Había pasado una semana desde mi llegada a Londres, y aun no había recibido ninguna llamada de los chicos del Jeffersonnian. A excepción de Gordon Gordon, nadie se había interesado por mí, parecía como si ya no les importase, era tan extraño pensar que se habían olvidado de mí.
NO.
Había tenido que ocurrir algo y por eso no me llamaban. Pero, ¿que clase de echo hace que se ocupen tanto de él que no tengan tiempo para llamarme?
Mientras seguía dándole vueltas al tema, alguien llamó a la puerta.
- ¡Ya voy!- dije yo. No esperaba visitas. ¿Quién podría ser?
- ¿Quién es?
- Servicio a domicilio.
Que raro, si yo no había pedido nada. Sería una broma de alguno de los niños de la zona, les gustaba enfadar a los recién llegados. Pero, no quería que tomaran represalias hacia mí, por lo que me dispuse a abrir.
- ¡SORPRESA!
- Chicos, ¿pero que hacéis aquí?- dije mientras les daba un gran abrazo a todos. No me lo podía creer, mi equipo del Jeffersonnian había venido desde EEUU hasta aquí solo para verme, y estaban todos: Gordon Gordon, Cam, Angela, Hodgins, Sweets, Daisy, Wendell, Arastoo, Fisher,… ¡No podía ser! ¿Dónde estaba Bones?
- Decidimos darte una sorpresa. Te echamos de menos, y, como Gordon nos dijo que nos echabas en falta, (al decir eso, inmediatamente Gordon Gordon, me echó una mirada suspicaz. Uff no sabían nada, bueno, nada del motivo por el que me había marchado. Gordon era un amigo leal, de eso estaba seguro) dijimos: “¿Por qué esperar aquí a que haya noticias suyas? ¿Por qué no podemos ir nosotros a visitarle y a saber como le va todo?”
- Muchas gracias a todos por venir, no os esperaba, estaba ahora mismo pensando en ustedes, creía que os habíais olvidado de mi- les dije yo, aunque mi cabeza estaba en otra parte. ¿Qué le habría ocurrido a Huesos para no venir a verme a mi, su compañero de trabajo durante tantos años?
- No parece que pienses eso Booth- me dijo Sweets. Caray este chico era bueno, no se porque no lo tomaría más en serio antes.
- ¿Estás pensando en la doctora Brennan, verdad?- me dijo Gordon. Un minuto después vi una sombra de arrepentimiento en su mirada. Se había dado cuenta que no debería haber dicho eso.
- Si, la he echado en falta. ¿Dónde está? ¿Por qué no ha venido?- inmediatamente todos se miraron y se quedaron si saber que decir.
- Ummm..... Verás Booth, es que Brennan…
- Chicos, necesito la verdad, no quiero que me mintáis.
- Esta bien Booth. Serás mejor que se lo cuentes tú- dijo Cam dirigiéndose a Gordon Gordon.
- Booth, Brennan está de viaje, Cam le encargó que se encargara de un caso en Sudamérica y se ha tenido que trasladar allí. Por eso no quería contártelo, porque se siente culpable, ¿verdad Cam?
- Eh si claro, me sentí fatal, no sabía como te lo ibas a tomar- No la veía muy convencida de lo que decía, me estaban ocultando algo, pero no sé que puede ser. De todas formas, habían echo un esfuerzo por venir, no quería menospreciarlo. Me ocuparía de averiguar la verdad en cuanto se fueran.
- No te preocupes Cam, lo entiendo. Decidle que la echo de menos, y que me hubiese gustado haberla visto.
- Se lo diremos Booth, le gustará saber que te has acordado de ella- Ángela parecía sincera al decírmelo.
- Bueno, contadme, ¿Cómo sigue todo en el Jeffersonnian?
- Bien Booth, todo sigue como siempre. Las cosas no han cambiado mucho por allí, el único cambio ha sido la entrada de un nuevo agente del FBI para ocupar el puesto que tú dejaste. El resto sigue igual- me dijo Hodgins. Me miró con una gran sonrisa. No me había dado cuenta hasta ahora de lo agradable que podía llegar a ser Hodgins. Era un buen tipo, y por la sonrisa dibujada en su cara, me atrevería a aventurar que me había echado de menos. Nunca supe lo que tuve hasta que lo perdí por mi estúpido enamoramiento de Huesos que no me había llevado a ninguna parte. Pero aun así, aun sabiendo que nunca podría ocurrir, no me la podía sacar de la cabeza.
- No nos ha dado tiempo a ver la ciudad. ¿Por qué no nos lleva a ver Londres y nos cuentas como te va en el nuevo instituto?
- Está bien, pero antes dejarme llamar a mi compañera del FBI para que sepa que hoy no voy a trabajar- dije yo. Me vendría bien tomar el aire un poco, y como, en el Castle habíamos dos agentes del FBI, la agente me dijo que si necesita algún día libre se lo pidiera, que si el caso no era muy complicado o urgente, me lo daría.
- Hola compañera- le dije con un tono irónico. En esta semana me había demostrado que de compañera tenía muy poco, pero debía intentar llevarme bien con ella, me gustase o no, ya había firmado el contrato, así que me esperaba un largo a su lado.- Necesito que me des el día libre, han llegado mis compañeros del Jeffersonnian y quiero estar con ellos. ¿Hay algo urgente para hoy?
- No te preocupes Booth, no hay mucho hoy, nos han mandado a que resolvamos un caso de hace 20 años que teníamos archivado por falta de pruebas, así que hoy no hay nada que puedas hacer, ni siquiera yo puedo hacer hoy mucho. Vete y disfruta de su compañía Seeley.
- Muchas gracias, me va a venir muy bien desconectar un poco, hemos tenido una semana ahora.
- Si surge algo urgente, no dudes en llamarme.
- Esta bien Seeley, pero no te preocupes. Relájate, yo te llamo si ocurre algo. Bye Seeley.
- Good bye compañera.
- Solucionado chicos, nos vamos.
Estuvimos toda la tarde fuera. Dimos una vuelta por el centro, y después, les lleve a mi Pub favorito, el que había conocido gracias a mis nuevos compañeros. Estos me habían ayudado mucho en los días en los que me encontraba bajo de ánimos. Sin embargo, Sthepanie seguía con su misma actitud hacia mí, pero bueno, ya me había acostumbrado a ella, era un poco irritante, pero no solía pasar de eso.
Les estuve explicando como funcionada el equipo en Londres, que la cultura no era la misma y a veces me costaba adaptarme,… cuando de repente sonó mi teléfono.
- Atiendo la llamada y enseguida estoy con ustedes, ¿OK?
Te esperaremos aquí Booth- me dijo Gordon. En su mirada pude ver una nota de asentimiento. ¿Por qué sentía hoy que Gordon no había venido a verme solo por ver como me iba por Londres? Me daba la sensación que había venido a ejercer su carrera de psicólogo conmigo, como solía hacer antes, y la idea no me gustaba mucho…
- Agente especial del FBI Seeley Booth.
- Booth, soy Brennan.
- ¡Bones! No esperaba tu llamada, que grata sorpresa.
- Te llamaba para que supieras que no he podido ir porque…- me empezó a decir en un tono algo distante.
- Si, ya me lo ha contado Gordon, porque Cam se sentía tan culpable que no se atrevía a decírmelo por temor a como reaccionaría.
- ¿Culpable de que?
- ¿Cómo que de qué? ¿De que va ser Huesos? De haberte mandado a Sudamérica para que resolvieras el caso.
- ¿Pero que caso? ¿Si no estoy ahora con ningún caso?
- ¿Cómo que no Bones?
- Ams, el caso- me dijo ella. Yo la conocía demasiado como para saber que era la típica contestación afirmativa que solía dar cuando sabía que era algo que ella no comprendía. Había algo en todo esto que no me gustaba. Bones no era la misma, había algo en su tono de voz que no me gustaba.
- Ya esta entonces todo dicho. Me tengo que poner a trabajar, que llevo el caso un poco atrasado.
- Brennan, ¿estás bien? Pareces un poco distante. ¿Hay algo que yo debería saber?
- No, estoy bien Booth. ¿Porque deberías ahora preocuparte por mi cuando ni siquiera te molestaste en decirme que te ibas a Londres? ¿Por qué deberían de ser diferentes ahora las cosas Booth?
- Por esto no te dije nada Bones, no quería lastimarte con mi decisión, pero es algo que debía hacer.
- Yo también hice lo que debía hoy quedándome aquí a resolver el caso Booth. Creo que no tenemos nada más que hablar- me digo huesos con la voz rota de dolor.
Dicho esto me colgó.
Nunca pensé que mi decisión le iba a afectar de este modo. Para ella sólo era su compañero de trabajo, su amigo, pero nada más, no debería de ponerse a sí, a no ser que…
No, no podía ser. Bones me había dejado claro más de una vez que ella no creía en el amor, para ella era una simple reacción química, nunca se llegaría a enamorar de mí. Pero había algo tras su voz que no me convencía mucho. Su teoría no era más que eso, una teoría que ella misma se había creado a modo de coraza para protegerse, y puede que incluso ella, la mujer armadura, hubiese sentido algo hacía mí, pero su mente, que lo llevaba todo a la racionalidad, se negara a admitirlo. Por eso, ella nunca me lo reconocería, y yo no quería forzarla a que hiciera algo que no sentía, o no quería sentir.
Al entrar de nuevo en el Pub, pude ver a los chicos del Jeffersonnian riéndose y charlando distendidamente. A mí no me quedaban ánimos para nada después de la llamada de Huesos, pero no quería lastimar a mis amigos, habían venido desde muy lejos sólo para verme, así que intente recomponerme y parecer lo más sereno posible ante los chicos, no quería preocuparlos con mis cosas.
- Ya estoy- dije, tratando de sonar lo más alegre posible.
- ¿Quién era Booth?- me preguntó Gordon. Su mirada me atravesó todo el cuerpo y me produjo un tremendo escalofrío. Sentí la necesidad de contarles la verdad, bueno, o al menos, parte de la verdad. Antes o después se acabarían enterando, y no quería que me reprocharán no habérselo contado en su momento.
- Brennan. Me llamaba para disculparse por no haber podido venir- les dije. Después de todo, ellos se preocupaban por mí, era justo que se lo contará, aunque no pensaba mencionarle nada de su frialdad hacía mi ni de la conversación tan dura que habíamos mantenido. Eso era algo entre nosotros dos, no tenían porque saber nada de ello.
- ¿Pero tú estás bien Booth?- me dijo Gordon. Tenía un sexto sentido, me atrevería a aventurar que sabía que había pasado algo más en esa llamada.
- Estoy bien, no os preocupéis, pero no quiero hablar más de Brennan. ¿Podemos cambiar de tema?
- Si, claro- me dijo Ángela- ¿Cómo es son tus nuevos compañeros de trabajo?
Y así nos pasamos todo el resto de la tarde, hablando sobre mi trabajo en Londres, mis compañeros,…
Al caer la noche, nos dirigimos hacia el aeropuerto. Cam tenía que volver al laboratorio porque la llamaron para un nuevo caso, y le pidió al resto del equipo que volviera con ella, así que fui a acompañarlos al aeropuerto para despedirlo. Les prometí que la próxima vez sería yo quien iría a verlos.
Tras verlos marchar, me fui a mi casa. Había sido un largo día, me había alegrado mucho ver a todo “mi equipo”, pero la llamada me había dejado preocupado.
Mientras iba de camino estuve pensando en ello, pero no encontré ninguna respuesta lógica a su comportamiento. Tampoco había podido hablar a solas con Gordon (estaba seguro que él sabía algo) porque los chicos se hubiesen dado cuenta. No sabía que hacer, pero necesitaba averiguar que le ocurría a Huesos.
Al llegar, deje la cazadora en el perchero y me fui directo a la habitación. Necesitaba pensar, y mientras pensaba y pensaba, notaba que los párpados me pesaban. La luz se fue haciendo cada vez más tenue, hasta que me fue imposible distinguir nada.
…..
-Bones, he soñado tanto con el momento en que pudieras hablar tranquilos, y ahora estás aquí. No me lo creo. Necesitaba saber porque esa actitud hacia mí, creo que no te he dado motivos para que me trates de ese modo.
- Lo sé Booth, se que no me has dado motivos. No se porque me ocurre esto, intento comportarme de la manera más racional posible, pero mi corazón quiere algo diferente de lo que quiere mi mente, y no sé que hacer, estoy asustada. Trato de no culparte de mi comportamiento, pero no puedo. No se que hacer Booth, no quiero que me hagan daño, y ahora mismo soy muy vulnerable.
- No te preocupes Bones, te ayudaré.
.....
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