Sabía lo que debía hacer, no podía perder ni un minuto, pronto saldría mi vuelo y para entonces debía haber dejado todo arreglado. Bajé a recepción y les pedí un taxi: el primer movimiento a realizar era hablar con Eric, él era mi jefe y mi persona de confianza en la isla, necesitaba saber que pensaba él antes de seguir adelante. Cuando subí al vehículo no supe que dirección decirle al conductor: Erik no estaría en las excavaciones ya que estaban cerradas, y no sabía donde vivía. Estuve un par de minutos pensando hasta que recordé algo: Erik siempre decía que cuando necesitaba pensar iba a un local cercano a su vivienda, y cuando vino a verme al hospital lo noté preocupado, así que imaginé que imaginé que estaría allí. Le di la dirección al taxista y en media hora estuve allí. Entré y pude verlo al final del local, sentado contemplando la isla desde la gran que había junto a la mesa. Parecía angustiado, como si se sintiera culpable, como pude notar durante su visita, no estaba bien, debía alejarlo de todo este peligro.
Br- ¡Erik!
E- ¡Brennan, que sorpresa! ¿Qué haces aquí?
Br- He sabido algo que os pone en peligro a todos, necesitaba que lo supieses antes de que hiciese nada al respecto.
E- Dime que has sabido Brennan.
Br- ¿Recuerdas que estaba investigando, junto a mis compañeros, el caso? Pues han descubierto quien era la víctima: se trataba de Thomas William, un antiguo compañero mío- preferí ignorar la parte íntima él- que no soportaba que otros hiciesen más logros que él. Lo que necesitaba que supieses es que creo que hay un topo entre el equipo de antropólogos, Erik, pues quien investigó a la víctima y me facilitó los datos fue uno de ellos, por eso yo no pude identificarlo, porque nunca lo llegué a ver personalmente, el cuerpo siempre estuvo este antropólogo como intermediario entre la víctima y yo.
E- ¿Qué estás tratando de decirme Brennan?
Br- Creo que corremos peligro todo, Erik. Si estoy en lo cierto, ésta persona habría sido contratadas por Thomas para que estuviese al tanto de todos mis pasos, pero al morir Thomas, todo cambió. Me mandaron esa amenaza, creo que son tipos peligrosos confundidos tras la muerte de su jefe. No se si están actuando bajo órdenes dejadas por él antes de morir, pero aun así, es muy peligroso. Te cuento esto porque quería que lo supieses antes de que me vaya, necesito dejarlo todo bien atado, no quiero que en mi ausencia ocurra nada malo, por eso pienso que deberíamos alejar a todo el equipo del caso, empezando por ti, pero no sé como hacerlo sin que el topo se de cuenta que sabemos de su existencia, necesito que me ayudes.
E- Brennan, ¿te das cuenta que lo que vas a hacer puede ponerte en peligro más de lo que ya estás? Si hacemos esto y sale mal, irán a por tus amigos, ¿no crees que sea preferible que todo siga como está y ellos piensen que no sabemos nada más?
Br- Lo he estado pensando y es mejor que los ayude, creo que puede salir bien. Si todo sale como espero, no habrá nadie en peligro.
E- Está bien, ¿cómo lo hacemos?
Br- Tengo sólo cuatro horas para organizarlo todo y tomar el avión.
Le expliqué a Eric que necesitaba sacar a todo el equipo allí y hacerles creer que no tenía sentido que trabajaran allí, pero que no sabía que explicación darle a los chicos de por qué debían dejarlo, pero a Eric se le ocurrió algo: las investigaciones y excavaciones estaban siendo subvencionadas por Michel Grunt, el mejor antropólogo del mundo y su amigo de la infancia, solo tenía que hablar con él para que este dejara de subvencionarnos. Con solo una llamada, la parte más difícil ya estaba hecha, Michel accedió, aunque no sabía el motivo por el cual queríamos que dejase de subvencionar una investigación tan importante.
El siguiente paso era decisivo, si nadie sospechaba podría ponerlos a todos a salvo. Eric llamó a los trabajadores y nos reunimos en las instalaciones donde trabajamos. Para evitar levantar sospechas, decidimos hacer creer a todos que yo no sabía nada de lo ocurrido.
E- Chicos, tengo algo muy importante que deciros, necesito que me escuchéis atentamente. Michel Grunt, el antropólogo que nos subvencionaba la investigación, ha dejado de hacerlo, y no podemos seguir adelante con las excavaciones.
- Pero no puede ser, no podemos dejar la investigación a medias, y menos aun cuando hemos encontrado un cadáver cerca de las excavaciones – dijo uno de los antropólogos que trabajaba con nosotros.
Erik y yo nos miramos. No queríamos que relacionasen esto con la víctima o el topo se daría cuenta, debíamos desviar la atención.
Br- Esta investigación era muy importante para todos Eric- le dije yo, tal como habíamos planeado- ¿no habría algún modo de seguir con ella?
E- Por el momento no podemos hacer nada, no hay manera de seguir adelante sin esa subvención. Michel me ha prometido que en cuanto este mejor de dinero nos volverá a dar la subvención, así que tomaremos ese tiempo como unas vacaciones, que bien merecido lo tenemos.
Pude ver sus caras de frustración, sus miradas de impotencia. Sabían que estaban investigando un hallazgo muy importante, y querían llegar hasta el final. Yo temí que se produjese una rebelión, pero dentro de lo triste de la mentira que le tuvimos que decir, se mostraron muy sensatos y aceptaron sus “vacaciones”.
El topo, que gracias a esta reunión descubrí que se llamaba Pet, parecía haberse creído la historia. Estuve pendiente de cada paso que daba, cada gesto que hacía, parecía uno más, no destacaba, se manifestó enfadado y triste, como todo el grupo, aunque yo sabía que solo era una tapadera, él no estaba enfadado, solo era un simple empleado cuyo jefe había muerto.
Viendo que todo estaba en orden, le pedí a Eric que me mantuviese al día de todo lo que ocurriese, y que procurase estar al margen del caso. Me despedí de él y me dirigí al hotel para hacerla maleta. Estaba deseando llegar a Whasington y reencontrarme con Booth, lo añoraba. Además, debía averiguar quienes eran los que me habían mandado la carta amenazadora, ver que relación tenían con la víctima, así como averiguar la causa exacta de que Pet estuviese en la isla.
sábado, 31 de julio de 2010
jueves, 22 de julio de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo X
Sus gestos de complicidad, sus sonrisas, sus comentarios, me hacían recordar aquellos momentos vividos en el Jeffersonian a lo largo de estos cinco años en lo que se formó el equipo, mi equipo, mis amigos. Aquellas personas que ahora podía ver a través de la Web Cam me habían hecho pasar los mejores y los peores momentos de mi vida.Con ellos compartí el reencuentro con mi padre y mi hermano Russ, el descubrimiento del cadáver de mi madre, mi deseo de tener un bebé, mi noviazgo con Sully,… Por ello, al ver sus caras de miedo, angustia, noté un intenso dolor, algo ocurría a juzgar por sus gestos.
Br- ¿Qué ocurre chicos, que habéis descubierto?
H- Analicé las partículas que me pediste y descubrí algo.Esas partículas eran pequeños fragmentos de un abeto Douglas, un tipo de abetoso lo existente en la zona de Washington, que da casualidad que es el mismo tipo que tenemos plantado en las instalaciones del Jeffersonian, lo que nos ponía sobre la pista de uno de nosotros.
A- Hodgins empezó pronto con sus conspiraciones- dijo Ángela interrumpiéndolo, aunque no pareció molestarle, estaba deleitándose con el sonido de su voz. Era como si llevasen juntos una semana, aun seguían tonteando, no me había fijado hasta ahora, con la distancia todo se veía mejor– yo me encargué de hacer la reconstrucción facial que me pediste e hice este retrato con lo que tenía:
C- … que coincidía con la identidad de la personas que obtuve tras hacerle la prueba de ADN a la víctima. Es…
C- Así es, Thomas era el encargado del departamento de paleontología y geología.
Br- ¡Pero no puede ser! Era un hombre muy trabajador, una persona integra, amaba tanto la paleontología como yo. Estuve hablando con él antes de venirme a la isla sobre…
De repente todo tenía sentido. El día de mi partida me sentía confusa, tenía muchas emociones encontradas y no sabía muy bien que hacer: por una lado estaba feliz, feliz por haber sido llamada para investigar una nueva especie humana; feliz por desconectar de la antropología,mi escondite durante años y mi agujero negro en ese momento; feliz por poder experimentar lo que es vivir sin mucha tecnología; feliz por poder vivir con otras culturas de la que aprender; en definitiva, feliz por ser libre durante un año y hacer algo nuevo. Sin embargo, también me sentía triste, sentía una gran tristeza por dejar el Jeffersonnian, el lugar que me había dado tanto;triste por dejar a mis compañeros, mi familia durante cinco largos años, pero sobre todo, me sentía triste por Booth, mi compañero en la larga andadura junto al FBI, mi compañero de risas, de lágrimas, la persona a la que había hecho participe de innumerables momentos y secretos de mi vida, mi amigo.
Sólo una persona como yo sería capaz de entenderme, por ello fui a hablar con Thomas. Él era el encargado del departamento de paleontología y geología, al cual había estado ligada durante mucho tiempo, antes de comenzara trabajar con Booth. Durante ese periodo pude conocerlo muy bien. Thomas era un chico muy alegre, hacía sentir feliz a los demás en momentos de tristeza. Nunca se le veía desanimado o decaído, era una persona con una gran vitalidad. Su forma de ser me agradaba, me hacía querer estar a su lado. Llegué a pasarme horas en su despacho sin ni siquiera darme cuenta. Pasamos tanto tiempo el uno con el otro que ocurrió lo inevitable: acabamos pasando la noche juntos. A partir de ahí comenzamos una historia que llevamos en secreto, pesé a mi insistente negación, pero no había otro modo de hacerlo, estaba prohibido que las personas que trabajaban juntas mantuviesen algún tipo de relación fuera de lo laboral. Pero Thomas fue cambiado su carácter, se volvió agrio, y siempre estaba celoso de mi trabajo, no quería que fuese yo quien llevase a cabo las investigaciones ni que destacase más que él,por eso lo dejé. Yo pensé que nunca más podría mantener con él una relación de amistad, pero me equivoqué. Thomas era muy malo como pareja, pero como amigo era maravilloso, me entendía, me sabía escuchar, y me daba buenos consejos. Por ello, durante todo este tiempo, había seguido manteniendo la amistad, y por eso fui a hablar con él antes de mi partida, pero parece ser que no fue buena idea.Yo creía que Thomas había cambiado, Booth me enseñó a creer que las personas pueden cambiar, pero hay algunas que nunca lo hacen, y ese era su caso, nunca dejó de estar celoso de mi éxito profesional.
A- ¿Sobre que cielo?
Br- ¡Oh no! No debí hablar con él, le conté todo lo que iba a hacer en la isla, le dije en el hotel en el que me hospedaría, donde trabajaría,…Sabía cada paso que iba a dar.
C- ¿Pero no entiendo que móvil podría tener para llegar hasta donde trabajas?
Un largo silencio se apoderó de la instancia. Nadie dijo nada, todos permanecieron callados como si supiesen que les ocultaba algo. Me di cuenta de que si me iban a ayudar era mejor que conocieran la historia de Thomas y yo, así que se los conté.
A- Pero Brennan, ¿cómo se te ocurre contárselo todo sabiendo como era? ¿Por qué no fuiste más prudente y te ahorraste la visita? Pero que ingenua eres a veces, ¿no sabías que podría no haber cambiado? Tú no lo conocías como para saber de lo que sería capaz.
Br- ¡Ángela, por favor! Ya me siento lo suficientemente confusa y arrepentida como para escuchar tus sermones ahora- tras decirlo me di cuenta de lo grosera que había sido- Lo siento Ángela, perdona, pero ahora no estoy de humor para nada.
C- Brennan, creo que es mejor que descanses. Mañana volverás a Whasington, y debes estar bien para seguir aquí con la investigación.
Br- Si, necesito pensar un poco y arreglar algunas cosas antes de irme. Mañana nos veremos.
No sabía que hacer: por una parte quería seguir adelante y averiguar todo cuanto pudiese, pero por otro lado solo quería vivir mi vida y dejar de preocuparme. Pero me di cuenta que lo que en realidad no quería era ver que Thomas no era la persona que yo pensé y que las amenazas que recibí podía venir de personas contratadas por él. Aun así, había algo que no llegaba a entender: ¿por qué no había sido capaz de identificarlo? ¿Por qué había necesitado a los chicos para identificar a una persona con la que había compartido algunos años de mi vida? Comencé a sentir que quizás había perdido práctica durante este año alejada de la antropología y centrada en la paleontología, pero no podía ser, me dije a mi misma, el identificar cadáveres es como montar en bicicleta, nunca se olvida. Algo había pasado por alto, algo no había estudiado bien, debía ser eso.
Y como si del destello de la luna en pleno bosque se tratase,una idea comenzó a brillar en mi cerebro: la investigación la había llevado acabo junto con otro compañero antropólogo de la isla. ¿Y si estaba contratado por Thomas para que me siguiese los pasos de cerca? Me estaba asustando; pasar tantos años al lado de Hodgins había hecho que yo también empezase a conspirar,pero de algún modo que me resultaba imposible explicar, sentía que mi idea era cierta. Debía alertar al resto de compañeros de la isla y a Erik, todos corríamos peligro allí.
Br- ¿Qué ocurre chicos, que habéis descubierto?
H- Analicé las partículas que me pediste y descubrí algo.Esas partículas eran pequeños fragmentos de un abeto Douglas, un tipo de abetoso lo existente en la zona de Washington, que da casualidad que es el mismo tipo que tenemos plantado en las instalaciones del Jeffersonian, lo que nos ponía sobre la pista de uno de nosotros.
A- Hodgins empezó pronto con sus conspiraciones- dijo Ángela interrumpiéndolo, aunque no pareció molestarle, estaba deleitándose con el sonido de su voz. Era como si llevasen juntos una semana, aun seguían tonteando, no me había fijado hasta ahora, con la distancia todo se veía mejor– yo me encargué de hacer la reconstrucción facial que me pediste e hice este retrato con lo que tenía:
C- … que coincidía con la identidad de la personas que obtuve tras hacerle la prueba de ADN a la víctima. Es…
THOMAS WILLIAM- dijimos Cam, Hodgins y yo
C- Así es, Thomas era el encargado del departamento de paleontología y geología.
Br- ¡Pero no puede ser! Era un hombre muy trabajador, una persona integra, amaba tanto la paleontología como yo. Estuve hablando con él antes de venirme a la isla sobre…
De repente todo tenía sentido. El día de mi partida me sentía confusa, tenía muchas emociones encontradas y no sabía muy bien que hacer: por una lado estaba feliz, feliz por haber sido llamada para investigar una nueva especie humana; feliz por desconectar de la antropología,mi escondite durante años y mi agujero negro en ese momento; feliz por poder experimentar lo que es vivir sin mucha tecnología; feliz por poder vivir con otras culturas de la que aprender; en definitiva, feliz por ser libre durante un año y hacer algo nuevo. Sin embargo, también me sentía triste, sentía una gran tristeza por dejar el Jeffersonnian, el lugar que me había dado tanto;triste por dejar a mis compañeros, mi familia durante cinco largos años, pero sobre todo, me sentía triste por Booth, mi compañero en la larga andadura junto al FBI, mi compañero de risas, de lágrimas, la persona a la que había hecho participe de innumerables momentos y secretos de mi vida, mi amigo.
Sólo una persona como yo sería capaz de entenderme, por ello fui a hablar con Thomas. Él era el encargado del departamento de paleontología y geología, al cual había estado ligada durante mucho tiempo, antes de comenzara trabajar con Booth. Durante ese periodo pude conocerlo muy bien. Thomas era un chico muy alegre, hacía sentir feliz a los demás en momentos de tristeza. Nunca se le veía desanimado o decaído, era una persona con una gran vitalidad. Su forma de ser me agradaba, me hacía querer estar a su lado. Llegué a pasarme horas en su despacho sin ni siquiera darme cuenta. Pasamos tanto tiempo el uno con el otro que ocurrió lo inevitable: acabamos pasando la noche juntos. A partir de ahí comenzamos una historia que llevamos en secreto, pesé a mi insistente negación, pero no había otro modo de hacerlo, estaba prohibido que las personas que trabajaban juntas mantuviesen algún tipo de relación fuera de lo laboral. Pero Thomas fue cambiado su carácter, se volvió agrio, y siempre estaba celoso de mi trabajo, no quería que fuese yo quien llevase a cabo las investigaciones ni que destacase más que él,por eso lo dejé. Yo pensé que nunca más podría mantener con él una relación de amistad, pero me equivoqué. Thomas era muy malo como pareja, pero como amigo era maravilloso, me entendía, me sabía escuchar, y me daba buenos consejos. Por ello, durante todo este tiempo, había seguido manteniendo la amistad, y por eso fui a hablar con él antes de mi partida, pero parece ser que no fue buena idea.Yo creía que Thomas había cambiado, Booth me enseñó a creer que las personas pueden cambiar, pero hay algunas que nunca lo hacen, y ese era su caso, nunca dejó de estar celoso de mi éxito profesional.
A- ¿Sobre que cielo?
Br- ¡Oh no! No debí hablar con él, le conté todo lo que iba a hacer en la isla, le dije en el hotel en el que me hospedaría, donde trabajaría,…Sabía cada paso que iba a dar.
C- ¿Pero no entiendo que móvil podría tener para llegar hasta donde trabajas?
Un largo silencio se apoderó de la instancia. Nadie dijo nada, todos permanecieron callados como si supiesen que les ocultaba algo. Me di cuenta de que si me iban a ayudar era mejor que conocieran la historia de Thomas y yo, así que se los conté.
A- Pero Brennan, ¿cómo se te ocurre contárselo todo sabiendo como era? ¿Por qué no fuiste más prudente y te ahorraste la visita? Pero que ingenua eres a veces, ¿no sabías que podría no haber cambiado? Tú no lo conocías como para saber de lo que sería capaz.
Br- ¡Ángela, por favor! Ya me siento lo suficientemente confusa y arrepentida como para escuchar tus sermones ahora- tras decirlo me di cuenta de lo grosera que había sido- Lo siento Ángela, perdona, pero ahora no estoy de humor para nada.
C- Brennan, creo que es mejor que descanses. Mañana volverás a Whasington, y debes estar bien para seguir aquí con la investigación.
Br- Si, necesito pensar un poco y arreglar algunas cosas antes de irme. Mañana nos veremos.
No sabía que hacer: por una parte quería seguir adelante y averiguar todo cuanto pudiese, pero por otro lado solo quería vivir mi vida y dejar de preocuparme. Pero me di cuenta que lo que en realidad no quería era ver que Thomas no era la persona que yo pensé y que las amenazas que recibí podía venir de personas contratadas por él. Aun así, había algo que no llegaba a entender: ¿por qué no había sido capaz de identificarlo? ¿Por qué había necesitado a los chicos para identificar a una persona con la que había compartido algunos años de mi vida? Comencé a sentir que quizás había perdido práctica durante este año alejada de la antropología y centrada en la paleontología, pero no podía ser, me dije a mi misma, el identificar cadáveres es como montar en bicicleta, nunca se olvida. Algo había pasado por alto, algo no había estudiado bien, debía ser eso.
Y como si del destello de la luna en pleno bosque se tratase,una idea comenzó a brillar en mi cerebro: la investigación la había llevado acabo junto con otro compañero antropólogo de la isla. ¿Y si estaba contratado por Thomas para que me siguiese los pasos de cerca? Me estaba asustando; pasar tantos años al lado de Hodgins había hecho que yo también empezase a conspirar,pero de algún modo que me resultaba imposible explicar, sentía que mi idea era cierta. Debía alertar al resto de compañeros de la isla y a Erik, todos corríamos peligro allí.
jueves, 15 de julio de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo IX
Ángela era mi mejor amiga, la persona a la cual podía contarle todo sin ningún temor. Sabía que ella no era como yo, a Angie le importaban mucho las personas, establecía fuertes vínculos con ellos. Yo era justamente lo contrario, pero ella nunca me lo reprochaba, simplemente me daba consejos para que aprendiese. En Ángela podía confiar, por eso tenía que hablar con ella, estaría preocupada por mí.
Busqué mi móvil en el bolso y cuando me disponía a marcar, una voz en mi cabeza me dijo: “No lo hagas, podría ser peligroso”. Rápidamente me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer y guarde el teléfono. Busqué con la mirada la cabina de teléfono más cercana: había una a un par de metros. Me levanté y me dirigí hacia ella.
Br- Ángela, soy Brennan. Perdona que no te haya llamado durante estos días, es que he estado muy ocupada buscando información, no quería empezar sin tener nada, pero no he encontrado mucho más de lo que ya sabía-odiaba mentirle pero, en esta ocasión era estrictamente necesario o, de otro modo, la pondría en peligro.
A- ¡Gracias a Dios, Bren! Me tenías muy asustada. Podrías haberme avisado, he pasado unos días horribles. Llamé a tu jefe y él me lo contó todo, me dejó un poco más tranquila, aunque necesitaba saberlo de ti, tú no mementirías.
No sabía que decirle, no quería mentirle, pero no podía decirle la verdad. Odiaba tener que hacer esto, además, yo no sabía hacerlo, seguro que acabaría dándose cuenta. Decidí cambiar de tema apara evitar volverle a mentir.
Br- Ángela, necesito que os pongáis a trabajar. No he podido obtener más información de la víctima. ¿Saben los demás a lo que se enfrentan?
A- Si cielo, les conté todo y, al igual que yo, no quieren dejarte sola. Cuenta con nosotros en esto. ¿Qué tenemos que hacer?
Br- Necesito que tú trates de hacer una reconstrucción facial con las imágenes del cráneo que te voy a mandar. Con respecto al resto, le he pedido a Erik que os traslade las partes de la víctima y los restos que quiero que analicéis: necesito que Cam haga una prueba de ADN con un fragmento de piel del cúbito, y dile a Hodgins que analice las partículas que hemos encontrado en la ropa de la víctima.
A- Vale cariño, les diré lo que deben hacer, pero ¿por qué me llamas desde un número desconocido? ¿Es que se te ha estropeado tu móvil?
Br- No, mi móvil funciona bien, pero no quiero arriesgarme a llamar desde él, no sé de lo que son capaces esas personas, así que, como no estoy en el hotel, te he llamado desde una cabina. A partir de ahora nos comunicaremos por ordenador, es más fiable.
A- Cielo,¿ahora crees en lo que, según tú, solo eran suposiciones? Algo ha debido de ocurrir para que vieses que llevábamos razón.
Br- No Ángela, no ha ocurrido nada, sigo pensando que es una suposición, per como casi siempre lleváis razón, prefiero arriesgarme lo menos posible.
A- Vale Bren,es mejor así, cuanto menos te pongas en peligro más segura estarás. Te informaréantes de que acabe el día de lo que hayamos podido averiguar.
Br- Vale,estaré esperando novedades.
Volvía al parque a deleitarme viendo a aquellos niños que tantos recuerdos me traía. De repente vino una escena a mi mente…
Mi madre había venido a verme en medio de la noche. Yo estaba durmiendo completamente empapada en lágrimas, con los ojos hinchados. Mi mascota, Tobbie, un pequinés de color caramelo, había desaparecido. Me desperté y vi el rostro de mi madre, parecía un hada: su melena oscura bailaba al compás de las hojas de los árboles que se podían ver por mi ventana, y su vestido blanco le hacía parecer mágica. Parecía que volase hacia mi cama. Se sentó a mi lado y me acarició la mejilla. El contacto de su mano, fría y suave, con mi piel, hizo que me estremeciera. Se acercó y me susurró al oído: “Nada es verdad si no crees en ello”. Yo me abrasé a ella y rompí a llorar.
Ese recuerdo hizo que pequeñas lágrimas brotaran de mis ojos. “Nada es verdad si no crees en ello”. Debía creer en Booth, creer que alguna vez podríamos empezar lo que dejamos hace un año, creer que solucionaría el caso, creer que sería feliz, que tendría una familia en la que apoyarme y que podría vivir sin temor. Debía creer en todo ellos, sabía que si lo hacía, si hacía todo lo posible porque fuese así, lo conseguiría.
Mientras esta idea revoloteaba por mi cabeza junto con mis recuerdos, me dirigí hacia el hotel, debía llegar pronto, Angie me daría nueva información que me ayudaría con el caso.
Subí las escaleras del hotel asustada, no podía evitar estarlo tras lo ocurrido. Me temblaba todo el cuerpo y un sudor frío empezó a recorrerme la frente. Abrí la puerta de mi habitación y revisé con la mirada que todo estuviese en su lugar. Parecía que estaba orden.
Me senté en el sofá que había enfrente de mi cama y, mientras contemplaba el hermoso atardecer que se vislumbraba por mi ventana, encendí el ordenador. Inmediatamente pude ver a mi equipo a través de la WebCam. ¡Qué diferentes estaba todos!
Hodgins se había puesto un poco más grueso, y su mirada de complicidad me hizo sonreír. Ángela se había cortado el pelo, le favorecía bastante. Me sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa Y Cam, bueno Cam, seguía como siempre. Al observarla pude ver un ligero gesto de asentimiento, como si quisiera transmitirme su apoyo. Al verlos a todo allí, el miedo se desvaneció, y en su lugar se instaló una gran alegría y emoción ante el cariño de esas personas hacia mí.
Decidí ser yo quien rompiese ese hermoso silencio:
Br- Hola chicos, me alegro de poderos ver. Tengo que agradeceros que hagáis esto, supongo que sabréis que es muy peligroso.
H- Si que lo sabemos Brennan, pero, al igual que tú nos has ayudado cuando alguno de nosotros hemos estado en peligro, nosotros debemos hacer lo mismo, no te vamos a dejar sola.
C- Yo te dije hace un par de días que si ocurría algo me avisases, así que cuando Ángela me lo contó, ni lo pensé, le dije que te ayudaríamos.
A- Ves cielo, después de todo, aunque sea un locura y Booth tenga razón, te vamos a ayudar.
Br- Muchas gracias chicos, tengo mucha suerte de teneros como amigos – les dije emocionada ante aquel despliegue de cariño – Bueno, ¿habéis podido averiguar algo más?
A- Cariño, agárrate fuerte que vienen curvas.
Busqué mi móvil en el bolso y cuando me disponía a marcar, una voz en mi cabeza me dijo: “No lo hagas, podría ser peligroso”. Rápidamente me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer y guarde el teléfono. Busqué con la mirada la cabina de teléfono más cercana: había una a un par de metros. Me levanté y me dirigí hacia ella.
Br- Ángela, soy Brennan. Perdona que no te haya llamado durante estos días, es que he estado muy ocupada buscando información, no quería empezar sin tener nada, pero no he encontrado mucho más de lo que ya sabía-odiaba mentirle pero, en esta ocasión era estrictamente necesario o, de otro modo, la pondría en peligro.
A- ¡Gracias a Dios, Bren! Me tenías muy asustada. Podrías haberme avisado, he pasado unos días horribles. Llamé a tu jefe y él me lo contó todo, me dejó un poco más tranquila, aunque necesitaba saberlo de ti, tú no mementirías.
No sabía que decirle, no quería mentirle, pero no podía decirle la verdad. Odiaba tener que hacer esto, además, yo no sabía hacerlo, seguro que acabaría dándose cuenta. Decidí cambiar de tema apara evitar volverle a mentir.
Br- Ángela, necesito que os pongáis a trabajar. No he podido obtener más información de la víctima. ¿Saben los demás a lo que se enfrentan?
A- Si cielo, les conté todo y, al igual que yo, no quieren dejarte sola. Cuenta con nosotros en esto. ¿Qué tenemos que hacer?
Br- Necesito que tú trates de hacer una reconstrucción facial con las imágenes del cráneo que te voy a mandar. Con respecto al resto, le he pedido a Erik que os traslade las partes de la víctima y los restos que quiero que analicéis: necesito que Cam haga una prueba de ADN con un fragmento de piel del cúbito, y dile a Hodgins que analice las partículas que hemos encontrado en la ropa de la víctima.
A- Vale cariño, les diré lo que deben hacer, pero ¿por qué me llamas desde un número desconocido? ¿Es que se te ha estropeado tu móvil?
Br- No, mi móvil funciona bien, pero no quiero arriesgarme a llamar desde él, no sé de lo que son capaces esas personas, así que, como no estoy en el hotel, te he llamado desde una cabina. A partir de ahora nos comunicaremos por ordenador, es más fiable.
A- Cielo,¿ahora crees en lo que, según tú, solo eran suposiciones? Algo ha debido de ocurrir para que vieses que llevábamos razón.
Br- No Ángela, no ha ocurrido nada, sigo pensando que es una suposición, per como casi siempre lleváis razón, prefiero arriesgarme lo menos posible.
A- Vale Bren,es mejor así, cuanto menos te pongas en peligro más segura estarás. Te informaréantes de que acabe el día de lo que hayamos podido averiguar.
Br- Vale,estaré esperando novedades.
Volvía al parque a deleitarme viendo a aquellos niños que tantos recuerdos me traía. De repente vino una escena a mi mente…
Mi madre había venido a verme en medio de la noche. Yo estaba durmiendo completamente empapada en lágrimas, con los ojos hinchados. Mi mascota, Tobbie, un pequinés de color caramelo, había desaparecido. Me desperté y vi el rostro de mi madre, parecía un hada: su melena oscura bailaba al compás de las hojas de los árboles que se podían ver por mi ventana, y su vestido blanco le hacía parecer mágica. Parecía que volase hacia mi cama. Se sentó a mi lado y me acarició la mejilla. El contacto de su mano, fría y suave, con mi piel, hizo que me estremeciera. Se acercó y me susurró al oído: “Nada es verdad si no crees en ello”. Yo me abrasé a ella y rompí a llorar.
Ese recuerdo hizo que pequeñas lágrimas brotaran de mis ojos. “Nada es verdad si no crees en ello”. Debía creer en Booth, creer que alguna vez podríamos empezar lo que dejamos hace un año, creer que solucionaría el caso, creer que sería feliz, que tendría una familia en la que apoyarme y que podría vivir sin temor. Debía creer en todo ellos, sabía que si lo hacía, si hacía todo lo posible porque fuese así, lo conseguiría.
Mientras esta idea revoloteaba por mi cabeza junto con mis recuerdos, me dirigí hacia el hotel, debía llegar pronto, Angie me daría nueva información que me ayudaría con el caso.
Subí las escaleras del hotel asustada, no podía evitar estarlo tras lo ocurrido. Me temblaba todo el cuerpo y un sudor frío empezó a recorrerme la frente. Abrí la puerta de mi habitación y revisé con la mirada que todo estuviese en su lugar. Parecía que estaba orden.
Me senté en el sofá que había enfrente de mi cama y, mientras contemplaba el hermoso atardecer que se vislumbraba por mi ventana, encendí el ordenador. Inmediatamente pude ver a mi equipo a través de la WebCam. ¡Qué diferentes estaba todos!
Hodgins se había puesto un poco más grueso, y su mirada de complicidad me hizo sonreír. Ángela se había cortado el pelo, le favorecía bastante. Me sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa Y Cam, bueno Cam, seguía como siempre. Al observarla pude ver un ligero gesto de asentimiento, como si quisiera transmitirme su apoyo. Al verlos a todo allí, el miedo se desvaneció, y en su lugar se instaló una gran alegría y emoción ante el cariño de esas personas hacia mí.
Decidí ser yo quien rompiese ese hermoso silencio:
Br- Hola chicos, me alegro de poderos ver. Tengo que agradeceros que hagáis esto, supongo que sabréis que es muy peligroso.
H- Si que lo sabemos Brennan, pero, al igual que tú nos has ayudado cuando alguno de nosotros hemos estado en peligro, nosotros debemos hacer lo mismo, no te vamos a dejar sola.
C- Yo te dije hace un par de días que si ocurría algo me avisases, así que cuando Ángela me lo contó, ni lo pensé, le dije que te ayudaríamos.
A- Ves cielo, después de todo, aunque sea un locura y Booth tenga razón, te vamos a ayudar.
Br- Muchas gracias chicos, tengo mucha suerte de teneros como amigos – les dije emocionada ante aquel despliegue de cariño – Bueno, ¿habéis podido averiguar algo más?
A- Cariño, agárrate fuerte que vienen curvas.
sábado, 10 de julio de 2010
LOST EXPERIENCE:Capítulo VIII
La estancia en el hospital se me antojó muy larga. Desde aquella noche en la que entraron en mi habitación había pasado dos días y durante ese tiempo estuve ingresada en el hospital por mis continuas recaídas. Llevaba doce horas sin tener ninguna, si no volvía a remitir podría volver al hotel antes de que acabase el día.
Llamaron a la puerta:
Br- Pase por favor- dije yo, arrepintiéndome tras decirlo. Desde aquella noche tenía el mido instalado en mi cuerpo de manera permanente.
E- Hola Brennan, ¿qué tal te encuentras? No sabía nada de ti desde que te di permiso para que te fuese al hotel y, como no llegabas, pregunté a los policías que te protegían; ellos me contaron lo sucedido. Quise venir de inmediato a verte pero no podías recibir visitas para no agravar tu estado, has permanecido estos dos días con tranquilizantes. Me avisaron que podía venir a verte y aquí estoy- me dijo sonriendo, aunque yo sabía que tras esa máscara se encontraba una sensación de intranquilidad y un poco de culpabilidad.
Br- Gracias por preocuparte por mi Erik, no tendrías que haberte molestado, ya me encuentro mucho mejor, puede que salga hoy de aquí. ¿Te puedo hacer una pregunta? – le dije para cambiar de tema, me sentía incómoda ante esa cálida mirada.
E- Claro Brennan, dime, ¿qué quieres saber?
Br- Necesito saber si habéis dado con la persona que entró en mi habitación. Quiero saber quien es, es muy importante para la investigación que estoy llevando a cabo junto a mis compañeros del Jeffersonian. .
E- Lo lamento Brennan pero no estoy autorizado para contártelo, me han prohibido decirte nada referente a ese día para no empeorar tu estado. Lo que sí debes saber es que ha llamado una tal Ángela Montenegro para preguntar por ti, decía que debía hablar contigo ayer y estaba preocupada.
Br- ¿Qué le dijiste Erik? – le dije asustada. Si le había contado la verdad a Ángela, se negaría a ayudarme y, ahora más que nunca, necesitaba su ayuda. Nunca podrían saber la verdad, pues de otro modo, los asustaría y los pondría en peligro.
E- Le dije que te había dado un par de días de descanso porque te veía muy ocupada y que no estabas centrada en el trabajo. Le comenté que no la habrías llamado debido a que habías estado visitando distintas facultades y lugares de la isla donde había más tecnología para ver si hallabas alguna pista que te pudiese llevar hasta la víctima.
Br- Muchas gracias por no contarle nada Erik, es muy importante para mí, podría ponerlos en peligro si les cuento la verdad.
E- Lo sé Brennan, es algo muy delicado y quería que fueses tú quien decidiese si debían saberlo o no, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras, puedo ayudarte con el caso si lo deseas.
Br- ¿No me vas a persuadir de que no lo haga como me han dicho mis amigos?
E- Creo que te conozco bastante bien como para saber que no valdría de nada que te lo reprochara o tratara de impedirte que siguieras adelante, pues sé que tú no atenderías a razones y lo único que conseguiría sería que continuarás tú sola, poniéndote en un peligro aún mayor. Por eso he decido ayudarte tanto como pueda y así minimizar el riesgo.
Br- ¿Por qué mis amigos no pueden pensar así? Solo me conoces desde hace un año pero, en algunos aspectos, me entiendes mejor que ellos, que me conocen desde hace más de cinco años.
E- Brennan, ellos te quieren mucho y solo desean lo mejor para ti, no soportarían que te pasase nada malo, es comprensible que no quieran que sigas con esto.
Br- Muchas gracias por tu apoyo y tu comprensión, me ha hecho mucho bien. Necesito saber si, ya que te has ofrecido, ¿podrías ayudarme con la investigación cuando yo esté en Washington? Quiero regresar la próxima semana con Booth, mi compañero del Jeffersonian, y estaré la semana completa, si no te importa. Con él allí me será muy difícil seguir la investigación.
E- No te preocupes Brennan, tomate esa semana de descanso, yo continuaré con ella en la medida de lo posible.
Tras la visita de Erik me quedé un poco más relajada, seguía con la tensión y el miedo en el cuerpo, pero ahora me encontraba más segura sabiendo que había una persona que, aún sabiendo la verdad y el riesgo que conllevaba, se había ofrecido a ayudarme con la investigación.
A las 7 de la tarde el médico vino a mi habitación, me pasó consulta y me dio el alta. Me dijo que debía seguir, al menos un día, en reposo, que evitara aquello que me pudiera causar stress, pero que hiciese mi vida normal.
No tenía ganas de volver al hotel, me daba miedo quedarme sola en la habitación después de lo ocurrido, así que me fui del hospital dando un paseo y me quedé en un parque que había en el centro de la ciudad. Vi a unos niños pequeños aprendiendo a pescar con sus padres, sus sonrisas delataban la felicidad del momento, la inocencia de la infancia, esa que yo perdí siendo aún una niña. En estos momentos ahnelaba tener una familia de verdad, que me pudiese brindar su apoyo en momentos de angustia y temor, en la que pudiese confiar plenamente. Añoraba las conversaciones mantenidas con mi madre, al amanecer, en ese pequeño rincón secreto de casa que solo conocíamos las dos, las tardes de juegos y risas con mi hermano Russ ante la atenta mirada de nuestros padres,… Necesitaba todo eso, necesitaba a Booth dándome su apoyo y ayudándome a entender aquello que yo era incapaz de ver, lo necesitaba a mi lado. No soportaba tenerlo a miles de kilómetros, sabiendo que yo ya no le importaba como antes, que no volvería a Washington conmigo como habíamos quedado hacía un año, que solo me podía conformar a compartirlo con Parker una semana cada dos, y sólo como amigos.
Necesitaba a Cam, Hodgins, Zack, Ángela,…
¡Oh no, Ángela! Pensaba llamarla en cuanto saliese del hospital pero con tantas cosas en mi mente se me había pasado.
Llamaron a la puerta:
Br- Pase por favor- dije yo, arrepintiéndome tras decirlo. Desde aquella noche tenía el mido instalado en mi cuerpo de manera permanente.
E- Hola Brennan, ¿qué tal te encuentras? No sabía nada de ti desde que te di permiso para que te fuese al hotel y, como no llegabas, pregunté a los policías que te protegían; ellos me contaron lo sucedido. Quise venir de inmediato a verte pero no podías recibir visitas para no agravar tu estado, has permanecido estos dos días con tranquilizantes. Me avisaron que podía venir a verte y aquí estoy- me dijo sonriendo, aunque yo sabía que tras esa máscara se encontraba una sensación de intranquilidad y un poco de culpabilidad.
Br- Gracias por preocuparte por mi Erik, no tendrías que haberte molestado, ya me encuentro mucho mejor, puede que salga hoy de aquí. ¿Te puedo hacer una pregunta? – le dije para cambiar de tema, me sentía incómoda ante esa cálida mirada.
E- Claro Brennan, dime, ¿qué quieres saber?
Br- Necesito saber si habéis dado con la persona que entró en mi habitación. Quiero saber quien es, es muy importante para la investigación que estoy llevando a cabo junto a mis compañeros del Jeffersonian. .
E- Lo lamento Brennan pero no estoy autorizado para contártelo, me han prohibido decirte nada referente a ese día para no empeorar tu estado. Lo que sí debes saber es que ha llamado una tal Ángela Montenegro para preguntar por ti, decía que debía hablar contigo ayer y estaba preocupada.
Br- ¿Qué le dijiste Erik? – le dije asustada. Si le había contado la verdad a Ángela, se negaría a ayudarme y, ahora más que nunca, necesitaba su ayuda. Nunca podrían saber la verdad, pues de otro modo, los asustaría y los pondría en peligro.
E- Le dije que te había dado un par de días de descanso porque te veía muy ocupada y que no estabas centrada en el trabajo. Le comenté que no la habrías llamado debido a que habías estado visitando distintas facultades y lugares de la isla donde había más tecnología para ver si hallabas alguna pista que te pudiese llevar hasta la víctima.
Br- Muchas gracias por no contarle nada Erik, es muy importante para mí, podría ponerlos en peligro si les cuento la verdad.
E- Lo sé Brennan, es algo muy delicado y quería que fueses tú quien decidiese si debían saberlo o no, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras, puedo ayudarte con el caso si lo deseas.
Br- ¿No me vas a persuadir de que no lo haga como me han dicho mis amigos?
E- Creo que te conozco bastante bien como para saber que no valdría de nada que te lo reprochara o tratara de impedirte que siguieras adelante, pues sé que tú no atenderías a razones y lo único que conseguiría sería que continuarás tú sola, poniéndote en un peligro aún mayor. Por eso he decido ayudarte tanto como pueda y así minimizar el riesgo.
Br- ¿Por qué mis amigos no pueden pensar así? Solo me conoces desde hace un año pero, en algunos aspectos, me entiendes mejor que ellos, que me conocen desde hace más de cinco años.
E- Brennan, ellos te quieren mucho y solo desean lo mejor para ti, no soportarían que te pasase nada malo, es comprensible que no quieran que sigas con esto.
Br- Muchas gracias por tu apoyo y tu comprensión, me ha hecho mucho bien. Necesito saber si, ya que te has ofrecido, ¿podrías ayudarme con la investigación cuando yo esté en Washington? Quiero regresar la próxima semana con Booth, mi compañero del Jeffersonian, y estaré la semana completa, si no te importa. Con él allí me será muy difícil seguir la investigación.
E- No te preocupes Brennan, tomate esa semana de descanso, yo continuaré con ella en la medida de lo posible.
Tras la visita de Erik me quedé un poco más relajada, seguía con la tensión y el miedo en el cuerpo, pero ahora me encontraba más segura sabiendo que había una persona que, aún sabiendo la verdad y el riesgo que conllevaba, se había ofrecido a ayudarme con la investigación.
A las 7 de la tarde el médico vino a mi habitación, me pasó consulta y me dio el alta. Me dijo que debía seguir, al menos un día, en reposo, que evitara aquello que me pudiera causar stress, pero que hiciese mi vida normal.
No tenía ganas de volver al hotel, me daba miedo quedarme sola en la habitación después de lo ocurrido, así que me fui del hospital dando un paseo y me quedé en un parque que había en el centro de la ciudad. Vi a unos niños pequeños aprendiendo a pescar con sus padres, sus sonrisas delataban la felicidad del momento, la inocencia de la infancia, esa que yo perdí siendo aún una niña. En estos momentos ahnelaba tener una familia de verdad, que me pudiese brindar su apoyo en momentos de angustia y temor, en la que pudiese confiar plenamente. Añoraba las conversaciones mantenidas con mi madre, al amanecer, en ese pequeño rincón secreto de casa que solo conocíamos las dos, las tardes de juegos y risas con mi hermano Russ ante la atenta mirada de nuestros padres,… Necesitaba todo eso, necesitaba a Booth dándome su apoyo y ayudándome a entender aquello que yo era incapaz de ver, lo necesitaba a mi lado. No soportaba tenerlo a miles de kilómetros, sabiendo que yo ya no le importaba como antes, que no volvería a Washington conmigo como habíamos quedado hacía un año, que solo me podía conformar a compartirlo con Parker una semana cada dos, y sólo como amigos.
Necesitaba a Cam, Hodgins, Zack, Ángela,…
¡Oh no, Ángela! Pensaba llamarla en cuanto saliese del hospital pero con tantas cosas en mi mente se me había pasado.
martes, 6 de julio de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo VII
El agua entró en contacto con mi piel y me produjo una grata sensación de bienestar. Pequeñas gotas salían del grifo y daban lugar a un precioso sonido al impactar en la bañera junto con el de aquellas maravillosas aves que anidaban en los árboles cercanos al hotel. Estaba en el paraíso, el lugar ideal para dejar la mente en blanco y disfrutar, el lugar perfecto para quedarse siempre en él. Mis sentidos captaron el olor a fresa y frambuesa provenientes de las sales de baño, produciéndome una gran sensación de tranquilidad, paz. No quería salir de allí, pero de pronto mi mente se topó con la realidad: estaba en peligro.
Debía averiguar todo cuanto pudiese antes de que acabase la semana. Bajé de aquella especie de nube, en la que me sentía tan a gusto y protegida, para analizar lo sucedido.
Gracias a mi trabajo aquella mañana sabía que la víctima era un hombre blanco, de mediana edad, y de metro y medio. El equipo que teníamos en las instalaciones era muy básico y no habíamos podido identificar el cadáver. Cotejé todo lo que tenía con la base de datos de personas desaparecidas en las últimas doce horas, que era el tiempo que estimamos que llevaba la víctima muerta. Encontramos unas cien personas en esa lista, todas ellas americanas, lo que nos reducía bastante su identificación: la víctima tenía que ser americana. Pero no había podido saber nada más, necesitaba a Ángela para que hiciese una reconstrucción del cráneo, a Hodgins para que analizase algunas partículas que habíamos encontrado incrustadas en el cuerpo de la víctima y a Cam para que hiciese una prueba de ADN, pero no era posible, no los tenía conmigo para que me ayudasen. Tenía que hacerlo sola, pero yo era antropóloga forense, no sabía nada de partículas, ni de reconstrucciones y mucho menos de la parte orgánica de las víctimas. ¿Por dónde empezar cuando te encuentras sola, sin nadie que te ayude en momentos difíciles? En mi mente empezaron a formarse imágenes provenientes del recuerdo de lo que sucedió hace ahora más de un año…
Ese día habíamos encontrado una víctima con unos zapatos rojos, cuyos pies, aun estando muerta, se movieron. Ángela y Hodgins cogieron muestras de la zona y de camino hacia el Jeffersonian, Hodgins infringió las normas de circulación y fue encarcelado junto con Ángela. En aquella ocasión ellos nos proporcionaron sus conocimientos a través de la red, mediante la Web Cam.
¿Qué ocurriría si les pedía ayuda igual que aquella vez? ¿Me pondría en riesgo si les contaba lo sucedido? ¿Cómo averiguaría la verdad sin contar con ellos?
Los necesitaba, no podía hacerlo yo sola, así que debía hablar con ellos para que me ayudasen.
Br- Ángela, ¿Estás ocupada? Necesito hablar contigo.
A- No, ¿qué ocurre?
Le conté todo, desde la conversación mantenida con Erik y el descubrimiento de la víctima hasta el consejo de Booth de alejarme de allí y su aceptación a verlo dentro de una semana.
Br- Necesito que me ayudes, pero Booth no debe saberlo, no quiere que me involucre demasiado en el caso por temor a que me hagan daño.
A- Cielo, Booth lleva razón, debes alejarte de allí y dejar el caso, si sospechan de la muerte del americano van a ir a por ti.
Br- ¿Tú también con las suposiciones Ángela?
A- No es una suposición, estás en peligro Brennan. No puedes pedirnos que te ayudemos es semejante cosa.
Br- Si no me ayudáis lo haré sin vosotros. Necesito saber quien era la víctima y porque motivo estaba cerca de nuestras instalaciones.
A- Brennan, por favor, no lo hagas, es muy peligroso.
Br- Ángela, compréndeme, si estoy en riesgo quiero saber quien va tras de mí. Necesito que me ayudéis, yo sola voy a tardar mucho más en saberlo todo.
A- Lo que me pides es una auténtica locura, pero eres mi amiga y no puedo dejarte sola, así que cuenta con mi ayuda y con las del resto del equipo, los convenceré para que te ayuden.
Br- Muchas gracias Ángela, sabía que podría contar contigo. Yo… -le dije mientras se me escapaba un bostezo- necesitaba tú apoyo y vuestra ayuda.
A- Cielo, ha sido un día duro, descansa y mañana te llamo para ver `por donde empezamos. Yo, mientras tanto, voy a poner al corriente al resto.
Br- Si, me vendrá bien desconectar un poco, y no te preocupes,- le dije yo adelantándome a lo que parecía una serie de recomendaciones sobre lo que debía o no debía hacer- tengo dos policías que me protegen durante todo el día.
A- OK, entonces hasta mañana Bren.
Br- Hasta mañana Ángela.
Colgué el teléfono y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Miré a mí alrededor y vi la ventana de mi habitación abierta.
Que raro, yo la cerré ésta mañana antes de irme y no la he vuelto a abrir- me dije a mi misma.
Me disponía a cerrarla cuando vi un sobre, sobre la almohada de mí cama. Las palabras de Booth empezaron a resonar en mi cabeza: “Estás en peligro”.
Me deslicé sobre la cama y abrí el sobre:
Solté el sobre y un grito de angustia, dolor y ansiedad salió de mi garganta. ¡No podía ser, me habían puesto escuchas telefónicas!
Ahora lo sabían todo, debía estar acercándome porque se habían asustado y habían dado un paso que, seguro, no entraría en sus planes.
No sabía que hacer, mis amigos era lo único que tenía junto con Russ y mi padre, no los pondría nunca en peligro, pero no podía vivir toda la vida sabiendo que alguien iba tras de mí, no estaría tranquila. No podía seguir así, me estaba asustando, empezaba a pensar que lo que Booth y Ángela decían era verdad.
De repente empecé a no poder respirar, me estaba asfixiando. Me tumbé en la cama mirando hacia arriba para dejar libre los pulmones, algo que aprendí gracias a mis diversas expediciones y de lo que, en estos momentos, estaba muy orgullosa. Llamé a la policía, que se encontraba flanqueando mi puerta, mediante un aparato facilitado por el propio FBI. Cuando entraron y vieron la situación decidieron avisar al médico del cuerpo, pues no querían arriesgarse a salir cuando sabían que la persona que había entrado en mi habitación podía seguir por los alrededores.
Al cabo de media hora el doctor me había examinado y dado su diagnóstico: se trataba de un cuadro de stress y ansiedad. Me indicó que debía permanecer en la más absoluta tranquilidad y que no debía exponerme a ningún sobresalto, pero yo sólo pensaba en como solucionarlo todo.
Fuesen quienes fuesen los que andaban detrás de todo esto, no me iba a dar por vencida, hallaría el modo de investigarlos son poner en peligro a mis amigos.
Debía averiguar todo cuanto pudiese antes de que acabase la semana. Bajé de aquella especie de nube, en la que me sentía tan a gusto y protegida, para analizar lo sucedido.
Gracias a mi trabajo aquella mañana sabía que la víctima era un hombre blanco, de mediana edad, y de metro y medio. El equipo que teníamos en las instalaciones era muy básico y no habíamos podido identificar el cadáver. Cotejé todo lo que tenía con la base de datos de personas desaparecidas en las últimas doce horas, que era el tiempo que estimamos que llevaba la víctima muerta. Encontramos unas cien personas en esa lista, todas ellas americanas, lo que nos reducía bastante su identificación: la víctima tenía que ser americana. Pero no había podido saber nada más, necesitaba a Ángela para que hiciese una reconstrucción del cráneo, a Hodgins para que analizase algunas partículas que habíamos encontrado incrustadas en el cuerpo de la víctima y a Cam para que hiciese una prueba de ADN, pero no era posible, no los tenía conmigo para que me ayudasen. Tenía que hacerlo sola, pero yo era antropóloga forense, no sabía nada de partículas, ni de reconstrucciones y mucho menos de la parte orgánica de las víctimas. ¿Por dónde empezar cuando te encuentras sola, sin nadie que te ayude en momentos difíciles? En mi mente empezaron a formarse imágenes provenientes del recuerdo de lo que sucedió hace ahora más de un año…
Ese día habíamos encontrado una víctima con unos zapatos rojos, cuyos pies, aun estando muerta, se movieron. Ángela y Hodgins cogieron muestras de la zona y de camino hacia el Jeffersonian, Hodgins infringió las normas de circulación y fue encarcelado junto con Ángela. En aquella ocasión ellos nos proporcionaron sus conocimientos a través de la red, mediante la Web Cam.
¿Qué ocurriría si les pedía ayuda igual que aquella vez? ¿Me pondría en riesgo si les contaba lo sucedido? ¿Cómo averiguaría la verdad sin contar con ellos?
Los necesitaba, no podía hacerlo yo sola, así que debía hablar con ellos para que me ayudasen.
Br- Ángela, ¿Estás ocupada? Necesito hablar contigo.
A- No, ¿qué ocurre?
Le conté todo, desde la conversación mantenida con Erik y el descubrimiento de la víctima hasta el consejo de Booth de alejarme de allí y su aceptación a verlo dentro de una semana.
Br- Necesito que me ayudes, pero Booth no debe saberlo, no quiere que me involucre demasiado en el caso por temor a que me hagan daño.
A- Cielo, Booth lleva razón, debes alejarte de allí y dejar el caso, si sospechan de la muerte del americano van a ir a por ti.
Br- ¿Tú también con las suposiciones Ángela?
A- No es una suposición, estás en peligro Brennan. No puedes pedirnos que te ayudemos es semejante cosa.
Br- Si no me ayudáis lo haré sin vosotros. Necesito saber quien era la víctima y porque motivo estaba cerca de nuestras instalaciones.
A- Brennan, por favor, no lo hagas, es muy peligroso.
Br- Ángela, compréndeme, si estoy en riesgo quiero saber quien va tras de mí. Necesito que me ayudéis, yo sola voy a tardar mucho más en saberlo todo.
A- Lo que me pides es una auténtica locura, pero eres mi amiga y no puedo dejarte sola, así que cuenta con mi ayuda y con las del resto del equipo, los convenceré para que te ayuden.
Br- Muchas gracias Ángela, sabía que podría contar contigo. Yo… -le dije mientras se me escapaba un bostezo- necesitaba tú apoyo y vuestra ayuda.
A- Cielo, ha sido un día duro, descansa y mañana te llamo para ver `por donde empezamos. Yo, mientras tanto, voy a poner al corriente al resto.
Br- Si, me vendrá bien desconectar un poco, y no te preocupes,- le dije yo adelantándome a lo que parecía una serie de recomendaciones sobre lo que debía o no debía hacer- tengo dos policías que me protegen durante todo el día.
A- OK, entonces hasta mañana Bren.
Br- Hasta mañana Ángela.
Colgué el teléfono y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Miré a mí alrededor y vi la ventana de mi habitación abierta.
Que raro, yo la cerré ésta mañana antes de irme y no la he vuelto a abrir- me dije a mi misma.
Me disponía a cerrarla cuando vi un sobre, sobre la almohada de mí cama. Las palabras de Booth empezaron a resonar en mi cabeza: “Estás en peligro”.
Me deslicé sobre la cama y abrí el sobre:
“No nos investigues, deja de buscar pruebas.
Tus amigos tienen razón, estás en peligro.
O dejas las cosas como están o ellos se verán en serio peligro”
Tus amigos tienen razón, estás en peligro.
O dejas las cosas como están o ellos se verán en serio peligro”
Solté el sobre y un grito de angustia, dolor y ansiedad salió de mi garganta. ¡No podía ser, me habían puesto escuchas telefónicas!
Ahora lo sabían todo, debía estar acercándome porque se habían asustado y habían dado un paso que, seguro, no entraría en sus planes.
No sabía que hacer, mis amigos era lo único que tenía junto con Russ y mi padre, no los pondría nunca en peligro, pero no podía vivir toda la vida sabiendo que alguien iba tras de mí, no estaría tranquila. No podía seguir así, me estaba asustando, empezaba a pensar que lo que Booth y Ángela decían era verdad.
De repente empecé a no poder respirar, me estaba asfixiando. Me tumbé en la cama mirando hacia arriba para dejar libre los pulmones, algo que aprendí gracias a mis diversas expediciones y de lo que, en estos momentos, estaba muy orgullosa. Llamé a la policía, que se encontraba flanqueando mi puerta, mediante un aparato facilitado por el propio FBI. Cuando entraron y vieron la situación decidieron avisar al médico del cuerpo, pues no querían arriesgarse a salir cuando sabían que la persona que había entrado en mi habitación podía seguir por los alrededores.
Al cabo de media hora el doctor me había examinado y dado su diagnóstico: se trataba de un cuadro de stress y ansiedad. Me indicó que debía permanecer en la más absoluta tranquilidad y que no debía exponerme a ningún sobresalto, pero yo sólo pensaba en como solucionarlo todo.
Fuesen quienes fuesen los que andaban detrás de todo esto, no me iba a dar por vencida, hallaría el modo de investigarlos son poner en peligro a mis amigos.
domingo, 4 de julio de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo VI
Nunca pensé que fuese capaz de levantarme de aquella cama, sin embargo lo hice, necesitaba salir un poco de aquella casa. Me vestí sin saber muy bien lo que hacía, ya que el calor intenso de la mañana me dejaba sin fuerzas. Hacía tiempo que no se producía este calor por las islas, yo sólo lo había vivido un día, y decía que hacía unos 30 años que no se daban unas temperaturas tan altas. Esto no era muy bueno para mi trabajo, ya que lo realizaba al aire libre casi por completo, pues en la isla no tenían mucha tecnología y los laboratorios estaban en campamentos localizados en lugares estratégicos donde el clima fuese un poco más templado, pero aun así, seguí haciendo mucho calor.
Bajé a tomar una taza de café mientras ojeaba el periódico local. Me gustaba mucho el tipo de prensa de la zona, a diferencia de la americana, solía informar sobre los distintos asesinatos, homicidios,... ocurridos en la zona.
Miré el reloj: las 9 de la mañana. Debía darme prisa, quería ver al director del equipo con el que trabajé en la isla para que me permitiese quedarme unos meses más con ellos. Bajé y pedí un taxi en recepción.
Durante este año había estado viviendo en uno de los mejores hoteles de la zona. El equipo me había pagado todo para que pudiese vivir allí, pues era una escritora muy conocida en la zona, admirada y respetada por todos.
Tomé el taxi y llegué a las instalaciones donde teníamos todo el equipo. Encontré al director sentado en una vieja silla, parecía agotado. Erik era un hombre de unos 50 años, de carácter extrovertida, se preocupaba mucho por los demás, y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien se lo pidiese. Pero hoy noté algo en su rostro distinto, parecía agotado.
Br- Hola Erik, quería hablar contigo.
E- Siéntate aquí Brennan – me dijo señalándome una silla que había a su lado - Dime, ¿Qué es lo que te trae por aquí? ¿No deberías estar rumbo a Washington?
Br- Así era, pero han ocurrido ciertas circunstancias que me han hecho planteármelo. Y yo me preguntaba si podría seguir trabajando con vosotros.
E- Eso no tienes ni que preguntarlo Brennan, estamos encantados de que trabajes con nosotros, es todo un honor tener en nuestro equipo a la mejor antropóloga forense del mundo y una gran escritora. Será un placer trabajar contigo algunos meses más.
Br- Muchas gracias Erik, no sabes el gran favor que me haces.
E- ¿Puedo preguntar el motivo por el que has decidido cancelar tu partida?
Br- Preferiría que no, son asuntos personales un poco delicados.
E- Claro, perdona, es una indiscreción por mí parte la pregunta.
Puedes empezar hoy mismo ha trabajar.
Br- Me pondré a ello - le dije con una amplia sonrisa que fue correspondida con un tierno gesto de aprobación.
La mañana transcurrió casi sin darme cuenta. Me centré completamente en el nuevo caso para evitar pensar en Booth. Se trataba de un americano muerto en los alrededores de nuestras instalaciones. Todo el equipo estaba nervioso, sospechaban que podría tratarse de alguna persona cercana al Jeffersonian que se hubiese enterado que estábamos estudiando una nueva especie humana. Por eso vi a Erik tan cansado, debía de haberse pasado toda la noche despierto investigando la muerte. El equipo temía que si llevaban razón pudiesen tomar represalias los que trabajasen con la víctima hacia nosotros si pensaban que habíamos sido los causantes de su muerte. Yo no creía en las suposiciones, así que me dediqué toda la mañana a tratar de averiguar la causa de su muerte. Tras caer la tarde, el jefe nos dijo que debíamos descansar. Había sido un día muy intenso, estábamos agotados, así que Erik nos permitió tener la tarde libre, pese a saber que quizás corríamos peligro, pero nos dijo que había informado al FBI y cada uno de nosotros tendríamos dos policías protegiéndonos de cualquier peligro. Yo no me sentía demasiado cómoda siendo escoltada por agentes de la ley, pero no puede negarme a que me protegiesen, pues Erik insistió en que necesitaba que cuidaran de mi cuando estuviese sola.
Me fui directa al hotel. Sólo quería darme un baño relajante y meterme en la cama hasta el día siguiente, pero cuando me disponía a desvestirme, mi móvil empezó a sonar.
Br- Antropóloga forense Temperante Brennan
B- ¡Brennan! Que alegría me da oír tu voz. En los periódicos locales han informado de la muerte de un americano, perteneciente al Jeffersonian, por las instalaciones en las que trabajas. Estaba asustado, no sabía que había ocurrido ni si estabas bien.
Br- ¿Pero cómo ha llegado la noticia a Afganistán? Alguien debe de haber filtrado la información, bueno, más bien la suposición, la misma que habrías hecho tú si hubiese estado aquí, aunque ya sabes que a mi no me gusta hacerlas sin una base científica que la avale. Me he pasado toda la mañana tratando de averiguar quien era y porque apareció muerta a unos doce metros de donde trabajamos, pero no sé nada, principalmente porque no me concentró en mi trabajo teniendo a la policía alrededor tocando las pruebas.
B- Bones, están haciendo su trabajo, es muy peligroso que estés allí, deberías volver. Si es alguien del Jeffersonnian, debe de haber algo bastante gordo en las excavaciones para que no quieran que sus compañeros lo estudien. Lo que aun no comprendo es que haces todavía allí. ¿Tú y Daisy no deberías de haber vuelto a Washington?
Br- Si, y de hecho, Daisy tomó el avión está mañana. Me insistió mucho para que me fuese con ella, pero yo le dije que no, que era una decisión ya tomada y que no había vuelta a atrás. Pero creo que tú sabes el motivo.
B- Brennan, ahora no es tiempo de reproches, tienes que marcharte de la isla. Estás en peligro.
Br- No me iré Booth, mis compañeros me necesitan aquí, debo ayudarles a descubrir quien es este americano y volver a nuestro trabajo.
B- ¿Pero no lo entiendes? ¿No ves que van a por ti, que sin ti no podrían haber descubierto todo lo que saben desde que tú estás allí? Tú eres la pieza clave, el blanco de la diana, si tú caes todos caen contigo.
Br- Booth, se cuidarme muy bien, no me va a pasar nada.
B- Brennan, por favor, has estado en peligro más de una vez. Piénsalo, no sería extraño que tratasen de hacerte daño, aunque lo nuestro no pueda ser, mi cariño y mi aprecio hacia ti no cambiaran nunca.
¿Y qué hacia ahora? ¿Cómo le decía que no me marcharía de allí después de estar tan preocupado por mi y decirme estas cosas? Pero necesitaba descubrir quien era la víctima y cual había sido la causa de la muerte, aunque quizás Booth tuviese razón. ¿Y si estaba en serio peligro? De repente se me ocurrió una idea: poner en práctica las tácticas de Ángela.
Br- Booth, necesito hablar contigo de muchas cosas, y aunque no puedo quedarme en Washington, he pensado que puedo cogerme un par de días e irme contigo la semana que viene cuando tú vayas a visitar a Parker. A mi jefe no le importará, nos ha dicho que deberíamos retirarnos, que el descubrimiento que estamos haciendo nos está poniendo en serio peligro, pero yo le insistí en quedarme, ya sabes que yo no dejo nada a medias.
B- Está bien, cualquier cosa con tal de que te alejes una temporada de allí. Si ven que os asustáis y que no seguís adelante con la investigación quizás no os molesten.
Br- Booth, no sabemos si todo esto de lo que tú estás tan convencido es real o no es más que una suposición – le dije con un tono algo cansado.
B- Lo sé, sé que tú no lo sabes, pero yo sé que esa suposición es cierta. Han esperado a que Daisy se fuese para poder atacarte sin tener a nadie del Jeffersonian que los pudiese reconocer.
Br- Yo trabajo en el Jeffersonian, por si no lo recuerdas, y no lo he reconocido.
B- Eso es porque tú no tienes don de gente y aunque veas a una persona veinte veces no la reconocerías, para ti es como si cada vez que lo ves fuese alguien diferente. Creo que hay cosas que no han cambiado.
Br- Si que he cambiado Booth, deberías verme, he aprendido mucho de las personas de aquí, incluso he llegado a aceptar el mito de Dios.
B- Por favor Brennan, no hables así de él, no es un mito. Es mejor que te deje, debo volver a mi trabajo. Nos veremos dentro de una semana en el aeropuerto.
Br- Sí, allí estaré. Adiós Booth.
B- Adiós Brennan, y ten mucho cuidado por favor, no sabemos de lo que son capaces esas personas.
Con la inquietud en el cuerpo sembrada por las palabras de Booth, colgué el móvil, deseosa de darme un baño y pensar sobre lo que sabía hasta ahora de esta extraña muerte.
Bajé a tomar una taza de café mientras ojeaba el periódico local. Me gustaba mucho el tipo de prensa de la zona, a diferencia de la americana, solía informar sobre los distintos asesinatos, homicidios,... ocurridos en la zona.
Miré el reloj: las 9 de la mañana. Debía darme prisa, quería ver al director del equipo con el que trabajé en la isla para que me permitiese quedarme unos meses más con ellos. Bajé y pedí un taxi en recepción.
Durante este año había estado viviendo en uno de los mejores hoteles de la zona. El equipo me había pagado todo para que pudiese vivir allí, pues era una escritora muy conocida en la zona, admirada y respetada por todos.
Tomé el taxi y llegué a las instalaciones donde teníamos todo el equipo. Encontré al director sentado en una vieja silla, parecía agotado. Erik era un hombre de unos 50 años, de carácter extrovertida, se preocupaba mucho por los demás, y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien se lo pidiese. Pero hoy noté algo en su rostro distinto, parecía agotado.
Br- Hola Erik, quería hablar contigo.
E- Siéntate aquí Brennan – me dijo señalándome una silla que había a su lado - Dime, ¿Qué es lo que te trae por aquí? ¿No deberías estar rumbo a Washington?
Br- Así era, pero han ocurrido ciertas circunstancias que me han hecho planteármelo. Y yo me preguntaba si podría seguir trabajando con vosotros.
E- Eso no tienes ni que preguntarlo Brennan, estamos encantados de que trabajes con nosotros, es todo un honor tener en nuestro equipo a la mejor antropóloga forense del mundo y una gran escritora. Será un placer trabajar contigo algunos meses más.
Br- Muchas gracias Erik, no sabes el gran favor que me haces.
E- ¿Puedo preguntar el motivo por el que has decidido cancelar tu partida?
Br- Preferiría que no, son asuntos personales un poco delicados.
E- Claro, perdona, es una indiscreción por mí parte la pregunta.
Puedes empezar hoy mismo ha trabajar.
Br- Me pondré a ello - le dije con una amplia sonrisa que fue correspondida con un tierno gesto de aprobación.
La mañana transcurrió casi sin darme cuenta. Me centré completamente en el nuevo caso para evitar pensar en Booth. Se trataba de un americano muerto en los alrededores de nuestras instalaciones. Todo el equipo estaba nervioso, sospechaban que podría tratarse de alguna persona cercana al Jeffersonian que se hubiese enterado que estábamos estudiando una nueva especie humana. Por eso vi a Erik tan cansado, debía de haberse pasado toda la noche despierto investigando la muerte. El equipo temía que si llevaban razón pudiesen tomar represalias los que trabajasen con la víctima hacia nosotros si pensaban que habíamos sido los causantes de su muerte. Yo no creía en las suposiciones, así que me dediqué toda la mañana a tratar de averiguar la causa de su muerte. Tras caer la tarde, el jefe nos dijo que debíamos descansar. Había sido un día muy intenso, estábamos agotados, así que Erik nos permitió tener la tarde libre, pese a saber que quizás corríamos peligro, pero nos dijo que había informado al FBI y cada uno de nosotros tendríamos dos policías protegiéndonos de cualquier peligro. Yo no me sentía demasiado cómoda siendo escoltada por agentes de la ley, pero no puede negarme a que me protegiesen, pues Erik insistió en que necesitaba que cuidaran de mi cuando estuviese sola.
Me fui directa al hotel. Sólo quería darme un baño relajante y meterme en la cama hasta el día siguiente, pero cuando me disponía a desvestirme, mi móvil empezó a sonar.
Br- Antropóloga forense Temperante Brennan
B- ¡Brennan! Que alegría me da oír tu voz. En los periódicos locales han informado de la muerte de un americano, perteneciente al Jeffersonian, por las instalaciones en las que trabajas. Estaba asustado, no sabía que había ocurrido ni si estabas bien.
Br- ¿Pero cómo ha llegado la noticia a Afganistán? Alguien debe de haber filtrado la información, bueno, más bien la suposición, la misma que habrías hecho tú si hubiese estado aquí, aunque ya sabes que a mi no me gusta hacerlas sin una base científica que la avale. Me he pasado toda la mañana tratando de averiguar quien era y porque apareció muerta a unos doce metros de donde trabajamos, pero no sé nada, principalmente porque no me concentró en mi trabajo teniendo a la policía alrededor tocando las pruebas.
B- Bones, están haciendo su trabajo, es muy peligroso que estés allí, deberías volver. Si es alguien del Jeffersonnian, debe de haber algo bastante gordo en las excavaciones para que no quieran que sus compañeros lo estudien. Lo que aun no comprendo es que haces todavía allí. ¿Tú y Daisy no deberías de haber vuelto a Washington?
Br- Si, y de hecho, Daisy tomó el avión está mañana. Me insistió mucho para que me fuese con ella, pero yo le dije que no, que era una decisión ya tomada y que no había vuelta a atrás. Pero creo que tú sabes el motivo.
B- Brennan, ahora no es tiempo de reproches, tienes que marcharte de la isla. Estás en peligro.
Br- No me iré Booth, mis compañeros me necesitan aquí, debo ayudarles a descubrir quien es este americano y volver a nuestro trabajo.
B- ¿Pero no lo entiendes? ¿No ves que van a por ti, que sin ti no podrían haber descubierto todo lo que saben desde que tú estás allí? Tú eres la pieza clave, el blanco de la diana, si tú caes todos caen contigo.
Br- Booth, se cuidarme muy bien, no me va a pasar nada.
B- Brennan, por favor, has estado en peligro más de una vez. Piénsalo, no sería extraño que tratasen de hacerte daño, aunque lo nuestro no pueda ser, mi cariño y mi aprecio hacia ti no cambiaran nunca.
¿Y qué hacia ahora? ¿Cómo le decía que no me marcharía de allí después de estar tan preocupado por mi y decirme estas cosas? Pero necesitaba descubrir quien era la víctima y cual había sido la causa de la muerte, aunque quizás Booth tuviese razón. ¿Y si estaba en serio peligro? De repente se me ocurrió una idea: poner en práctica las tácticas de Ángela.
Br- Booth, necesito hablar contigo de muchas cosas, y aunque no puedo quedarme en Washington, he pensado que puedo cogerme un par de días e irme contigo la semana que viene cuando tú vayas a visitar a Parker. A mi jefe no le importará, nos ha dicho que deberíamos retirarnos, que el descubrimiento que estamos haciendo nos está poniendo en serio peligro, pero yo le insistí en quedarme, ya sabes que yo no dejo nada a medias.
B- Está bien, cualquier cosa con tal de que te alejes una temporada de allí. Si ven que os asustáis y que no seguís adelante con la investigación quizás no os molesten.
Br- Booth, no sabemos si todo esto de lo que tú estás tan convencido es real o no es más que una suposición – le dije con un tono algo cansado.
B- Lo sé, sé que tú no lo sabes, pero yo sé que esa suposición es cierta. Han esperado a que Daisy se fuese para poder atacarte sin tener a nadie del Jeffersonian que los pudiese reconocer.
Br- Yo trabajo en el Jeffersonian, por si no lo recuerdas, y no lo he reconocido.
B- Eso es porque tú no tienes don de gente y aunque veas a una persona veinte veces no la reconocerías, para ti es como si cada vez que lo ves fuese alguien diferente. Creo que hay cosas que no han cambiado.
Br- Si que he cambiado Booth, deberías verme, he aprendido mucho de las personas de aquí, incluso he llegado a aceptar el mito de Dios.
B- Por favor Brennan, no hables así de él, no es un mito. Es mejor que te deje, debo volver a mi trabajo. Nos veremos dentro de una semana en el aeropuerto.
Br- Sí, allí estaré. Adiós Booth.
B- Adiós Brennan, y ten mucho cuidado por favor, no sabemos de lo que son capaces esas personas.
Con la inquietud en el cuerpo sembrada por las palabras de Booth, colgué el móvil, deseosa de darme un baño y pensar sobre lo que sabía hasta ahora de esta extraña muerte.
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