La estancia en el hospital se me antojó muy larga. Desde aquella noche en la que entraron en mi habitación había pasado dos días y durante ese tiempo estuve ingresada en el hospital por mis continuas recaídas. Llevaba doce horas sin tener ninguna, si no volvía a remitir podría volver al hotel antes de que acabase el día.
Llamaron a la puerta:
Br- Pase por favor- dije yo, arrepintiéndome tras decirlo. Desde aquella noche tenía el mido instalado en mi cuerpo de manera permanente.
E- Hola Brennan, ¿qué tal te encuentras? No sabía nada de ti desde que te di permiso para que te fuese al hotel y, como no llegabas, pregunté a los policías que te protegían; ellos me contaron lo sucedido. Quise venir de inmediato a verte pero no podías recibir visitas para no agravar tu estado, has permanecido estos dos días con tranquilizantes. Me avisaron que podía venir a verte y aquí estoy- me dijo sonriendo, aunque yo sabía que tras esa máscara se encontraba una sensación de intranquilidad y un poco de culpabilidad.
Br- Gracias por preocuparte por mi Erik, no tendrías que haberte molestado, ya me encuentro mucho mejor, puede que salga hoy de aquí. ¿Te puedo hacer una pregunta? – le dije para cambiar de tema, me sentía incómoda ante esa cálida mirada.
E- Claro Brennan, dime, ¿qué quieres saber?
Br- Necesito saber si habéis dado con la persona que entró en mi habitación. Quiero saber quien es, es muy importante para la investigación que estoy llevando a cabo junto a mis compañeros del Jeffersonian. .
E- Lo lamento Brennan pero no estoy autorizado para contártelo, me han prohibido decirte nada referente a ese día para no empeorar tu estado. Lo que sí debes saber es que ha llamado una tal Ángela Montenegro para preguntar por ti, decía que debía hablar contigo ayer y estaba preocupada.
Br- ¿Qué le dijiste Erik? – le dije asustada. Si le había contado la verdad a Ángela, se negaría a ayudarme y, ahora más que nunca, necesitaba su ayuda. Nunca podrían saber la verdad, pues de otro modo, los asustaría y los pondría en peligro.
E- Le dije que te había dado un par de días de descanso porque te veía muy ocupada y que no estabas centrada en el trabajo. Le comenté que no la habrías llamado debido a que habías estado visitando distintas facultades y lugares de la isla donde había más tecnología para ver si hallabas alguna pista que te pudiese llevar hasta la víctima.
Br- Muchas gracias por no contarle nada Erik, es muy importante para mí, podría ponerlos en peligro si les cuento la verdad.
E- Lo sé Brennan, es algo muy delicado y quería que fueses tú quien decidiese si debían saberlo o no, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras, puedo ayudarte con el caso si lo deseas.
Br- ¿No me vas a persuadir de que no lo haga como me han dicho mis amigos?
E- Creo que te conozco bastante bien como para saber que no valdría de nada que te lo reprochara o tratara de impedirte que siguieras adelante, pues sé que tú no atenderías a razones y lo único que conseguiría sería que continuarás tú sola, poniéndote en un peligro aún mayor. Por eso he decido ayudarte tanto como pueda y así minimizar el riesgo.
Br- ¿Por qué mis amigos no pueden pensar así? Solo me conoces desde hace un año pero, en algunos aspectos, me entiendes mejor que ellos, que me conocen desde hace más de cinco años.
E- Brennan, ellos te quieren mucho y solo desean lo mejor para ti, no soportarían que te pasase nada malo, es comprensible que no quieran que sigas con esto.
Br- Muchas gracias por tu apoyo y tu comprensión, me ha hecho mucho bien. Necesito saber si, ya que te has ofrecido, ¿podrías ayudarme con la investigación cuando yo esté en Washington? Quiero regresar la próxima semana con Booth, mi compañero del Jeffersonian, y estaré la semana completa, si no te importa. Con él allí me será muy difícil seguir la investigación.
E- No te preocupes Brennan, tomate esa semana de descanso, yo continuaré con ella en la medida de lo posible.
Tras la visita de Erik me quedé un poco más relajada, seguía con la tensión y el miedo en el cuerpo, pero ahora me encontraba más segura sabiendo que había una persona que, aún sabiendo la verdad y el riesgo que conllevaba, se había ofrecido a ayudarme con la investigación.
A las 7 de la tarde el médico vino a mi habitación, me pasó consulta y me dio el alta. Me dijo que debía seguir, al menos un día, en reposo, que evitara aquello que me pudiera causar stress, pero que hiciese mi vida normal.
No tenía ganas de volver al hotel, me daba miedo quedarme sola en la habitación después de lo ocurrido, así que me fui del hospital dando un paseo y me quedé en un parque que había en el centro de la ciudad. Vi a unos niños pequeños aprendiendo a pescar con sus padres, sus sonrisas delataban la felicidad del momento, la inocencia de la infancia, esa que yo perdí siendo aún una niña. En estos momentos ahnelaba tener una familia de verdad, que me pudiese brindar su apoyo en momentos de angustia y temor, en la que pudiese confiar plenamente. Añoraba las conversaciones mantenidas con mi madre, al amanecer, en ese pequeño rincón secreto de casa que solo conocíamos las dos, las tardes de juegos y risas con mi hermano Russ ante la atenta mirada de nuestros padres,… Necesitaba todo eso, necesitaba a Booth dándome su apoyo y ayudándome a entender aquello que yo era incapaz de ver, lo necesitaba a mi lado. No soportaba tenerlo a miles de kilómetros, sabiendo que yo ya no le importaba como antes, que no volvería a Washington conmigo como habíamos quedado hacía un año, que solo me podía conformar a compartirlo con Parker una semana cada dos, y sólo como amigos.
Necesitaba a Cam, Hodgins, Zack, Ángela,…
¡Oh no, Ángela! Pensaba llamarla en cuanto saliese del hospital pero con tantas cosas en mi mente se me había pasado.
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