miércoles, 26 de mayo de 2010

Reflexiones Huesudas

Todo ocurre siempre por algún motivo, siempre hay algo detrás que lo impulsa, que lo hace ser así, que lo motiva a seguir el camino adecuado Ese era mi caso, nadie lo comprendía porque nadie había estado en mi lugar, pero mis acciones siempre tenían un motivo detrás, nunca hacía nada sin pensarlo varias veces, no era de ese tipo de personas que se lanzan a la aventura, yo pensaba y sopesaba muy bien mis pasos antes de tomar una decisión definitiva.

Mi partida hacia las islas Maluku había sido pensada durante mucho tiempo. Tras el último caso, mi vida había cambiado, aunque en realidad ya hacía tiempo que todo era diferente, solo que yo no me había dado cuenta. Estaba tan centrada en mi trabajo que había olvidado todo lo demás, pero él había echo que todo cobrara un sentido diferente para mi, que viera la vida con una nueva perspectiva.

Todo había comenzado aquel día en el que Booth y yo, de mutuo acuerdo, decidimos contarle a Sweets lo sucedido en nuestro primer caso. Éste estaba escribiendo un libro sobre nuestra relación, pensando que entre nosotros no había pasado aun nada. Cuan equivocado estaba. No solo había pasado algo, sino que todo sería diferente para los dos a partir de ese día. Tras aquel primer beso, nuestra relación no sería solo de compañeros de trabajo, aunque yo no lo viese, nuestra relación era muy estrecha, no era una simple amistad, a Booth le confiaba muchas cosas y siempre que tenía algún problema o duda acudía a él. Yo solo me estaba engañando, intentaba no ver la realidad para no sufrir.
Después de que Sweets lo supiese, y éste le dijese a Booth que no se diese por vencido, nada volvió a ser igual. Es como si hubiese destapado la caja de Pandora que tan bien cerrada estaba.

Su segundo beso, esta vez sincero, sin esperar nada a cambio solo mi aceptación, abrió un abismo entre los dos. Yo no estaba preparada para llevar una relación seria, aun no podía dejar mis sentimientos al descubierto, seguía sintiendo que en cualquier momento me podían dañar. Sabía que Booth esperaba una relación duradera y yo no podía o no sabía si podía prometerle algo así. No quería dañarlo, no me perdonaría nunca el haberle lastimado. Pero mi rechazo hacia él acabaría molestándome posteriormente, ya que Booth no quería pasar toda su vida solo, él necesitaba alguien que lo quisiese con la pudiera compartir su vida, por lo que decidió rehacer su vida, empezando salir con una bióloga. Yo intenté hacer lo mismo, pero no podía, no sabía porque pero no llegaba a sentirme cómoda con la situación, al igual que Booth, que dejó de verse con la joven.
Me sentía confundida, y me di cuenta que sentía algo por él, no sé si amor o no, pero algo sentía, pese a negármelo a mi misma, mi relación con Booth no era lo que se puede decir una relación de amigos.

Por todo ello, cuando me mandaron la propuesta para este gran trabajo decidía aceptarlo. La relación entre Booth y yo se había vuelto algo tensa, ya no era lo mismo, evitamos hablar de muchos temas para no herirnos, se había perdido parte de esa complicidad que antes teníamos, y nuestras respectivas salidas con otras personas solo hacían lastimarnos aun más, sobre todo a Booth. Sabía que debía darle un giro a mi vida, debía alejarme durante un tiempo, además, tras la llamada del ejercito a Booth para entrenar a otros soldados, este se había negado a ir, y yo sabía que no era porque no quisiese. Los dos nos estamos influyendo en nuestras decisiones y estábamos provocando que ninguno de los dos avanzara. Tenía que desaparecer durante un año, era lo mejor para los dos.
Ninguno sabemos que nos deparará este año, lo que si sabemos es que es lo mejor que podemos hacer, sólo así veremos las cosas con perspectiva. Cuando pase este año, nada será lo mismo para ninguno de los dos, habremos vividos un año muy intenso, y quizás con la visión que te da el tiempo, podamos regresar y retomar nuestra relación donde la dejamos, arreglar las cosas pendientes.

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