía del
programa comenzó a sonar y Castle notó como todo su cuerpo se tensaba, no sabía
por qué pero esa entrevista lo estaba poniendo muy nervioso.
La primera parte
pasó sin problemas, Tessa le hizo diversas preguntas sobre sus comienzos como
escritor, sus famosos best seller, los rumores que corrían sobre Heat Rises y su estreno en cines. Toda
una entrevista centrada en su carrera conformó los primeros 30 minutos. Cuando
más cómodo comenzaba a sentirse, Tessa cambió el rumbo de sus preguntas
desviándose hacia su vida personal. De su trabajo como escritor pasó a
preguntarle por su trabajo en la comisaria, su trato con sus compañeros y con
la musa que le había inspirado para escribir sus últimos tres libros. Castle
comenzó a sortear las preguntas como podía, pero Tessa estaba bien informada y
siguió preguntando sobre como Alexis había llegado a trabajar para la
comisaría, pasando a querer saber como había sido criar a una niña y
compaginarlo con su trabajo como escritor. Poco a poco fue llegando a esa
pregunta que había estado temiendo y por la que se dio cuenta que estaba tan nervioso.
- - Y dinos Castle, muchas mujeres esperan ansiosas que contestes
mi pregunta, ¿cómo está tu corazón? Después de tu matrimonio fallido, ¿hay
alguna mujer en tu vida con la que tengas planes de pasar por el altar?
Castle se quedó sin
saber que decir y la imagen de Beckett lo asaltó de nuevo. ¿Cómo decir que ella
ocupaba su corazón si se encargaba de rompérselo poco a poco? No se podía
engañar, ahora no estaba para nadie si era lo que Tessa intentaba preguntarle.
Decidió ser escueto, aunque sabía que con ellos daría pie a más comentarios
pero no había otra salida así que con un simple “tengo el corazón ocupado, pero
no estoy aquí para hablar de mi vida privada” dio la pregunta por contestada.
Al terminar la
entrevista Tessa se acercó a Castle que comentaba su entrevista con Samantha, y
tras disculparse por las preguntas de carácter privado aludiendo que era su
trabajo entrevistar sobre todos los aspectos a la persona que acudían al
programa, le invitó a cenar para recodar viejos tiempos y ponerse al día sobre
sus vidas. Castle sabía como era Tessa y no le quería dar pies a nada pero no
le apetecía quedarse en el hotel pensando nuevamente en su musa, así que aceptó
la invitación ante una sorprendida Samantha que escuchaba desde no muy lejos la
conversación.
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