Ring. Ring. Ring.
¡Oh no, me había quedado dormido! ¿Qué era eso que sonaba?
Vi el despertador a dos centímetros de mi cabeza. ¡Pero si era las seis de la mañana! ¿Por qué había puesto la alarma tan temprano?
Apagué el despertador y me volví a dormir.
Ring. Ring. Ring.
¡Otra vez! Volví a mirar el despertador, pero… ¡era el teléfono lo que sonaba!
- Agente especial del FBI Seeley Booth.
- Booth, soy yo. Tienes que vengas urgentemente, han encontrado muerto un joven en un probador del centro comercial Selfridges. Te necesito ahora mismo- me digo la agente, en tono urgente.
- ¿Pero si solo son las seis de la mañana? Necesito asearme un poco y desayunar. En media hora estaré allí.
- Esta bien, pero date prisa, esto es importante- me dijo, como si yo no supiese lo importante que podía llegar a ser la muerte de una persona.
Mientras me arreglaba, me vino a la memoria la horrible conversación mantenida con Bones la tarde anterior. Se me había pasado por completo. Tenía que llamar a Gordon, pero no tenía tiempo, si llegaba tarde, visto el humor que se gastaba la agente, me iba a matar. Pero no podía pasarme todo el día con la cabeza en otra parte, el equipo se acabaría dando cuenta y no se hasta que punto esto me causaría problemas. Llamaría a Gordon Gordon mientras iba de camino hacia los grandes almacenes Selfridges, donde habían hallado a la víctima. Me di prisa en acabar, y me llevé el desayuno para tomar mientras iba de camino.
Nada más montarme en el coche llamé a Gordon.
- Gordon, soy Booth.
- Booth, estaba apunto de irme a la cama, aquí es de noche. ¿Ocurre algo?
- Siento haberte molestado Gordon, pero necesitaba hablar contigo, ayer me quedé preocupado.
- Ya sabía yo que no nos habías contado toda la verdad- me dijo con cierta tristeza en su voz. Si hubiese podido ver su cara, seguro que habría visto su cara de decepción, no le gustaba que le ocultará nada, según él: “no sólo he sido y sigo siendo a veces su psicólogo, sino que además, me considero tu amigo”- ¿tiene que ver con la llamada de Brennan ayer, no es así?
- Si y no.
- Explícate por favor Booth, no estoy a esta hora para acertijos.
- Se supone que tú eres el psicólogo, deberías saberlo.
- ¿Qué te ocurre Booth?
- Lo siento Gordon, no se que me pasa. Es que estoy preocupado por Brennan, y no puedo pensar en otra cosa. Se que Brennan no está en Sudamérica, sospechaba que n me estabais contando la verdad, pero no le di más importancia, pero cuando Brennan me llamo casi se le escapó.
- Te contaré la verdad Booth, debería de haberlo echo cuando lo supe pero le prometí a Brennan que no te diría nada. Tendré que romper mi secreto profesional. Todo sea por una buena causa.
“Brennan lo ha pasado muy mal esta semana en que tú has estado fuera. Su estado de ánimos empeoraba por día, estaba irascible, y no se podía concentrar en los casos. Ángela estaba muy preocupada por ella, decía que nunca la había visto así, y me pidió que hablara con ella. Mis sesiones funcionaron. Brennan me dijo que se sentía culpable, que creía que tú te habías ido por algo que ella había echo mal, estaba destrozada, no sabía el motivo de tu partida, y te echaba de menos. Le dije que yo no sabía nada, pero que te conocía muy bien, y que serías incapaz de irte por algo que hubiese echo ella sin decírselo. No le mencioné que no era por lo que había echo, sino por lo que no hacía o no haría nunca, empezar una relación contigo.
Yo sentí que mis secciones le habían venido muy bien, y el resultado fue asombroso: durante dos días volvió a ser la Brennan que todos conocíamos. Pero justo la noche en que le dijimos que veníamos a verte empezó a comportarse de un modo extraño, se vino a bajo, estaba tan mal que cogió su abrigo y se fue del laboratorio. Todos estábamos muy preocupados porque no sabíamos donde había ido. A Ángela se le ocurrió que quizás estaba en el Royal Dinner, y allí la encontró. Según me dijo ella, Brennan tenía la cara llena de lágrimas y estaba en una de las mesas colocadas al fondo del local tratando de parecer que leía algo aunque solo utilizaba el libro para que no la vieran llorar. Ángela hablo con ella:
- Brennan, estabas aquí. Nos tenías preocupados.
- Lo siento Ángela, no era mi intención. Sólo quería estar sola, necesitaba pensar.
- Pero, ¿qué te ocurre Bren? Desde que Booth se fue te comportas de un modo extraño, nunca estás para tus amigos, vives en otro mundo. Estamos asustados cielo, pero no te podemos ayudar si tú no nos dejas.
- Es que no es fácil para mi Ángela, ni yo misma se lo que me ocurre. Nunca me había pasado esto. Creía que todo se debía a que me sentía culpable por la marcha de Booth, pero me he dado cuenta que no es por eso, aunque no estoy segura de lo que es. Ángela, nunca había sentido tantas cosas juntas, todo esto para mi es nuevo, no se como enfrentarme a ello, y no quiero lastimar a Booth. No puedo ir con vosotros, pero debes prometerme que no le contarás esto a nadie Ángela, mucho menos a Booth, ya se que no esta bien mentir, y mi parte racional me dice que esto que estoy haciendo me va a traer problemas, pero siento que debo hacerlo Ángela, no se si me entiendes.
- Claro que te entiendo cariño, mejor de lo que crees.
Así sucedió todo Booth. Ángela me lo contó, pero bajo secreto profesional, y yo eso no lo puedo traicionar. Por ese motivo no te pude contar nada antes. Lo siento Booth, pero hice una promesa”
- No te preocupes Gordon, te entiendo, ahora sé la verdad y eso es lo que importa. Te agradezco mucho que me lo hayas contado, sé que para ti no habrá sido nada fácil.
- Hice lo que debía Booth, tenías derecho a saber la verdad después de todo lo que has sufrido por ella.
- Bueno, te tengo que dejar Gordon, tengo un caso y estoy de camino. Te llamaré.
- Está bien Booth. Bye.
Me quedé un poco preocupado. No sabía si había sido muy buena idea llamar a Gordon antes de empezar a trabajar, ahora no me podría centrar en el caso. Pero debía hacerlo, quería mantener mi trabajo ahora más que nunca, pues no sabía si podría volver al Jeffersonnian cuando ya me habían buscado un sustituto.
- Ya estoy aquí- le dije a la agente.
- Ya era hora Booth, has tardado muchísimo. ¿Se puede saber que te ha pasado?- me dijo muy enfadada.
- Ya te dije que tenía que asearme y desayunar. He llegado lo más rápido posible.
- La próxima vez te avisaré mucho antes para que llegues pronto.
- Bueno, para ya, no he venido para que me castigues como a los niños pequeños cuando llegan tarde a clases, que he tenido una mañana muy dura. Dime de una vez que ha ocurrido- le dije. No tenía ánimos para estar peleándome con nadie, y mucho menos con ella.
- Últimamente estas de un humor de perros, no se que te ocurre, pero casi prefiero no saberlo- me dijo con suspicacia, para ver si le decía algo. Yo trate de no seguirle el juego, así que ella, viendo que no le iba a contestar, decidió dejarlo- A la dependiente le llegaron quejas de las clientas por la tardanza en uno de los probadores, así que la joven decidió acercarse por si había algún problema. Al no contestar, corrió la cortina y vio a un joven muerto.
- ¿Cómo puedo ocurrir? ¿Es que nadie vio no oyó nada?
- Al parecer nadie puedo oír ni ver nada. Sthepanie a podido determinar que la víctima fue asesinado, ha encontrado en ella varias marcas en forma de hoja, de lo que parece ser un pequeño cuchillo, como una navaja. Hemos presintado la zona, pero al ser un lugar público donde el gobierno gana gran dinero, solo nos han concedido tres días para resolver el caso. Por este motivo te llamaba tan urgentemente, debemos resolver pronto el caso.
- Pues empecemos. ¿Sabemos quién es la víctima?
- Están haciéndole la autopsia para ver quien es, en media hora tendremos los resultados.
Mientras esperábamos la autopsia, decidí dar una vuelta por los alrededores para aclarar mi mente, no había tenido tiempo de pensar en lo que me había dicho Gordon. Debía llamar a Bones y aclarar las cosas con ella. En cuanto volviera a casa lo haría, ya que ahora estaría durmiendo y no quiero molestarla.
- Booth, ya tenemos el nombre de la víctima. Se llamaba Erik Mathew y era bailarín. Trabajaba de monitor de adultos en la escuela de Salsa “Pura sangre”.
- Bien, ya tenemos algo. Vamos a esa escuela entonces- le dije. No quería perder ni un instante de tiempo, debíamos encontrar al asesino.
Al llegar a la escuela pudimos comprobar que el profesor era un buen bailarín. Tenía multitud de premios en las repisas del local. Era un lugar muy amplio, al fondo se podía ver una barra para bailarines de ballet, y justo enfrente había un enorme espejo que ocupaba toda la pared. Las paredes laterales tenían cada una puerta. Llamamos a un de ellas, y no nos abrieron. Sin embargo, escuchamos voces, y decidimos abrir. La puerta daba a un pasillo. Conforme nos acercábamos escuchábamos más y más gritos. Parecían dos personas peleándose.
- No deberías haberlo hecho.
- Yo no quería, pero no tenía más remedio Simon.
- Siempre hay otro modo de solucionar las cosas, pero tú te pasaste Edward.
- ¿Eh, que ocurre aquí?- dije entrando y alzando la voz para que parasen de gritar. Estaban en una habitación pequeña, en forma cuadrada, muy oscura, solo iluminada por una pequeña bombilla cuyos rayos apenas daban para iluminar la mitad de la estancia. Uno de los hombres agarraba al otro de los hombros y lo zarandeaba.
- Perdonen, ¿querían algo?
- Somos agentes del FBI, estamos investigando la muerte de Erik Mathew, el bailarín de este local. Queríamos hablar con el encargado de la escuela.
- Bueno, yo me voy ya Simon, ya nos veremos.
- Adiós Edward, y piensa en lo que te dije- le dijo al otro mientras se marchaba. Se dirigió a mi- yo soy el encargado, Edward Smith- dijo el hombre que había sido zarandeado, tendiéndome la mano- ¿Qué quieren saber?
- ¿Llevaba mucho tiempo Erik trabajando para aquí?
- Erik siempre ha estado vinculado a este lugar. Su madre también era bailarina, y trabajo aquí durante algunos años. Erik despuntaba desde muy pequeño, y le gustaba ir con su madre a verla bailar. Pronto se fue haciendo conocido por el local, y algunos días nos pedía quedarse para aprenderse las coreografías de su madre. Con los años, empezó a hacer competiciones profesionales, y a ganar muchas de ellas. Hace alrededor de seis años, su carrera de bailarín empezó a decaer tras la muerte de su progenitora, no levantaba cabeza, así que decidió retirarse de las competiciones para dar clases a otros futuros bailarines. La noticia se hizo tan popular que llegó a oídos míos. Yo llevaba ya tiempo pensando en dejar el local solo para el baile, así que fui a hablar con Erik para ver si quería dar clases en la futra escuela que iba a abrir. Erik no se lo pensó dos veces, me dijo que siempre había guardado muy buen recuerdo de ese local que fue su primera escuela, y que para él sería un placer dar clases aquí. Desde entonces se convirtió en la estrella de la ciudad y de mi local.
- ¿Tenía algún enemigo? En el mundo de baile hay mucha competencia.
- Yo no se mucho de su vida fuera del trabajo, pero quizás Leonor sepa algo más de ella. Es su novia, lo conoce desde niño, si necesitan saber algo ella os lo dirá, lo conoce mejor que nadie. Vive a dos manzanas de aquí.
- ¿Sabe usted si Erik iba acompañado el día de su muerte, si iba con alguien a ese centro comercial?
- Siento no serles de mucha ayuda, pero es que yo no se nada de él salvo su carrera artística. No me gusta meterme en la vida privada de las personas.
- De acuerdo. Muchas gracias por todo señor Smith. Si escucha o recuerda algo más avísenos, ¿de acuerdo?
- Claro agente.
La agente me esperaba en la sala de entrada. No había querido bajar conmigo, decía que no le apetecía ver una demostración de testosterona, así que al subir le conté lo ocurrido, y me pidió que fuera a ver a la novia, que ella intentaría buscar junto con Morgan a los compañeros en los años en los que Erik hacía competiciones.
La novia estaba destrozada. A duras penas fue capaz de decirme que dijo que Erik siempre había sido muy envidiado por todos los compañeros de profesión, que tenía el baile en la sangre, y que tras la muerte de su madre, los compañeros le hicieron muy difícil su trabajo, tanto, que al final tubo que dejarlo para dedicarse a dar clases, así que no solo se había retirado por la muerte de su madre. Había algo más en esa despedida de las competiciones tan repentina.
Fui a ver a la agente y me dijo que había descubierto que Edward, el hombre que habíamos visto enfrentarse a Simon, había tenido problemas con Erik y había tenido que ser eliminado de alguna competición por mala conducta hacia su compañera. Ya había pasado dos días, quedaban unas escasas 24 horas para finalizar el plazo concedido, así que fui a buscar a Simon, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí a la novia de Erik bailando en el local. No me había mencionado que trabajara en el local, y mucho menos que fuese bailarina. Fui a entrar en el local pero justo cuando fui a abrir la puerta, vi como la chica cogía una pequeña navaja para cortarse un pequeño desgarro que se había echo en el vestido, y a la víctima la habían matado con un arma similar a una navaja, debía llamar a la agente, podía ser el arma homicida.
- Creo que tengo a la asesina y el arma homicida.
- ¿Asesina?
- Si, has oído bien. Necesito que me envíes una patrulla a la escuela de baile.
- Esta bien, ya van para allá. No hagas nada de lo que pueda arrepentirte después Booth.
No tenía más remedio que esperar. No podía entrar y apresarla, no sin pruebas de que esa fuese el arma, no tenía pruebas algunas.
Tras llegar la agente, entramos en el local, y tal y como yo sospechaba, la hoja de la navaja coincidía con las marcas encontradas en la víctima, así que apresamos a la novia de Erik.
Pero la chica se negó a hablar sin un abogado. Lo que único que pudimos obtener de ella fue la negación de haber sido ella la asesina de Erik. Tras el análisis de ADN de las huellas obtenidas en el arma homicida, pudimos obtener la identificación de los asesinos, ya que había dos clases de huellas diferentes, las de la novia de Erik y las de Edward. Hicimos dos interrogatorios por separado, y al final Simon acabo confesando tras mentirle diciéndole que la chica de Erik había contado la verdad:
“Samantha, la novia de Erik, era una profesional de la danza, era la ganadora de los internacionales de baile. Conocía a Erik desde la infancia, y siempre menosprecios su trabajo, hasta que se dio cuneta de lo influyente que podía llegar a ser. Tras la retirada de Erik, Samantha pensó que tenía vía libre, ahora podría trabajar sin la sombra de su novia, pero se equivocaba. Tras la entrada de Erik en la escuela de baile, ganó mucha fama, y Samantha cayó empicado, ya nadie hablaba de ella, solo se hablaba del buen trabajo que Erik estaba realizando con los futuros profesionales. Samantha estaba rabiosa. El día de su muerte, tenían programado ir de compras, yo estaba por allí de casualidad, no estaba preparado, pero Samantha me invitó a dar un paseo con ellos, al parecer, lo tenía todo programado. Entró en una tienda y me pidió que intentará hacer algo que distrajera a la gente, que no les permitiera estar atenta a ella, así que hice lo que me pedía, le tenía mucho miedo a la chica: me hice el loco y le hice creer a los clientes y las dependientas que no sabía donde estaba, así que todo el mundo se quedo pendiente de mi mientras Samantha… no puedo ni pensarlo”
- Edward Smith, queda detenido
Tras su confesión hablamos con Samantha:
“Erik era el mejor en todo, el mejor novio, el mejor bailarín, el mejor… Estaba cansada de ser su sombra, quería ser conocida por mi trabajo, no por ser “la novia de”, llevaba ya muchos años siéndolo, y ya no podía soportarlo más”
- Agente, buen trabajo, lo hemos conseguido resolver antes del plazo dado- le dije a la agente, ya que sin ella el caso no podría haber sido resuelto.
- No Booth, gracias a ti. Te he dejado la mayor parte del caso a ti, para ver si estabas preparado para llevar un caso solo y ya veo que si. Has pasado mi periodo de prueba, y además con buena nota.
- ¿Pero estaba de prueba? No sabía eso- le dije. Odiaba que me mintieran.
- Necesitaba hacerlo Booth, no es nada contra ti, solo necesitaba ver como de bueno eras, porque me dejaste muy bueno impresión cuando me ayudaste con la muerte de mi compañero.
- Esta bien, pero entonces, ¿ya no hay más periodos de pruebas, no?
- Se acabaron las pruebas Booth, desde ahora eres un miembro más del instituto Castle- me dijo con una amplia sonrisa.
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