miércoles, 5 de mayo de 2010

CAPÍTULO 4: DECLARACIONES INESPERADAS

Me desperté sobresaltado, había tenido un sueño horrible. Intenté volverme a dormir, pero no podía, el sueño había sido demasiado intenso. Miré el reloj: las 4 de la madrugada. Mañana estaría cansado, pero ya que no podía dormir, decidí hacer algo productivo. Me levanté y me fui a la cocina. Me preparé una taza de café, y busqué en mi teléfono móvil el número de teléfono de Bones. La había intentado llamar por la tarde pero comunicaba. Ahora estaría trabajando, lo que me aseguraba que iba a poder hablar con ella, ya que siempre mantenía el número disponible por si alguien del caso quería contactar con ella.
Marqué su número, pero volvía a comunicar. ¿Dónde estaría?
Al quinta intentó lo conseguí.
- Bones, soy Booth, necesitaba hablar contigo.
- Ahora no puedo Booth, estoy muy ocupada.
- Brennan, por favor, llevo intentado hablar contigo toda la tarde, es importante para mí, y creo que para ti también. Por favor, solo te pido que me escuches, si no me quieres hablar te entenderé, pero creo que te debo una explicación, me siento muy mal por nuestra tensa relación, yo no quería que esto acabara así. Déjame, al menos, explicarme.
- Está bien, pero no creas que eso significa que te perdono Booth, me has lastimado mucho.
- Lo sé Bones, te entiendo. Me gustaría que con lo que te voy a contar me perdones, pero si no es así, lo respetaré.
- ¿Has hablado con Ángela?
- No, no he hablado con ella, pero ¿Qué ocurre si lo he hecho?- quería tantear el terreno, ver si ella acababa confesando lo que le había contado a Ángela, aunque sabía que eso no ocurriría.
- Si lo pienso racionalmente creo que …
- Brennan – le dije cortándola, sabía que ahora venía su típica charla de lo que supondría antropológicamente el hecho de que una amiga la hubiese traicionado, y yo lo único que quería era contarle la verdad – no importa, no he hablado con Ángela.
- Bueno Booth dime ya lo que me tengas que decir por favor – me dijo en un tono muy áspero.
- Hoy he tenido un sueño horrible contigo, yo…
- ¿Para eso me llamas Booth, para contarme tu sueño? – me dijo interrumpiéndome.
- Bones por favor, déjame acabar y luego me dices todo lo que quieras, pero por favor, no me interrumpas (puede escuchar un leve sonido de asentimiento) Como te andaba diciendo, en ese sueño, aparecías tú dándole el si quiero a un hombre que no era yo.
- ¿Y qué tiene eso de horrible Booth? Yo no creo en las bodas, y lo sabes, pero tampoco creo que si me casase hiciera algo malo.
- ¡No es eso Bones! – le grite desesperado – Llevo mucho tiempo negándome a mi mismo lo que siento por temor a no ser correspondido, pero creo que ha llegado la hora de que sepas la verdad.
- ¿De qué hablas Booth, no te comprendo?
Iba a tener que ser claro con ella y dejarme de rodeos si quería que entendiese todo lo que pretendía explicarle.
- Bones, ¿recuerdas el día en que me pediste ser tu donante de esperma para poder ser madre?
- Claro que lo recuerdo. También recuerdo que tú me dijiste que no.
- El motivo por el que me negué fue porque no quería ser sólo tu donante, quería implicarme en la labor de padre, darle el biberón, cambiarle los pañales, cuidarle cuando estuviese enfermo, aconsejarle sobre chicas,… No quería ser el que te había donado el esperma, quería ser el padre de tu hijo.
- ¿Por qué no me lo dijiste en su momento? Lo hubiese entendido Booth, tú no eres como yo, tú ves el lado humano de las personas, conectas con ella, cuando alguien sufre tú sufres con ellos, yo no tengo esa capacidad, por eso hubiese entendido que tuvieras la necesidad de ocuparte de tu hijo. Si me lo hubieses dicho antes ni siquiera te hubiese preguntado, no te hubiese comprometido a algo así.
- Ese es el problema Bones, que si no era yo el donante, no quería que fuese ninguno. Pero sabía que tú querías ser madre soltera, por eso prefería ser tu donante a sabiendas de que nunca podría ser su padre, a que fuese otra persona.
- Eso es algo que te honra Booth y que alabo de ti, pero ¿por qué esa negación a que fuese otra persona el donante? No iba a ejercer como padre, el niño crecería bajo mi cuidado, el padre no influiría para nada en su educación.
- Lo sé Huesos, y sé que tú serías una madre maravillosa que sacaría adelante a su hijo, pero no podía ver como tu hijo pertenecía a una persona que desconocías, a la que no amabas. Para mi tener un hijo es muy especial, nace de la conexión de dos personas que se aman, es fruto del cariño, de la pasión. Te merecías conocer esa sensación, tener la experiencia de ser madre con alguien que amaras de verdad.
- Booth, pero yo tenía claro que quería que mi hijo naciese por inseminación artificial, eso ya lo habíamos hablado.
- Pero tú no entrabas en razón Bones, y tampoco te quedaba otra alternativa, no creías conocer a la persona adecuada que pudiese ser el padre y con quien compartir su educación, no querías obligar a una persona a la carga que conlleva un hijo, pero yo estaba dispuesto a hacerlo, solo tenías que pedírmelo.
- Booth, pero no te podía pedir eso, no a ti, tú ya tienes tu hijo.
- ¿Y que hay de malo en tener uno contigo?
- Booth, ¿pero que estás diciendo? Sabes que yo no quería comprometer a alguien de por vida a ser padre, y mucho menos a ti, eres mi amigo, no podía hacerte eso.
- Pero yo quería hacerlo Brennan, deseaba tener un hijo contigo. Lo estuve pensando mucho, me llevé varios días sin saber que decirte cuando me preguntabas si estaba dispuesto a ser el donante, y me di cuenta que sin ti todo mi mundo se venía abajo, no quería lastimarte, pero no podía hacer algo para lo que no estaba preparado, no podía donarte mi esperma y saber que tendría un hijo al cual nunca conocería como tal.
- Pero no entiendo esa obseción por ser el padre de mi hijo Booth.
- ¿No lo entiendes Bones? No entiendes que estoy enamorado de ti. Desde aquel primer caso en el que trabajamos juntos no te he podido olvidar, y pese a que aquel primer beso no significó nada para ti, para mi fue el comienzo de mi amor por ti. Por eso deseaba ser el padre de ese bebé, me moría de celos si pensaba que otra persona ocuparía el lugar que yo anhelaba, si se llevaba esa parte de tu corazón que yo luche por conquistar, si te enamorabas de otro que no fuese yo, no lo podría soportar, te quiero demasiado. Nunca podré olvidar tu sonrisa, esa que ilumina a todo aquel que se encuentre a tu lado; tu belleza, que hizo que mi hermano te tirara los tejos; tu inteligencia, la que nos permite resolver todos los casos y que me hace a mi ser un patán – le dije mientras me reía -; y tu enorme corazón, lo que me enamoró de ti: eres capaz de luchar por lo que quieres aunque con ello corras peligro, y de darlo todo por lo que crees que es lo más justo. Eres una persona maravillosa Bones, aquella persona que se gane tu cariño y tu amor será la persona más afortunada de este mundo, se habrá llevado el tesoro más preciado.
- Booth, no se que decirte, yo… - empezó a decirme, pero antes de que acabara pude oír como alguien la llamaba.

• Brennan mi amor, te necesitamos en el laboratorio.
• Te he dicho que no me llames así en publico- escuche como le decía en un tono casi susurrado para que yo no pudiese oírla.
• Lo siento Bren. Te esperaremos.
• Podéis empezar sin mí, yo iré en cuanto acabe con la llamada, es muy importante.
• Está bien.

- Perdona Booth, era Nick, el agente del FBI que te ha sustituido en tu labor en el Jeffersonnian – pero bien que me ha sustituido, pensé yo. Le ha faltado tiempo para buscarse novio, no sé como le pudo insinuar a Ángela que sentía algo por mi, es que se había vuelto loca.
- No pasa nada Bones, yo me tengo que ir ya – le dije. No me quedaban ganas de seguir hablando con ella después de lo que había escuchado.
- Pero Booth, no me has dejado …
- Bye Bones – le dije cortándola, y acto seguido, colgué.

La llamada me había dejado destrozado. Le había abierto mi corazón, le había dicho lo que nunca me atreví a decirle, y ¿para qué? ¿De que me había servido decirle lo mucho que la quería y lo enamorado que estaba de ella?
No entendía nada. Si Bones le había insinuado a Ángela que estaba enamorada de mí, cuando se lo dijo no habría empezado a salir con Nick, lo cual quería decir que solo llevaban un par de días. ¿Y ya la llamaba cariño? ¡Pues si que iban a rápido! Además, si Gordon no me había dicho nada quería decir que ninguno de los chicos lo sabían, porque de otro modo, Gordon me lo hubiese contado al igual que me había dicho lo que Ángela le reveló bajo secreto profesional. Eran demasiadas las dudas, y ya no sabía que hacer, me había pasado mucho tiempo huyendo de mis sentimientos, no quería tenerlo que hacer por más tiempo.
Mientras pensaba, sonó mi teléfono móvil, era Brennan. Ahora lo que menos me apetecía era tener que hablar con ella así que lo apagué. Necesitaba aclarar las ideas, y conocía el sitio perfecto. Eran las 5 de la madrugada, una hora idónea para salir a dar un paseo por la ciudad de Londres. Me vestí y me dirigí a la entrada de la casa para tomar mi cazadora.

Al salir note el aire frío en mi cara, mi cuerpo se estremeció ante ello, pero poco a poco se fue acostumbrando hasta que no llegué a notarlo. Me parecía una noche preciosa, el cielo estaba estrellado, y la luna llena iluminaba Londres. Me dirigí hacia la zona sur de la ciudad, donde se encontraba el parque al cual me gustaba ir a desconectar cuando me sentía mal.
Al llegar pude ver un banco cercano a un pequeño lago. Me senté ahí.
Me maravillaba Londres de madrugada, era una ciudad diferente, hermosa, silenciosa, mágica.
Desde esta zona podía ver toda la ciudad, te sentías el rey del mundo pudiendo contemplarlo todo.
Aquí podía relajarme y pensar. Tenía que ordenar las ideas.
Primero, necesitaba hablar con Gordon, que él me confirmara que no sabía nada de la relación de Brennan con ese tal Nick. No quería hacerme a la idea de que me había mentido, él nunca lo haría.
Segundo, tenía que aclarar todo esto con Brennan una vez hubiese hablado con Gordon.
Y tercero, todo esto no podía hacerlo desde aquí, una llamada me parecía demasiado frío para solucionarlo todo, así que no me quedaba más remedio que volver a EEUU. Así que iba a necesitar un enorme favor de mi compañera del FBI, y no sé si me lo iba a querer hacer.
Miré la hora. Eran las 7 de la mañana, pronto entraría a trabajar, por lo que deduje que la agente estaría ya levantada, tomándose su taza de café (odio el café inglés, nunca entenderé como a los ingleses puede gustarle, es horrible). Si me daba prisa, quizás pudiera llegar a su casa para hablar personalmente con ella.
Al llegar a su casa vi como tenía las luces del salón encendidas: aún estaba allí. Golpeé con los nudillos la puerta. Tuve que esperar un par de minutos hasta que ella me abrió:
- ¡Booth! – me dijo con cara de sorpresa - ¿Qué haces aquí?
- Necesitaba hablar contigo, es importante.
- Esta bien, pasa, tenemos tiempo de hablar antes de irnos a trabajar.
Al entrar en su casa me llamó la atención no encontrar ninguna foto o cuadro, solo se podía ver un pequeño lienzo en el salón. Era una casa muy amplia, tenía dos plantas, y estaba decorada de manera sencilla y elegante. Me dirigió hacia el comedor, donde se estaba preparando el desayuno. Me indicó que me sentará, y ella terminó de prepararse el desayuno.
- Bueno Booth, cuéntame, ¿Qué es tan urgente como para que vengas a visitarme a ésta hora?
- Necesito contarte la verdad, ha llegado la hora de que sepas el motivo por el cual solicité la entrada en el instituto Castle.
- Pero tú me dijiste que te despidieron porque hubo un reajuste de plantilla, ¿acaso no fue eso lo que ocurrió? ¿Es que me has mentido?
- Lo siento, pero debía hacerlo. No me despidieron por lo que te dije, es mas, no me despidieron, fui yo el que decidió marcharse.
- Pero, ¿por qué Booth? No lo entiendo, si tú hablas muy bien de tus compañeros, y siempre dices que te trataban muy bien, que han llegado a convertirse en tus amigos. ¿Por qué dejar un lugar que te reporta tanto personal y profesionalmente?
- Eso es lo que te quería explicar.
Traté de explicarle toda la historia de la relación entre Brennan y yo, sólo así podría comprenderme, ella había sentido algo similar por su compañero fallecido, así que supuse que podría entender lo que me ocurría.
Tras contárselo todo paso por paso, y narrarle lo ocurrido tras la visita de los chicos y lo acontecido a partir de ella, la agente se quedó pensativa.
- Booth, necesitas ir a ver a Brennan a EEUU, quizás solo sea un malentendido y podáis arreglar las cosas. No puedes quedarte de brazos cruzados, si no vas a por ella te arrepentirás toda tu vida.
- Sabía que lo entenderías. Venía a pedirte permiso para ir a hablar con los chicos y con Brennan personalmente.
- Eso no tienes ni que pedírmelo Booth. No hay día en que no me arrepentida de no haber sido clara con la persona que quería y haberle dicho lo que sentía. Me engañaba a mi misma diciéndome que no sentía nada por él, que solo era una historia pasajera, y ya es demasiado tarde para arreglarlo. No pienso ver como a ti te ocurre lo mismo. Ve a por ella Booth, y no pares hasta que la consigas, hazme el favor – me dijo con una amplia sonrisa. Me había equivocado con ella, era una persona encantadora, solo se comportaba de manera distante conmigo porque estaba de prueba, pero tras acabar, su comportamiento hacia mí había cambiado radicalmente y había vuelto a ser la persona que yo conocí, alegre, divertida y simpática.
- Muchas gracias, eres una gran persona.
- No tienes que dármela Booth, no me gustaría que recayese sobre mi conciencia el haber impedido que dos personas fuesen felices. Ahora vete, Brennan te está esperando.
- Pero, tengo que despedirme de mis compañeros de trabajo, es lo menos que puedo hacer, se han portado muy bien conmigo.
- Booth, no sabemos si esto será una despedida definitiva. Creo que por ahora es mejor que no sepan nada hasta que tú no dejes claro todo con Brennan y veas como se desarrollan las cosas, porque si se lo decimos y no sale bien, que espero que no ocurra, los chicos no me van a perdonar que te haya dejado irte y que después vuelvas como si nada.
- Está bien, llevas razón.
- Además, siempre tienes la posibilidad de volver, si todo te va bien en EEUU para despedirte de ellos como se merecen, sin que ellos sepan nada de tu viaje, yo les diré que te has ausentado por problemas personales pero que en cuanto se solucionen volverás, y si tú luego decides no volver a trabajar con nosotros pues entonces vuelves y te despides de ellos.
- Pero, ¿Qué pasa con el contrato que firme por plazo de un año?
- Ah, eso solo era para ver si tú compromiso de trabajar con nosotros iba en serio, pero tras pasar el periodo de prueba lo rompí – me dijo entre risas.
- No sabes cuanto te agradezco todo lo que estás haciendo por mi.
- Ya basta de cháchara Booth, vete ya – me dijo con una amplia sonrisa, y acto seguido me dio un gran abrazo.

Tras esta agradable charla con la agente, me dí cuenta que debía luchar por Brennan, no sabía lo que el futuro me depararía, y estaba claro que si no hacía nada la perdería para siempre. Quizás aun estaba a tiempo de solucionar las cosas. Así que me dirigí a casa y preparé las maletas. Metí todo lo que me había traído, algo me decía que no volvería a Londres, al menos, por una larga temporada. Vine para alejarme de Bones y olvidarme de ella, pero con las ideas más claras me había dado cuenta que nunca la iba a poder olvidar, lo único que iba a conseguir sería engañarme a mi mismo, pero nunca la olvidaría.
Una vez recogido todo, me dirigí al aeropuerto y puse rumbo hacia EEUU, mi hogar, el país en el cual se encontraba el amor de mi vida.

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