Ha pasado una semana desde aquellos trágicos acontecimientos sucedidos en el hotel de la isla que desembocó en una noche mágica.
Aquel día estaba agotada tras tanta acción, además, me dolía todo el cuerpo, por lo que decidimos pasar la noche en una de las habitaciones del hotel. Tomamos algunas cartas de la habitación 109 como pruebas para el posterior encarcelamiento de los delincuentes junto con la confesión por parte de Murphy que grabé sin que éste se percatase. Hablamos con la señora de recepción para tranquilizarla y decirle que podían volver a trabajar con total normalidad ya que el peligro había pasado. Le pedimos la llave de la habitación y subimos a la segunda planta, a la 201, donde pasaríamos la noche.
Al entrar, nos impresionó mucho la gran luminosidad que entraba a través de la gran ventana que había enfrente de la cama, cuyas vistas eran bellísimas: enormes montañas cubiertas de una variada vegetación eran bañados por un color anaranjado fruto del atardecer.
Nada más dejas todas las pruebas en la cómoda me puse en contacto con el aeropuerto con la intención de reservar dos billetes para el día siguiente.
B- ¿Cómo lo haremos para dormir?- me preguntó dejándose caer en la cama de matrimonio, una vez que yo terminé de hablar con los del aeropuerto.
Habíamos tratado de buscar una habitación con dos camas, pero el hotel estaba completo y sol quedaba libre esa habitación, la 201, ya que la 107 y la 109, que eran las únicas dobles que quedaban, estaban acordonadas para la búsqueda de pruebas, así que nos habíamos tenido que conformar con la 201.
Br- No lo sé Booth- le dije acercándome a él.
Booth parecía confundido, y cuando yo intentaba estar más cerca de él, se apartaba de mí, parecía no saber muy bien que es lo que yo pretendía.
Br- Booth, ¿qué te ocurre?
B- No es nada Bones, solo es que no quiero precipitarme y actuar de una manera que no lo haría si las circunstancias no fuesen éstas.
Br- ¿Estás tratando de decirme que no quieres acercarte demasiado a mí sin tener claro si es lo que quieres de verdad o es lo que sientes por como me ves tras lo que ha sucedido?
B- Sí, eso es lo que he querido decir.
Br- Tenemos que hablar Booth, debemos aclarar nuestros sentimientos de una vez, no podemos estar así toda la vida, no es bueno para ninguno de los dos.
B- Sí, estoy de acuerdo.
Me senté en la cama dejándome caer sobre el hombro de Booth. Ésta vez no se apartó.
Br- Cuando me fui a la isla, hace más de un año, tenía las ideas muy confusas. No sabía lo que de verdad quería, y por eso me marché…
B- Provocando que yo también me fuese- dijo interrumpiéndome.
Br- Pero nadie te obligó a hacerlo, te fuiste porque en realidad era lo que querías, solo que ambos nos interponíamos en el camino del otro, lo que fue una de las razones por la que me fui, debíamos crecer como persona si estar condicionado por el otro.
B- Me Marché porque no soportaba la idea de estar en Washington sin ti, viendo como otra antropóloga forense ocupa tu lugar. No quería estar allí para verlo, no si tú no estabas allí, por eso acepte ayudar al ejército.
Me quedé sorprendida, nunca antes me había dicho esto. Conocía sus sentimientos, me los había hecho saber semanas antes de mi viaje, siendo el principal detonantes de mi marcha, pero no pensé que mi decisión le hubiese forzado, en cierta manera, a irse a Afganistán. No sabía que sintiese que se fue por no estar yo allí.
Br- Siento haberte forzado a que te marchases a Afganistán Booth,- le dije incorporándome para poderle mirar a los ojos- yo sólo quería aclarar mis sentimientos. Necesitaba tiempo, y sobre todo y pese a que me doliera, necesitaba separarme de ti. Tenía que plantearme mi vida, ver lo que quería hacer con ella, el futuro que deseaba tener.
B- Aunque me haya costado mucho la idea de no verte, comprendía tus motivos y sabía que es lo que debías hacer, pero no podía dejar de sentirme mal por no poder estar a tu lado, por no saber como estabas, por no poderte proteger del peligro.
Me acerqué a él y lo abrasé. Me sentía muy mal por haberle hecho pasar momentos tan duros, yo no había pretendido hacerlo, lo último que quería era lastimarlo.
Br- Lo siento de verdad Booth- le dije con lágrimas en los ojos.
B- No te preocupes, ya todo ha pasado, ahora estamos juntos de nuevo- me dijo apartándome el pelo del rostro y fijar sus ojos en los mío, unos ojos que mostraban una gran dulzura y cariño.
Br- Quizás por eso te mostrabas tan frío conmigo cuando te llamé la primera vez hace varias semanas. Pensé que no querías saber nada de mí y me enfadé muchísimo, pero ahora lo comprendo, estabas dolido conmigo.
B- Cuando me llamaste pensé que sería pasa saber de mí pero no para contarme un sueño, yo creía que tú no le dabas importancia, y cuando noté la angustia en tu voz supe que algo había cambiado en ti, pero me sentía tan dolido que no estaba dispuesto a darte una oportunidad. Pensé que no valdría la pena, que acabarías volviéndome a hacer daño y no quería sufrir más.
Br. Yo estaba muy asustada, y después de tu comportamiento por teléfono me quedé destrozada. Solo podía llorar, no había forma de parar. Creía que no te importaba nada de lo que habíamos vividos durante estos últimos cinco años, que para ti todas esas vivencias estaban olvidadas, perdidas en algún rincón de tus recuerdos que tu no querías rescatar. Después de un año en la isla me di cuenta de mi error, y quise remediarlo, pero tú no me dabas la oportunidad y eso también me dolía mucho.Yo quería volver donde lo dejamos aquel día en el que decidiste abrirme tu corazón, pero me di cuenta que quizás para ti ya era demasiado tarde. Yo solo necesitaba que vieras que he cambiado, que quiero tener una relación de verdad, que la coraza que me cubría desapareció, y en su lugar solo estaba yo, tu huesos.
B- Lamento haberme comportado como lo hice, pero no quería volver a sufrir Brennan- me dijo acercándose un poco más a mí.
Estaba tan cerca que casi podía oír los latidos de corazón, parecía quererse salir del pecho. Su respiración entrecortada me erizaba el pelo y me ponía muy nerviosa, me resultaba muy difícil seguir hablando teniéndolo a escasos centímetros de mí. Me separé un poco más para poder continuar, pero él volvió a acercase, éramos como dos imanes de polos opuestos, nos atraíamos y era muy difícil mantenernos alejados.
Br- Ahora que todo ha pasado creo que podemos volver a donde lo dejamos ese día, no me gustaría perder la oportunidad de pasara unos 30 o 40 años contigo, o al menos intentarlo. Con la distancia me he dado cuenta de lo mucho que perdí, te echaba tantísimo de menos. Mi mundo gira en torno a ti, tú eres mi motor y cuando no estás cerca no sé como seguir. Quiero conocer un mundo nuevo a tu lado, saber lo que es el amor de verdad. Sé que sin ti nunca seré feliz, no podría estar con otra persona que no fueses tú, Booth. Te quiero- le dije sin pensármelo. Salió solo de mi boca, era algo que llevaba mucho tiempo queriéndole decir. Desde aquel primer caso que llevamos juntos noté que algo en mi interior cambió, pero siempre me lo había negado a mi misma, y ya iba siendo hora que dejase de mentirme a mí misma sobre mis sentimientos.
B- Yo tampoco podría estar con otra persona que no fueses tú huesos- dijo acercándose para besarme en los labios, un beso cálido lleno de deseo y de dulzura- Te quiero- me dijo susurrado al oído.
Me tomó entre sus brazos y volvió a besarme, está vez poniendo gran esmero en ellos. Era tierno y a la vez salvaje, era tan fácil estar con él, no tenía que forzar la situación, nos entendíamos muy bien y todo fluía solo. Me dejé llevar por sus cálidos besos y por la melodía de su corazón que se compenetraba con el mío en una pasión desenfrenada.
Poco a poco fue desapareciendo la ropa para quedarse tumbada por toda la habitación. Nuestros corazones latían con mayor efusividad y nuestros cuerpos parecían ser solo uno, se habían fundido y ya no existía un tú y un yo, era algo mágico que nunca antes había experimentado. Amaba a ese hombre y no quería separarme de él ni un solo instante.
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Pequeños rayos de sol se colaron a través de mis ojos, provocándome una gran paz y tranquilidad. Me vi envuelta por aquellos fuertes y protectores brazos y me di cuenta que no había sido un sueño. Booth dormía placidamente a mí lado con una gran sonrisa dibujada en su rosota. Quise levantarme con mucho cuidado para no despertarlo y darme una ducha, pero se giró hacia mí y vi que estaba despierto.
B- Hola cariño- me dijo sonriendo.
Br- Buenos días- le dije acercándome para probar uno de aquellos besos a los que tan pronto me había acostumbrado y tanto me gustaban- Debemos darnos prisa, el avión sale dentro de dos horas.
B- ¿No podemos quedarnos un rato más?- dijo devolviéndome el beso y agarrándome por la cintura. Sabía muy bien como convencerme y yo me dejaba querer.
Br- Por favor Booth, sabes que no podemos, no me lo hagas más difícil. Ya tendremos tiempo de disfrutar el uno del otro, tenemos toda una vida- le dije mientras intentaba separarme de él para irme a la ducha.
B- Está bien, pero al menos, ¿podremos ducharnos juntos?- dijo con esa sonrisa tan irresistible.
Br- Veo que no te das por vencido- le dije mientras me acercaba para darle mi mano- Vamos entonces.
La ducha duró más de lo previsto, pero fue una de las mejores que había tomado desde hacía mucho tiempo.
Nos arreglamos y bajamos a tomar el desayuno en la cafetería del hotel. Tras ello, nos fuimos al aeropuerto donde cogimos al avión de las doce de la mañana rumbo a Washington. Estaba tan cansada y exhausta de la noche anterior que no pude evitar quedarme dormida mientras escuchaba a Booth haciendo planes sobre lo que sería nuestro futuro a partir de ahora.
Nada más pisar suelo americano sentí que nada podía ser mejor: estaba de nuevo en mi hogar y ahora disfrutaba de la mejor compañía que podría tener, Booth.
Tras llegar al Jeffersonian todos nos recibieron con gran alegría, y se mostraron muy contentos de que hubiésemos dado el paso.
A- Ya era hora, llevábamos mucho tiempo sufriendo por ambos- nos dijo mientras nos abrazaba a los dos a la vez.
B- Ya lo veo- dijo intentado salir de aquel abrazo que nos estaba asfixiando.
Todo el equipo comenzó a reírse antes aquella situación. Por primera vez desde que me fui a la isla Maluku podía disfrutar de la felicidad y alegría del momento sin temor a que pudiese ocurrir en un futuro.
Pasamos la mañana el Jeffersonian con todo el equipo y por la tarde fuimos a casa de Rebeca a recoger a Parker.
P- ¡Papá, papá! ¡Has vuelto y estás con huesos!- dijo mientras nos miraba cogidos de la mano- Enhorabuena papá- le dijo mientras le daba un abrazo.
B- Me alegro que te guste que esté con ella.
P- Es la mejor pareja que podría tener- le dijo mientras venía hacia mí a abrazarme, quedando sorprendida por su hermoso gesto.
Desde ese día ha pasado casi una semana, en la cual no disfruto de la compañía de Booth, ya que había tenido que volver a Afganistán pues tiene firmado un contrato de permanencia por cuatro meses.
Sabemos que va a ser duro estar separados tantos meses pero podré verlo durante una semana al mes, y pasado ese periodo de nuevo como agente del FBI a Washington.
No sabemos con seguridad que ocurrirá en un futuro, ni si nuestra relación será tan duradera como esperamos, pero eso es lo que conlleva arriesgarse a abrirse a una persona y dárselo todo, no podemos llegar a saber si será un relación con un final feliz muy largo o muy corto, pero eso a nosotros ya no nos importa. Solo sabemos que nos tenemos el uno al otro y que podemos tener un futuro, aunque no sepamos su duración, pero estamos juntos y eso es lo que importa. De un modo u otro siempre estaremos juntos, nuestras vidas serán completas estando unidos y nuestras vivencias jamás se perderán.
¿Qué más podría pedir? Soy feliz a su lado sabiendo que estará hay para cuidarme y arroparme, para quererme y protegerme. Con eso me basta para tener una vida plena, estar junto a la persona que más quiero, Booth.
viernes, 24 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo XVII
La habitación 107 estaba al final del pasillo de la primera planta, justo enfrente de la 109. Procuramos no hacer mucho ruido para no alertarlos.
Al llegar a la habitación 107 nos quedamos parados, no teníamos ningún plan y no sabíamos como seguir.
B- Quédate a mi lado, no te separes de mí, debemos permanecer juntos.
Para no descubrirnos ante los que estaban en la habitación de enfrente, Booth decidió abrir la puerta con una tarjeta de crédito, algo inusual en él porque siempre solía tirara la puerta abajo, pero en este caso debíamos ser precavidos.
La estancia permanecía en silencio, en la habitación parecía no haber nadie. Entramos en ella con la pistola en la mano y nos encargamos de examinar todas las estancias del 107. Viendo que no había nadie, y que parecía que nunca lo hubiese habido ya que estaba todo en perfecto orden, nos comenzamos a preocupar.
Br- Vamos a la 109, Booth. Quizás estén allí- le dije adelantándome.
B- Espera Brennan, voy primero, no debes hacer locuras.
Br- Por favor Booth, deja de tratarme como una niña, se cuidar de mi misma- le dije, pues me estaba agobiando demasiado.
B- Lo siento huesos, no quería asfixiarte, pero no quiero que te ocurra nada.
Br- Estaré bien, pero déjame hacer mi parte del trabajo por favor.
B- Lo intentaré- me dijo evitando que lo mirase, aunque pude notar su angustia.
Caminamos hacia la habitación 1090 y justo al acercarnos escuchamos ruido.
Br- Están aquí Booth, debemos actuar con el mayor sigilo y prudencia posible.
B- Lo sé huesos, vamos a entrar.
Con calma, Booth forcejeó hasta que consiguió abrir la puerta con la tarjeta.
Nada más entrar nos vimos acorralados por Pet y sus compinches, nos estaban esperando.
P- Habéis tardado en subir. Os vimos llegar desde las ventanas, sabíamos que vendrías por nosotros.
B- Pet, porque supongo que tú serás Pet- le dijo intentando conversar con él para distraerlo.
P- Así es, agente- dijo esta última palabra con desdén, con mucho desprecio, intentando provocarlo.
B- No te conviene jugar con nosotros, es mejor que…
No pudo seguir hablando pues vió como yo me iba acercando a una mesa donde tenía diversos papeles y mapas, y entonces me vi acorralada por Sam y Morgan.
P- Chicos, aguantarla, no dejar que se escape.
B- No te atrevas a hacerle daño o te la verás conmigo Pet- le dijo muy enfadado acercándose a él hasta que sus rostros solo eran separados por un centímetro escaso.
Br- Booth, por favor, mantente calmado y no hagas nada de lo que te puedas arrepentir- dije acordándome del calvario que vivió tras la muerte de Howard Eps.
P- Chicos, ya es hora de que nos vayamos. Coged a la doctora y que no se os escape.
M- Claro jefe- dijo haciéndole alabanzas.
P- Agente, deje la pistola en el suelo y dale con el pie para mandarla hacia mi. Por su bien y por el de su compañera, no intente ningún truco.
Booth hizo lo que le pedía, no sin antes pensárselo bastante. Una vez que Pet se hizo con ella, una sonrisa malévola se dibujo en su rostro como imagen de la victoria.
P- Vamos Booth- dijo apuntándole con la pistola- salga de la habitación y diríjase al hall del hotel.
Mientras habría paso al resto siendo apuntado por la pistola que Pet sostenía sin ningún temor, yo me veía obligada a seguir caminando con un gran dolor que me producían la rigidez y dureza con la que las manos de Morgan y Sam se aferraban a mi para no dejarme ir.
Durante el trayecto por las escaleras hasta el hall del hotel se me ocurrió un plan que pondría en práctica en cuanto bajáramos.
P- Debiste no meterlo en esto doctora, ya la avisamos- dijo Pet en cuanto bajamos, alejándose de Booth, no sin dejar de apuntarle, para acercarse a mí.
B- ¿De qué tienes miedo Pet? ¿Qué te preocupa para no querer que nos dijese nada?
Pet comenzó a ponerse nervioso, no controlaba la situación, y eso no le gustaba.
P- No vas a conseguir lo que quieres- le dijo creyéndose que el mundo estaba de su parte.
B- ¿Y que es lo que quiero según tú?
P- Quieres que te diga que cometimos aquellos crímenes de los que se nos acusa, que con la fama y el dinero de ellos conocimos a Thom, que fue quien nos ayudó y que, tras su muerte, hemos querido vengarnos de la doctora por ser ella la causante de que él esté muerto.
B- ¿Es eso una confesión, Pet?
P- No, claro que no, jamás oirás una confesión de mi boca.
En ese momento, Pet se encontraba lo suficientemente lejos de mí como para poder actuar. Dejé caer un llavero que llevaba en mi bolsillo, y le pedí a Sam y a Morgan que me lo recogieran, pues yo no podía. Estos, para evitar problemas con Pet, hicieron lo que les dije. Yo aproveché que sus manos me aguantaban con más flacidez para liberarme de ellos. Ambos, enfadados por haberles tomado el pelo y haberme soltado, vinieron hacia mí. Pet, que los oyó, se dio la vuelta para ver que ocurría, momento que Booth aprovechó para arrebatarle la pistola.
Comenzamos así una lucha a dos bandas, yo contra Morgan y Sam, y Booth contra Pet. Yo empleé toda mi técnica aprendida en artes marciales para defenderme, mientras Pet intentaba acabar con Booth, algo que le resultaba muy difícil pues Booth era muy buen combatiente. Tras una larga disputa, varios moratones por todo el cuerpo y un gran dolor, logré reducirlos. Los até con la cortina del hall a uno de los sillones, y fui a ayudar a Booth, que seguía peleando con Pet. Yo saqué mi arma por si era necesaria, pero Pet se giró demasiado rápido quitándomela sin llegar a darme cuenta, quedándome desarmada ante él.
P- O me dejas marchar o le disparo, tú verás que es más importante para ti, si tu querida compañera o un pobre joven- le dijo a Booth mientras me apuntaba con la pistola.
B- No me hagas elegir, no estás en condiciones de hacerlo.
P- Tú crees. ¿No querrás ponerme a prueba verdad?
En ese momento pude ver un brillo de rabia en su cara. Segundos más tarde, un gran estruendo salió de la pistola de Booth hacia donde estábamos Pet y yo. Por instinto, me agaché, provocando que la bala fuese a impactar contra Pet, quien había estado mirando a mi mientras hablaba con él y no le había dado tiempo a girarse para ver la bala que iba hacia él.
La bala penetró en la pierna, y por el impacto podría decir que rompió el peroné y se quedó en la tibia.
Booth corrió hacia mí para comprobar que no me habían lastimado, y cuando vió que no me sucedía nada me dio el abrazo más real de todos los que había recibido durante los cinco años que llevaba con él.
B- Bien Pet, cuéntanos ahora la verdad, antes de que llegue el FBI y se complique la situación- le dijo mientras permanecía a mi lado.
S- Pet, cuéntaselo, por favor.
En ese momento entró Murphy al hall. Se quedó parado ante la situación tan complicada en la que se encontraban sus compañeros.
Mu- No se preocupe agente, no me voy a oponer- le dijo a Booth viendo que este se dirigía a él con la pistola en la mano- Yo le contaré todo.
Por su tono de voz y su miedo comprendí que Murphy debió de ser quien Erik nos dijo que parecía el sumiso del grupo, aunque con este caso, por miedo a ser condenado, también, por desacato a la autoridad, decidió contarnos lo ocurrido.
Mu- Después de saber que Thom había muerto, subimos que había sido por su culpa doctora, ya sea de manera directa o indirecta, pues si no hubiese aceptado ese trabajo, él nunca hubiese ido tras usted. Por eso decidimos continuar con el plan de Thom, intentando eliminarla del caso, pero para ellos debíamos asegurarnos de que estaría tan asustada con nuestras amenazas que no se le ocurriría contarles nada a nadie, siendo más fácil para nosotros acabar con usted.
Br- ¿Estás tratando de decir que el plan de Thom era acabar conmigo?
P- Así es, doctorcita. No quería saber la verdad, pues ya la sabe, se enamoró de su peor pesadilla- dijo entre quejidos de dolor.
En ese momento entró todo el equipo del FBI, interrumpiendo la conversación. Se llevaron a los cuatro delincuentes detenidos, y Booth y yo nos quedamos a solas.
B- ¿Estás bien huesos? Lo que ha contado Murphy es muy duro, supongo que no te ha sido fácil oírle decir semejantes cosas.
Br- Después de lo que me contaron los chicos de Thomas, me esperaba cualquier cosa por su parte, pero esto ha sido llegar demasiado lejos- le dije aterrada.
Booth se acercó a mí y me abrazó, mientras pequeñas lágrimas invadían mi rostro. Con sumo cuidado me las secó y me besó en la frente.
B- No te preocupes, yo estaré aquí siempre. Jamás dejaré que te ocurra nada.
Al llegar a la habitación 107 nos quedamos parados, no teníamos ningún plan y no sabíamos como seguir.
B- Quédate a mi lado, no te separes de mí, debemos permanecer juntos.
Para no descubrirnos ante los que estaban en la habitación de enfrente, Booth decidió abrir la puerta con una tarjeta de crédito, algo inusual en él porque siempre solía tirara la puerta abajo, pero en este caso debíamos ser precavidos.
La estancia permanecía en silencio, en la habitación parecía no haber nadie. Entramos en ella con la pistola en la mano y nos encargamos de examinar todas las estancias del 107. Viendo que no había nadie, y que parecía que nunca lo hubiese habido ya que estaba todo en perfecto orden, nos comenzamos a preocupar.
Br- Vamos a la 109, Booth. Quizás estén allí- le dije adelantándome.
B- Espera Brennan, voy primero, no debes hacer locuras.
Br- Por favor Booth, deja de tratarme como una niña, se cuidar de mi misma- le dije, pues me estaba agobiando demasiado.
B- Lo siento huesos, no quería asfixiarte, pero no quiero que te ocurra nada.
Br- Estaré bien, pero déjame hacer mi parte del trabajo por favor.
B- Lo intentaré- me dijo evitando que lo mirase, aunque pude notar su angustia.
Caminamos hacia la habitación 1090 y justo al acercarnos escuchamos ruido.
Br- Están aquí Booth, debemos actuar con el mayor sigilo y prudencia posible.
B- Lo sé huesos, vamos a entrar.
Con calma, Booth forcejeó hasta que consiguió abrir la puerta con la tarjeta.
Nada más entrar nos vimos acorralados por Pet y sus compinches, nos estaban esperando.
P- Habéis tardado en subir. Os vimos llegar desde las ventanas, sabíamos que vendrías por nosotros.
B- Pet, porque supongo que tú serás Pet- le dijo intentando conversar con él para distraerlo.
P- Así es, agente- dijo esta última palabra con desdén, con mucho desprecio, intentando provocarlo.
B- No te conviene jugar con nosotros, es mejor que…
No pudo seguir hablando pues vió como yo me iba acercando a una mesa donde tenía diversos papeles y mapas, y entonces me vi acorralada por Sam y Morgan.
P- Chicos, aguantarla, no dejar que se escape.
B- No te atrevas a hacerle daño o te la verás conmigo Pet- le dijo muy enfadado acercándose a él hasta que sus rostros solo eran separados por un centímetro escaso.
Br- Booth, por favor, mantente calmado y no hagas nada de lo que te puedas arrepentir- dije acordándome del calvario que vivió tras la muerte de Howard Eps.
P- Chicos, ya es hora de que nos vayamos. Coged a la doctora y que no se os escape.
M- Claro jefe- dijo haciéndole alabanzas.
P- Agente, deje la pistola en el suelo y dale con el pie para mandarla hacia mi. Por su bien y por el de su compañera, no intente ningún truco.
Booth hizo lo que le pedía, no sin antes pensárselo bastante. Una vez que Pet se hizo con ella, una sonrisa malévola se dibujo en su rostro como imagen de la victoria.
P- Vamos Booth- dijo apuntándole con la pistola- salga de la habitación y diríjase al hall del hotel.
Mientras habría paso al resto siendo apuntado por la pistola que Pet sostenía sin ningún temor, yo me veía obligada a seguir caminando con un gran dolor que me producían la rigidez y dureza con la que las manos de Morgan y Sam se aferraban a mi para no dejarme ir.
Durante el trayecto por las escaleras hasta el hall del hotel se me ocurrió un plan que pondría en práctica en cuanto bajáramos.
P- Debiste no meterlo en esto doctora, ya la avisamos- dijo Pet en cuanto bajamos, alejándose de Booth, no sin dejar de apuntarle, para acercarse a mí.
B- ¿De qué tienes miedo Pet? ¿Qué te preocupa para no querer que nos dijese nada?
Pet comenzó a ponerse nervioso, no controlaba la situación, y eso no le gustaba.
P- No vas a conseguir lo que quieres- le dijo creyéndose que el mundo estaba de su parte.
B- ¿Y que es lo que quiero según tú?
P- Quieres que te diga que cometimos aquellos crímenes de los que se nos acusa, que con la fama y el dinero de ellos conocimos a Thom, que fue quien nos ayudó y que, tras su muerte, hemos querido vengarnos de la doctora por ser ella la causante de que él esté muerto.
B- ¿Es eso una confesión, Pet?
P- No, claro que no, jamás oirás una confesión de mi boca.
En ese momento, Pet se encontraba lo suficientemente lejos de mí como para poder actuar. Dejé caer un llavero que llevaba en mi bolsillo, y le pedí a Sam y a Morgan que me lo recogieran, pues yo no podía. Estos, para evitar problemas con Pet, hicieron lo que les dije. Yo aproveché que sus manos me aguantaban con más flacidez para liberarme de ellos. Ambos, enfadados por haberles tomado el pelo y haberme soltado, vinieron hacia mí. Pet, que los oyó, se dio la vuelta para ver que ocurría, momento que Booth aprovechó para arrebatarle la pistola.
Comenzamos así una lucha a dos bandas, yo contra Morgan y Sam, y Booth contra Pet. Yo empleé toda mi técnica aprendida en artes marciales para defenderme, mientras Pet intentaba acabar con Booth, algo que le resultaba muy difícil pues Booth era muy buen combatiente. Tras una larga disputa, varios moratones por todo el cuerpo y un gran dolor, logré reducirlos. Los até con la cortina del hall a uno de los sillones, y fui a ayudar a Booth, que seguía peleando con Pet. Yo saqué mi arma por si era necesaria, pero Pet se giró demasiado rápido quitándomela sin llegar a darme cuenta, quedándome desarmada ante él.
P- O me dejas marchar o le disparo, tú verás que es más importante para ti, si tu querida compañera o un pobre joven- le dijo a Booth mientras me apuntaba con la pistola.
B- No me hagas elegir, no estás en condiciones de hacerlo.
P- Tú crees. ¿No querrás ponerme a prueba verdad?
En ese momento pude ver un brillo de rabia en su cara. Segundos más tarde, un gran estruendo salió de la pistola de Booth hacia donde estábamos Pet y yo. Por instinto, me agaché, provocando que la bala fuese a impactar contra Pet, quien había estado mirando a mi mientras hablaba con él y no le había dado tiempo a girarse para ver la bala que iba hacia él.
La bala penetró en la pierna, y por el impacto podría decir que rompió el peroné y se quedó en la tibia.
Booth corrió hacia mí para comprobar que no me habían lastimado, y cuando vió que no me sucedía nada me dio el abrazo más real de todos los que había recibido durante los cinco años que llevaba con él.
B- Bien Pet, cuéntanos ahora la verdad, antes de que llegue el FBI y se complique la situación- le dijo mientras permanecía a mi lado.
S- Pet, cuéntaselo, por favor.
En ese momento entró Murphy al hall. Se quedó parado ante la situación tan complicada en la que se encontraban sus compañeros.
Mu- No se preocupe agente, no me voy a oponer- le dijo a Booth viendo que este se dirigía a él con la pistola en la mano- Yo le contaré todo.
Por su tono de voz y su miedo comprendí que Murphy debió de ser quien Erik nos dijo que parecía el sumiso del grupo, aunque con este caso, por miedo a ser condenado, también, por desacato a la autoridad, decidió contarnos lo ocurrido.
Mu- Después de saber que Thom había muerto, subimos que había sido por su culpa doctora, ya sea de manera directa o indirecta, pues si no hubiese aceptado ese trabajo, él nunca hubiese ido tras usted. Por eso decidimos continuar con el plan de Thom, intentando eliminarla del caso, pero para ellos debíamos asegurarnos de que estaría tan asustada con nuestras amenazas que no se le ocurriría contarles nada a nadie, siendo más fácil para nosotros acabar con usted.
Br- ¿Estás tratando de decir que el plan de Thom era acabar conmigo?
P- Así es, doctorcita. No quería saber la verdad, pues ya la sabe, se enamoró de su peor pesadilla- dijo entre quejidos de dolor.
En ese momento entró todo el equipo del FBI, interrumpiendo la conversación. Se llevaron a los cuatro delincuentes detenidos, y Booth y yo nos quedamos a solas.
B- ¿Estás bien huesos? Lo que ha contado Murphy es muy duro, supongo que no te ha sido fácil oírle decir semejantes cosas.
Br- Después de lo que me contaron los chicos de Thomas, me esperaba cualquier cosa por su parte, pero esto ha sido llegar demasiado lejos- le dije aterrada.
Booth se acercó a mí y me abrazó, mientras pequeñas lágrimas invadían mi rostro. Con sumo cuidado me las secó y me besó en la frente.
B- No te preocupes, yo estaré aquí siempre. Jamás dejaré que te ocurra nada.
martes, 21 de septiembre de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo XVI
Salimos de casa de Erik con la incertidumbre y el miedo sembrado en nuestro cuerpo. Yo intentaba ser optimista, tal y como Booth me había enseñado, pero con la situación que se nos planteaba, no podía más que ser realista: las posibilidades de encontrar a Pet y sus “compañeros” eran de una entre cien.
Booth, por el contrario, parecía haber hallado un modo de creer que lograríamos dar con los delincuentes. No sé como lo hace, pero siempre consigue ver el lado positivo de las cosas, supongo que su fe en Dios le ayuda a ser optimista, algo que para mí es muy difícil, aunque gracias a mi año en la isla he aprendido a confiar en las situaciones que se nos plantea en la vida, pero aún me queda mucho por aprender.
Br- Booth, no quiero dejar a Erik solo, esperaremos a que llegue la policía local- le dije acercándome a él para que Erik no nos oyese y se asustase.
B- Claro huesos, como tú quieras, no haremos anda que tú no desees.
Esperamos unos diez minutos hasta que vino la policía de la isla. No me sentía segura dejándolo sin nosotros, pero debía encontrar a Pet y a los suyos, así que no me quedaba otra que confiar en el buen hacer de las fuerzas de seguridad.
Nos alejamos de la casa y tomamos otro taxi que nos traslado hasta el aeropuerto. No podíamos perder el tiempo en esperar al FBI, así que nos encargamos de hacer el trabajo nosotros.
Br- ¿Cómo averiguamos donde se alojan?- le pregunté inquieta.
B- Eso déjamelo a mí, ese es mi trabajo- me dijo pasándome el brazo por los hombros como hacía siempre que quería relajarme y hacerme sentir mejor, algo que consiguió durante los segundos que me parecieron los más largos de mi vida, pues a su lado era como si el mundo se detuviese y solo existiese él y yo, el tiempo nunca pasaba.
Br- Déjame una pistola Booth, sabes que no te dispararé.
B- Más te vale huesos. Ten cuidado con ella, y no la uses mientras que no sea necesario, déjame disparar a mi.
Junto a él, me dirigí al aeropuerto, donde localizamos a los guardias de seguridad, con quienes Booth habló.
B- Somos del FBI. Estamos buscando a cuatro jóvenes sospechosos de cometer innumerables robos y traficar con drogas- le dijo a los guardias mientras les enseñaba la foto de los delincuentes- ¿saben ustedes si han estado por aquí?
G. S.- Estuvieron aquí alrededor de la una del mediodía de hoy. Parecían asustados, sobre todo uno de ellos, que se retraía un poco del grupo. Permanecieron en el aeropuerto tratando de comprar cuatro billetes para mañana.
G. S.- Parecían tener mucha prisa y en cuanto compraron los billetes se alejaron en dirección a aquel hotel- nos dijo otro de los guardias señalando un lujoso hotel que se encontraba a escasos metros del aeropuerto.
B- Muchas gracias señores- les dijo mientras desviaba su mirada hacia mí y en un susurro me dijo- Date prisa, nos vamos ahora mismo- y dicho esto volvió a mirar a los guardias- Nos vamos, tenemos que dar con ellos. Si los ven por aquí, escóndanse, y protejan a todas las personas que se encuentran en el aeropuerto. No duden en llamarnos si ocurre cualquier incidente.
G. S.- Así lo haremos agente, gracias por avisarnos del peligro.
Salimos del aeropuerto y nos adentramos en él gran tumulto de personas. Era un día muy caluroso, parecía que volvía de nuevo el verano, pese a quedar escasos días para que comience el invierno, y ese clima hacía que me encontrase decaída y de muy mal humor, no soportaba las altas temperaturas que allí se alcanzaban. No me encontraba con ánimos para ir en busca de los delincuentes, sentía que en cualquier momento podía cometer algún fallo que nos pusiese a Booth y a mí en peligro. Booth pareció darse cuenta de mi estado, y por eso quiso saber como estaba, aunque yo no estaba dispuesta a decirle la verdad, pues si lo hacía, él no permitiría que continuase y no podía dejarle solo en estos momentos.
B- ¿Estás Bien huesos? Esto te está afectando demasiado, quizás sería bueno que permanecieras al margen de este caso, ya que estás implicada directamente- me dijo con una mirada que mezclaba tristeza por la situación y cariño y apoyo hacia mí, lo cual me dejo confusa, pues no quería verlo así.
Br- No te preocupes Booth, estoy bien. No te voy a negar que la situación me afecte, pero no quiero dejar el caso, pienso llegar al final de todo esto. Quiero ir a ese hotel y pillarlos cuanto antes.
B- Está bien, pero prométeme que si te encuentras mal en algún momento, me lo dirás.
Br- Claro, sabes que nunca te oculto nada- le dije mientras me culpaba a mi misma por tenerle que volver a ocultar la verdad.
B- Pues entonces vamos a inspeccionar ese hotel. Debemos encontrarlos antes de que sepan que vamos tras ellos, y encontrar pruebas que lo puedan incriminar con las amenazas y con Thomas, pues con lo que tenemos hasta ahora solo podemos detenerlos durante 24 horas.
Llegamos al hotel en unos escasos veinte minutos, durante los cuales intenté parecer lo menos agotada posible.
El hotel era muy lujoso, con banderas de la ciudad ondeando y enormes ventanas de cristal ahumado que recorría toda la fachada del edificio. En el hall del hotel, los guardias controlaban la zona. Nos miraron con cierto recelo, parecía como si estuvieran estudiando nuestros comportamientos y nuestras intenciones.
Fuimos hacia recepción, y allí una señora nos atendió:
B- Somos del FBI y estamos buscando a cuatro jóvenes. ¿Sabes si se hospedan aquí?- le dijo mientras le mostraba una foto de cada uno de ellos.
R- Recuerdo haberlos vistos por aquí anoche, creo que sí que se hospedan aquí, pero déjeme consultarlo con mi jefe. Enseguida vuelvo- dijo para salir corriendo por una de las puertas que daba a los despachos de los empleados.
Booth se acercó a mí y permaneció a mi lado, parecía asustado e intentaba protegerme. Creo que sabían que estaban allí, y quería parecer sereno, pero no lo conseguía, estaba inquieto y preocupado por mí, por lo que pudiesen hacerme si se daban cuenta de que otras personas conocían la verdad.
Br- Booth, no te preocupes, no creo que se atrevan a hacerme nada estando tú a mi lado- le dije para tranquilizarlo.
La recepcionista entró de nuevo y se acercó al mostrador para hablar con Booth.
R- Se hospedan en la habitación 107 y 109, tomaron una habitación para dos que es más económico.
Booth y yo nos miramos, pues no necesitaban escatimar en gastos.
Br- Supongo que no querían despertar demasiadas miradas- le dije acercándome a Booth para que solo pudiera oírme él.
B- ¿Se encuentran ahora en sus habitaciones?
R- Solo tres de ellos agentes.
Br- Bien, vamos entonces- le dije yo encaminándome a las escaleras, pero Booth me cogió del brazo impidiéndome que pudiese caminar.
B- Huesos, no hagas una locura, pueden haber preparado una trampa, además, falta uno de ellos, no hagas locuras, debemos avisar al FBI antes de entrar- dijo poniéndose en contacto con ellos- Por favor, saque a todo el mundo de aquí, desaloje el hotel, protéjanse y tengan mucho cuidado- le dijo a la señora de la recepción- se volvió a girar hacia mí- Vamos Huesos, ahora sí.
Br- Debemos darnos prisa. Subamos por las escaleras.
De este modo nos adentramos en lo que podía ser el último lugar que viéramos en nuestra vida.
Booth, por el contrario, parecía haber hallado un modo de creer que lograríamos dar con los delincuentes. No sé como lo hace, pero siempre consigue ver el lado positivo de las cosas, supongo que su fe en Dios le ayuda a ser optimista, algo que para mí es muy difícil, aunque gracias a mi año en la isla he aprendido a confiar en las situaciones que se nos plantea en la vida, pero aún me queda mucho por aprender.
Br- Booth, no quiero dejar a Erik solo, esperaremos a que llegue la policía local- le dije acercándome a él para que Erik no nos oyese y se asustase.
B- Claro huesos, como tú quieras, no haremos anda que tú no desees.
Esperamos unos diez minutos hasta que vino la policía de la isla. No me sentía segura dejándolo sin nosotros, pero debía encontrar a Pet y a los suyos, así que no me quedaba otra que confiar en el buen hacer de las fuerzas de seguridad.
Nos alejamos de la casa y tomamos otro taxi que nos traslado hasta el aeropuerto. No podíamos perder el tiempo en esperar al FBI, así que nos encargamos de hacer el trabajo nosotros.
Br- ¿Cómo averiguamos donde se alojan?- le pregunté inquieta.
B- Eso déjamelo a mí, ese es mi trabajo- me dijo pasándome el brazo por los hombros como hacía siempre que quería relajarme y hacerme sentir mejor, algo que consiguió durante los segundos que me parecieron los más largos de mi vida, pues a su lado era como si el mundo se detuviese y solo existiese él y yo, el tiempo nunca pasaba.
Br- Déjame una pistola Booth, sabes que no te dispararé.
B- Más te vale huesos. Ten cuidado con ella, y no la uses mientras que no sea necesario, déjame disparar a mi.
Junto a él, me dirigí al aeropuerto, donde localizamos a los guardias de seguridad, con quienes Booth habló.
B- Somos del FBI. Estamos buscando a cuatro jóvenes sospechosos de cometer innumerables robos y traficar con drogas- le dijo a los guardias mientras les enseñaba la foto de los delincuentes- ¿saben ustedes si han estado por aquí?
G. S.- Estuvieron aquí alrededor de la una del mediodía de hoy. Parecían asustados, sobre todo uno de ellos, que se retraía un poco del grupo. Permanecieron en el aeropuerto tratando de comprar cuatro billetes para mañana.
G. S.- Parecían tener mucha prisa y en cuanto compraron los billetes se alejaron en dirección a aquel hotel- nos dijo otro de los guardias señalando un lujoso hotel que se encontraba a escasos metros del aeropuerto.
B- Muchas gracias señores- les dijo mientras desviaba su mirada hacia mí y en un susurro me dijo- Date prisa, nos vamos ahora mismo- y dicho esto volvió a mirar a los guardias- Nos vamos, tenemos que dar con ellos. Si los ven por aquí, escóndanse, y protejan a todas las personas que se encuentran en el aeropuerto. No duden en llamarnos si ocurre cualquier incidente.
G. S.- Así lo haremos agente, gracias por avisarnos del peligro.
Salimos del aeropuerto y nos adentramos en él gran tumulto de personas. Era un día muy caluroso, parecía que volvía de nuevo el verano, pese a quedar escasos días para que comience el invierno, y ese clima hacía que me encontrase decaída y de muy mal humor, no soportaba las altas temperaturas que allí se alcanzaban. No me encontraba con ánimos para ir en busca de los delincuentes, sentía que en cualquier momento podía cometer algún fallo que nos pusiese a Booth y a mí en peligro. Booth pareció darse cuenta de mi estado, y por eso quiso saber como estaba, aunque yo no estaba dispuesta a decirle la verdad, pues si lo hacía, él no permitiría que continuase y no podía dejarle solo en estos momentos.
B- ¿Estás Bien huesos? Esto te está afectando demasiado, quizás sería bueno que permanecieras al margen de este caso, ya que estás implicada directamente- me dijo con una mirada que mezclaba tristeza por la situación y cariño y apoyo hacia mí, lo cual me dejo confusa, pues no quería verlo así.
Br- No te preocupes Booth, estoy bien. No te voy a negar que la situación me afecte, pero no quiero dejar el caso, pienso llegar al final de todo esto. Quiero ir a ese hotel y pillarlos cuanto antes.
B- Está bien, pero prométeme que si te encuentras mal en algún momento, me lo dirás.
Br- Claro, sabes que nunca te oculto nada- le dije mientras me culpaba a mi misma por tenerle que volver a ocultar la verdad.
B- Pues entonces vamos a inspeccionar ese hotel. Debemos encontrarlos antes de que sepan que vamos tras ellos, y encontrar pruebas que lo puedan incriminar con las amenazas y con Thomas, pues con lo que tenemos hasta ahora solo podemos detenerlos durante 24 horas.
Llegamos al hotel en unos escasos veinte minutos, durante los cuales intenté parecer lo menos agotada posible.
El hotel era muy lujoso, con banderas de la ciudad ondeando y enormes ventanas de cristal ahumado que recorría toda la fachada del edificio. En el hall del hotel, los guardias controlaban la zona. Nos miraron con cierto recelo, parecía como si estuvieran estudiando nuestros comportamientos y nuestras intenciones.
Fuimos hacia recepción, y allí una señora nos atendió:
B- Somos del FBI y estamos buscando a cuatro jóvenes. ¿Sabes si se hospedan aquí?- le dijo mientras le mostraba una foto de cada uno de ellos.
R- Recuerdo haberlos vistos por aquí anoche, creo que sí que se hospedan aquí, pero déjeme consultarlo con mi jefe. Enseguida vuelvo- dijo para salir corriendo por una de las puertas que daba a los despachos de los empleados.
Booth se acercó a mí y permaneció a mi lado, parecía asustado e intentaba protegerme. Creo que sabían que estaban allí, y quería parecer sereno, pero no lo conseguía, estaba inquieto y preocupado por mí, por lo que pudiesen hacerme si se daban cuenta de que otras personas conocían la verdad.
Br- Booth, no te preocupes, no creo que se atrevan a hacerme nada estando tú a mi lado- le dije para tranquilizarlo.
La recepcionista entró de nuevo y se acercó al mostrador para hablar con Booth.
R- Se hospedan en la habitación 107 y 109, tomaron una habitación para dos que es más económico.
Booth y yo nos miramos, pues no necesitaban escatimar en gastos.
Br- Supongo que no querían despertar demasiadas miradas- le dije acercándome a Booth para que solo pudiera oírme él.
B- ¿Se encuentran ahora en sus habitaciones?
R- Solo tres de ellos agentes.
Br- Bien, vamos entonces- le dije yo encaminándome a las escaleras, pero Booth me cogió del brazo impidiéndome que pudiese caminar.
B- Huesos, no hagas una locura, pueden haber preparado una trampa, además, falta uno de ellos, no hagas locuras, debemos avisar al FBI antes de entrar- dijo poniéndose en contacto con ellos- Por favor, saque a todo el mundo de aquí, desaloje el hotel, protéjanse y tengan mucho cuidado- le dijo a la señora de la recepción- se volvió a girar hacia mí- Vamos Huesos, ahora sí.
Br- Debemos darnos prisa. Subamos por las escaleras.
De este modo nos adentramos en lo que podía ser el último lugar que viéramos en nuestra vida.
lunes, 20 de septiembre de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo XV
El trayecto hasta la isla se me hizo demasiado corto, no quería bajar de aquel avión. Para no despertar demasiada curiosidad en los pasajeros, decidimos mezclarnos con ellos e ir en turista. Me sentía muy segura estando junto a Booth, sabía transmitir tranquilidad y templanza, algo de lo que yo carecía en esos momentos. Me hacía ver que conseguiríamos dar con ellos y que pagarían por lo que habían hecho.
Nada más bajar del avión, noté que algo había cambiado desde las escasas horas en las que había estado alejada de la isla: los árboles estaban arrancados de cuajo, todas las personas corrían de un lado a otro, era un enorme caos.
B- ¿Qué ocurre aquí?- me preguntó Booth como si quisiese decir que si esa situación era normal en la isla.
Br- No lo sé, cuando me fui no ocurría nada de esto. Voy a llamar a Erik para que venga a recogernos y así nos explica lo que ha sucedido aquí.
Marqué el número y llamé, pero nadie contestó. Hice otro intento, pero tampoco tuve suerte.
Br- Es muy extraño. Erik no me coge el teléfono y él siempre lo tiene disponible. Esto no me gusta, siento que algo malo ha ocurrido.
B- Tomemos un taxi y vamos a ve a tu jefe. Quizás esté ocupado y por eso no ha contestado la llamada- me dijo intentando calmar mis ánimos, aunque yo no podía estar tranquila y sabía que Booth tampoco. Pese a que intentase demostrarme lo contrario para no asustarme más de lo que ya estaba, él a mi no me podía engañar, lo conocía demasiado, ambos sabíamos que algo trágico había sucedido.
Desde el taxi se podía divisar una situación espeluznante: coches destrozados delante de antiguas casa que ahora no eran más que ruinas, árboles caídos en llamas, niños llorando en busca de sus familias, … La situación me superaba, no podía verlo todo así, habiendo dejado la isla sólo unas horas antes, cuando no había ningún problema, era tan duro.
B- ¿Sabe usted que ha ocurrido aquí, señor? – le dijo Booth al taxista.
T- Al parecer, un grupo de cuatro jóvenes han hecho explosionar diversas bombas por toda la isla. El FBI está investigándolo porque afirman que los jóvenes son viejos conocidos de la policía por diversos motivos. La causa que los ha impulsado ha realizar esta catástrofe permanece bajo sumario, según ha informado la policía.
Nuestras miradas se cruzaron en un intento por eliminar nuestros pensamientos, pero era imposible. Nuestros ojos dijeron lo que nosotros no éramos capaces de decir con palabras: aquellos cuatro jóvenes eran los amigos de Thomas, y estaban allí.
Br- Debo dar con Erik cuanto antes, no me gusta el cariz que están tomando los acontecimientos – le dije a Booth- Vamos a su casa, es bastante probable que esté allí ahora que se ha cerrado la excavación.
Tras las indicaciones necesarias dadas al taxista, llegamos en media hora a la casa de Erik. Me dirigí a la puerta de entrada mientras Booth vigilaba para que no hubiese ningún problema. Junto a una pequeña hamaca se encontraba el timbre, lo pulsé pero nadie contestó. La puerta estaba entreabierta, así que me atrevía a entrar.
Br- ¡Booth!
B- Brennan, ¿qué haces? Estás loca, no puedes entrar sola en casas ajenas, y aún menos cuando hay cuatro locos sueltos por la isla.
Br- Booth. Tengo que encontrar a Erik, no puede quedarse solo, vamos a buscarlo, por favor.
Entramos en la casa, y una extraña sensación de tranquilidad me invadió. Sabía que Erik estaba allí, mi jefe, la personas en la que había depositado tanta confianza.
Br- ¡Erik! Por favor, contesta Erik, soy Brennan.
E- ¡Brennan, has vuelto!- inmediatamente se escuchó un gran estruendo y al poco tiempo apareció Erik de una pequeña trampilla que había en el suelo de la cocina.
Br- Menos mal que estás bien Erik, me tenías preocupada- le dije acercándome a él y dándole un abrazo.
E- Lo siento, pero la situación desde que te fuiste no ha sido muy fácil y me he tenido que recluir en mi casa.
Br- Erik, él es Booth, mi compañero de trabajo del que te hablé, ¿recuerdas?
E- Eh, si, claro. Encantado Booth.
B- El placer es mío señor- le dijo Booth, acercándose para darle la mano.
Br- Booth me está ayudando, junto con mi equipo del Jeffersonian, en la investigación. Él ha venido conmigo para detener a los culpables de los acontecimientos sucedidos, y quería hablar contigo para ponerte al día y pedirte tu ayuda, pero veo que tú también tienes cosas que contarme – le dije señalando el paisaje que se veía desde la ventana.
E- Si, tengo muchas cosas que contarte, pero quiero saber antes lo que tienes que decirme. Venid, sentaos – nos dijo señalando un pequeño sofá que había en salón- Cuéntame, Brennan.
Le narré todo lo que los chicos habían descubierto. Erik permaneció callado, aunque a veces hacía algunas preguntas o me pedía que le aclarase algo. Al terminar, permaneció callada, y fue Booth quién habló:
B- ¿Sabía usted quién era realmente Pet?
E- No tenía ni idea, parecía un chico muy listo y con ganas de aprender, por eso lo contraté. Cuando Brennan empezó a sospechar me fijé que su comportamiento había cambiado, pero nunca me imaginé que fuese un delincuente. Ahora comprendo lo que ha ocurrido hoy. Después de lo que me has contado es cuando cobran sentido los acontecimientos.
Br- Cuéntanos lo que ha sucedido, Erik.
E- Creo que lo que os voy a contar os va a ayudar mucho en la investigación.
“Cuando tomaste el avión hacia Washington, me quedé preocupado. No confiaba mucho en Pet tras lo que me habías dicho, así que fui a la excavación para asegurarme que no había nadie merodeando por la zona. Cuando llegué todo parecía en orden, con una rápida mirada supe que no había ocurrido nada, pero tenía un pálpito, así que me quedé un rato más. Finalmente, cuando dieron las seis de la tarde, decidí que ya era hora de volver a casa, y justo en ese momento escuché un ruido. Me escondí detrás de las meas de trabajo y permanecí en alerta.
Un hombre de aspecto fuerte y de estatura considerable, entró en la excavación. De la luz de la luna entró gran parte que se reflejó en los cristales y me permitió ver el rostro del hombre: era Pet.
Se acercó a la zona donde estaban los restos y empezó a guardarlos en grandes maletas. De pronto se dio la vuelta y comenzó a hablar. Al principio pensé que padecía esquizofrenia, pero luego aparecieron ante mi campo de visión tres jóvenes más, que comenzaron a ayudarle a guardar los restos. Ante aquella situación, no podía permanecer tranquila, así que, con mucho sigilo, intenté llegar hasta donde estaba el teléfono, pero tropecé y quedé a la vista de los cuatro delincuentes. Mi cuerpo se paralizó y no pude hacer nada por evitar el calvario que se avecinaba.
- ¡Eh, Pet! Mira quién anda por aquí. Tenemos compañía- le dijo uno de ellos que parecía tener una edad similar a Pet.
P- Pero si es mi querido Erik. Veo que no puedes evitar controlar todo lo que te rodea- me dijo mientras daba grandes pasos a mi alrededor. Parecía tantear la situación, y pude notar que estaba nervioso.
- ¿Qué hacemos con él, Erik?- dijo otro de los chicos. Por su tono de voz pude apreciar que debía ser el sumiso del grupo, no se atrevía a tomar una decisión por si mismo por temor a errar.
P- No podemos dejarle marchar después de lo que ha visto. Debemos mantenerlo bajo nuestro mandato, al menos hasta que terminemos con el plan, luego ya veremos lo que hacemos con él.
Hablaban de mí como si yo no estuviese allí, y sus comentarios comenzaron a asustarme. Empecé a sudar y a temblarme todo el cuerpo, sentí que no saldría de allí nunca.
Me trasladaron a la zona de las cámaras donde guardamos los cadáveres, y allí me ataron y me amordazaron. Estuve tanto tiempo allí que llegué a perderla noción del tiempo. Por las zonas acristalas pude ver como los jóvenes salín de las instalaciones y se dirigían a las ciudad. Decidía aprovechar la situación y tratar de salir de allí. Con cuidado, traté de Moguer una de las herramientas que utilizábamos para abrir los cráneos y corté la cuerda. Estando ya libre, me apresuré y comencé a correr hacia mi casa. Llegando a ella, escuché grandes estruendos, y entonces recordé el plan que iban a realizar: podrían bombas por toda la ciudad para causar e caos y así poder sacar todo el material de la excavación sin ser visitos. Como no estaba seguro, decidí resguardarme en el sótano de mi casa hasta que para está situación tan catastrófica.”
Br- Eso quiere decir que se nos han vuelto a escapar.
E- No lo creo. Desde donde estaba reclutado, escuché como planeaban quedarse por la isla hasta mañana, pues imaginaron que con la situación, los vuelos se restringirían, y si insistían en volar hoy mismo, se descubrirían.
B- Bien, pues no perdamos el tiempo. Erik, no debe salir de aquí, ha hecho bien en refugiarse en su casa. Voy a pedir al FBI que nos mande el equipo y avisaremos a la policía local para que vigilen esta zona. Brennan, debemos ponernos en marcha ya, no podemos dejar que se nos escapen.
Br- Si, es hora de que le demos su merecido.
Nada más bajar del avión, noté que algo había cambiado desde las escasas horas en las que había estado alejada de la isla: los árboles estaban arrancados de cuajo, todas las personas corrían de un lado a otro, era un enorme caos.
B- ¿Qué ocurre aquí?- me preguntó Booth como si quisiese decir que si esa situación era normal en la isla.
Br- No lo sé, cuando me fui no ocurría nada de esto. Voy a llamar a Erik para que venga a recogernos y así nos explica lo que ha sucedido aquí.
Marqué el número y llamé, pero nadie contestó. Hice otro intento, pero tampoco tuve suerte.
Br- Es muy extraño. Erik no me coge el teléfono y él siempre lo tiene disponible. Esto no me gusta, siento que algo malo ha ocurrido.
B- Tomemos un taxi y vamos a ve a tu jefe. Quizás esté ocupado y por eso no ha contestado la llamada- me dijo intentando calmar mis ánimos, aunque yo no podía estar tranquila y sabía que Booth tampoco. Pese a que intentase demostrarme lo contrario para no asustarme más de lo que ya estaba, él a mi no me podía engañar, lo conocía demasiado, ambos sabíamos que algo trágico había sucedido.
Desde el taxi se podía divisar una situación espeluznante: coches destrozados delante de antiguas casa que ahora no eran más que ruinas, árboles caídos en llamas, niños llorando en busca de sus familias, … La situación me superaba, no podía verlo todo así, habiendo dejado la isla sólo unas horas antes, cuando no había ningún problema, era tan duro.
B- ¿Sabe usted que ha ocurrido aquí, señor? – le dijo Booth al taxista.
T- Al parecer, un grupo de cuatro jóvenes han hecho explosionar diversas bombas por toda la isla. El FBI está investigándolo porque afirman que los jóvenes son viejos conocidos de la policía por diversos motivos. La causa que los ha impulsado ha realizar esta catástrofe permanece bajo sumario, según ha informado la policía.
Nuestras miradas se cruzaron en un intento por eliminar nuestros pensamientos, pero era imposible. Nuestros ojos dijeron lo que nosotros no éramos capaces de decir con palabras: aquellos cuatro jóvenes eran los amigos de Thomas, y estaban allí.
Br- Debo dar con Erik cuanto antes, no me gusta el cariz que están tomando los acontecimientos – le dije a Booth- Vamos a su casa, es bastante probable que esté allí ahora que se ha cerrado la excavación.
Tras las indicaciones necesarias dadas al taxista, llegamos en media hora a la casa de Erik. Me dirigí a la puerta de entrada mientras Booth vigilaba para que no hubiese ningún problema. Junto a una pequeña hamaca se encontraba el timbre, lo pulsé pero nadie contestó. La puerta estaba entreabierta, así que me atrevía a entrar.
Br- ¡Booth!
B- Brennan, ¿qué haces? Estás loca, no puedes entrar sola en casas ajenas, y aún menos cuando hay cuatro locos sueltos por la isla.
Br- Booth. Tengo que encontrar a Erik, no puede quedarse solo, vamos a buscarlo, por favor.
Entramos en la casa, y una extraña sensación de tranquilidad me invadió. Sabía que Erik estaba allí, mi jefe, la personas en la que había depositado tanta confianza.
Br- ¡Erik! Por favor, contesta Erik, soy Brennan.
E- ¡Brennan, has vuelto!- inmediatamente se escuchó un gran estruendo y al poco tiempo apareció Erik de una pequeña trampilla que había en el suelo de la cocina.
Br- Menos mal que estás bien Erik, me tenías preocupada- le dije acercándome a él y dándole un abrazo.
E- Lo siento, pero la situación desde que te fuiste no ha sido muy fácil y me he tenido que recluir en mi casa.
Br- Erik, él es Booth, mi compañero de trabajo del que te hablé, ¿recuerdas?
E- Eh, si, claro. Encantado Booth.
B- El placer es mío señor- le dijo Booth, acercándose para darle la mano.
Br- Booth me está ayudando, junto con mi equipo del Jeffersonian, en la investigación. Él ha venido conmigo para detener a los culpables de los acontecimientos sucedidos, y quería hablar contigo para ponerte al día y pedirte tu ayuda, pero veo que tú también tienes cosas que contarme – le dije señalando el paisaje que se veía desde la ventana.
E- Si, tengo muchas cosas que contarte, pero quiero saber antes lo que tienes que decirme. Venid, sentaos – nos dijo señalando un pequeño sofá que había en salón- Cuéntame, Brennan.
Le narré todo lo que los chicos habían descubierto. Erik permaneció callado, aunque a veces hacía algunas preguntas o me pedía que le aclarase algo. Al terminar, permaneció callada, y fue Booth quién habló:
B- ¿Sabía usted quién era realmente Pet?
E- No tenía ni idea, parecía un chico muy listo y con ganas de aprender, por eso lo contraté. Cuando Brennan empezó a sospechar me fijé que su comportamiento había cambiado, pero nunca me imaginé que fuese un delincuente. Ahora comprendo lo que ha ocurrido hoy. Después de lo que me has contado es cuando cobran sentido los acontecimientos.
Br- Cuéntanos lo que ha sucedido, Erik.
E- Creo que lo que os voy a contar os va a ayudar mucho en la investigación.
“Cuando tomaste el avión hacia Washington, me quedé preocupado. No confiaba mucho en Pet tras lo que me habías dicho, así que fui a la excavación para asegurarme que no había nadie merodeando por la zona. Cuando llegué todo parecía en orden, con una rápida mirada supe que no había ocurrido nada, pero tenía un pálpito, así que me quedé un rato más. Finalmente, cuando dieron las seis de la tarde, decidí que ya era hora de volver a casa, y justo en ese momento escuché un ruido. Me escondí detrás de las meas de trabajo y permanecí en alerta.
Un hombre de aspecto fuerte y de estatura considerable, entró en la excavación. De la luz de la luna entró gran parte que se reflejó en los cristales y me permitió ver el rostro del hombre: era Pet.
Se acercó a la zona donde estaban los restos y empezó a guardarlos en grandes maletas. De pronto se dio la vuelta y comenzó a hablar. Al principio pensé que padecía esquizofrenia, pero luego aparecieron ante mi campo de visión tres jóvenes más, que comenzaron a ayudarle a guardar los restos. Ante aquella situación, no podía permanecer tranquila, así que, con mucho sigilo, intenté llegar hasta donde estaba el teléfono, pero tropecé y quedé a la vista de los cuatro delincuentes. Mi cuerpo se paralizó y no pude hacer nada por evitar el calvario que se avecinaba.
- ¡Eh, Pet! Mira quién anda por aquí. Tenemos compañía- le dijo uno de ellos que parecía tener una edad similar a Pet.
P- Pero si es mi querido Erik. Veo que no puedes evitar controlar todo lo que te rodea- me dijo mientras daba grandes pasos a mi alrededor. Parecía tantear la situación, y pude notar que estaba nervioso.
- ¿Qué hacemos con él, Erik?- dijo otro de los chicos. Por su tono de voz pude apreciar que debía ser el sumiso del grupo, no se atrevía a tomar una decisión por si mismo por temor a errar.
P- No podemos dejarle marchar después de lo que ha visto. Debemos mantenerlo bajo nuestro mandato, al menos hasta que terminemos con el plan, luego ya veremos lo que hacemos con él.
Hablaban de mí como si yo no estuviese allí, y sus comentarios comenzaron a asustarme. Empecé a sudar y a temblarme todo el cuerpo, sentí que no saldría de allí nunca.
Me trasladaron a la zona de las cámaras donde guardamos los cadáveres, y allí me ataron y me amordazaron. Estuve tanto tiempo allí que llegué a perderla noción del tiempo. Por las zonas acristalas pude ver como los jóvenes salín de las instalaciones y se dirigían a las ciudad. Decidía aprovechar la situación y tratar de salir de allí. Con cuidado, traté de Moguer una de las herramientas que utilizábamos para abrir los cráneos y corté la cuerda. Estando ya libre, me apresuré y comencé a correr hacia mi casa. Llegando a ella, escuché grandes estruendos, y entonces recordé el plan que iban a realizar: podrían bombas por toda la ciudad para causar e caos y así poder sacar todo el material de la excavación sin ser visitos. Como no estaba seguro, decidí resguardarme en el sótano de mi casa hasta que para está situación tan catastrófica.”
Br- Eso quiere decir que se nos han vuelto a escapar.
E- No lo creo. Desde donde estaba reclutado, escuché como planeaban quedarse por la isla hasta mañana, pues imaginaron que con la situación, los vuelos se restringirían, y si insistían en volar hoy mismo, se descubrirían.
B- Bien, pues no perdamos el tiempo. Erik, no debe salir de aquí, ha hecho bien en refugiarse en su casa. Voy a pedir al FBI que nos mande el equipo y avisaremos a la policía local para que vigilen esta zona. Brennan, debemos ponernos en marcha ya, no podemos dejar que se nos escapen.
Br- Si, es hora de que le demos su merecido.
viernes, 17 de septiembre de 2010
LOST EXPERINCE: Capítulo XIV
Rodeada por el brazo de Booth volví con los chicos, que me miraban a la espera de ver que había ocurrido.
A- Veo que ya sabes la verdad Booth, ahora me siento mejor, no me gustan las mentiras y estaba incómoda participando en ella.
Br- Lo siento Ángela, siento haberos pedido a todos que no le contarais nada de esto a Booth, debía habérselo dicho desde el principio, pero ya está todo solucionado, Booth nos va a ayudar en el caso.
H- Pues si es así, empecemos, que tengo ganas ya de que atrapemos a esos canallas.
B- Decidme todo lo que hayáis descubierto, ponerme al día de todo.
Entre todos, le contamos a Booth lo que conocíamos, mejor dicho, todo lo que ellos conocían, pero él ya sabía el resto porque yo se lo había contado en mi despacho. No quería más engaños, pero tampoco los iba a poner en peligro por algo en lo que ellos no tenían nada que ve
Br- Y esto es todo lo que yo sé, es hasta donde me pudieron decir ayer – le dije a Booth para dirigirme de inmediato a mi equipo - ¿Encontrasteis algo más?
B- Por favor, contarnos lo que sepáis.
H- Con permiso de los jefes, estudiamos las notas que Thomas había escrito sobre su trabajo para ver si encontrábamos algo que nos pudiera dar alguna idea.
C- Yo no estaba de acuerdo con la idea, me parecía una invasión a la intimidad del fallecido paleontólogo, pero ahora me alegro de haberle escuchado y aceptado su idea – dijo Cam con un gesto de cariño hacia Hodgins.
Br- ¿Disteis con alguna prueba que resulte útil a la investigación?
A- Parecía que Thomas apuntaba en sus notas algo más que datos profesionales. Tenía un pequeño diario en el que anotaba algunas cosas que le habían ido ocurriendo a lo largo de los últimos 15 años de su vida. Nunca imaginé que pudiera llegar a tener una vida tan intensa – dijo entre risas.
B- Vale, ¿qué es lo que me he perdido?
A- Thomas escribió todo lo que vivió contigo durante vuestro “noviazgo” y su posterior sensación tras vuestra ruptura – dijo dirigiéndose a mí – Estaba muy dolida, se sentía defraudado e inferior a ti, e incluso se atrevió a escribir que si tú llegabas a triunfar en algo o te daban un trabajo de prestigio, prefería morir a verlo.
H- Creo que eso demuestra lo que podía llegar ha hacer.
C- Thomas hablaba mucho de un grupo de personas que había conocido y formaba una parte muy importante en su vida por su apoyo y ayuda: Pet, Morgan, Murphy y Sam.
Br-¡Pet!
A- ¿Lo conoces cariño?
Br- Era la persona que identificó a la víctima y por el cual no pude saber que era Thomas. Es el topo, Erik y yo lo sabíamos y tratamos de que no se diese cuenta del motivo de mi partida. Me temo que estaba en lo cierto, Thomas no quería que fuese yo la encargada de dirigir a las personas en la excavación y mandó a sus compañeros para eliminarme del puesto lo peor de todo es que tras la muerte de Thom, estas personas se sentirán desorientadas, y podrían ser muy peligrosas.
B- Debemos encontrar algo que me permita, al menos, detenerlo durante 24 horas.
H- Eso es lo que pensábamos que dirías, por lo que nos encargamos de buscar algo en el pasado de estas personas que nos permitiera apresarlos para interrogarlos, y ¡Adivinad lo que encontramos!
Br- Hodgins, no estamos para juegos ahora-le dije enfadada, no le veía la gracia a un tema tan serio y del que dependían nuestras vidas.
C- Pet y Morgan se conocen desde la infancia. Sus vidas han sido siempre muy paralelas. Los dos fueron abandonados al nacer, y al cumplir los 12 años se escaparon del orfanato en el que vivían desde bebés. Para poder vivir, realizaban grandes hurtos en supermercados, joyerías,… La policía nunca pudo dar con ellos, son muy escurridizos. Sus verdaderos nombres son Michel Hugh y Michael Morrison. Para no ser descubiertos han cambiado varias veces de nombre y de aspecto físico, pero una ficha policial dada hace un par de meses sobre como podría ser ahora sus aspectos nos ha permitido identificarlos.
B- Bien, ya tenemos a do, pero ¿qué sabéis de Murphy y Sam?
A- Murphy es el hermano de Michael. A diferencia de éste, no fue abandonado, pero su infancia no fue mucho más fácil. Su madre era una ludópata a la que su marido había abandonado por otra. Su vida se resumía al juego, y su hijo era un estorbo del que solo se ocupaba cuando no sabía que hacer, era como un juguete. Cuando el niño cumplió la mayoría de edad, abandonó a su madre y se fue a vivir a casa de Sam, un amigo que había conocido cuando iba al colegio. Pero en lugar de ir a mejor, su vida fue a peor: eligió el camino de la droga, con la que Sam trabajaba. En este mundo conocieron a Michael, y cuando descubrieron que eran hermanos decidieron unirse para trabajar en equipo: Sam y Murphy se encargarían de vender la droga que conseguían y Michael y Michel de de los robos, y luego se repartirían el total. Así tendrían dinero para vivir los cuatro. Murphy en realidad es Charlie, y Sam y Christopher, esos son sus nombres reales.
H- Con el tiempo se hicieron con una gran fortuna. Su riqueza era tal que nuestro Thom se enteró de ello y, como no sabía de sus pasados debido a que ya llevaban los cuatro varios cambios de nombres, Thom no sospechó, y les propuso un trato: él les pagaba unos estudio en geología y paleontología a cambio de que ellos se aliaran con él, pues Thomas tenía también mucha riqueza y muchas personas iban tras él. Así que Thomas enseñó su carrera a los cuatro y a cambio ellos hacían de guardaespaldas de él. Con el tiempo los cinco se hicieron amigos y le contaron la verdad de sus vidas al “bueno” de Thomas, pero ya era muy tarde para echarse atrás, así que Thom no le tomó importancia y siguieron como si nada de todo lo que hicieron en el pasado hubiese ocurrido nunca.
Br- Esto es horrible, ¿cómo me pude enamorar de alguien así?
A- Cariño, no te culpes, tú no sabías nada más allá de lo que él te contaba.
C- La verdad es que nadie se lo hubiese imaginado, si me lo hubiesen dicho cinco años antes, hubiera pensado que me estaba tomando el pelo.
B- No podemos dejar que vuelvan de nuevo a sus antiguas vidas, y menos ahora, que estarán irascibles y terriblemente afectados tras la muerte de su mentor. Debemos encontrarlos.
Br- No hay tiempo que perder. Yo sé que, al menos, Pet estará en la isla Malukus, pues de otro modo Erik me hubiese avisado. Así que tomaré un avión e iré en su búsqueda.
B- Yo iré contigo. Vosotros mientras buscad y localizad al resto, no podemos dejar que se entren que hemos apresado a Pet, pues si eso ocurre, huirán.
C- En cuanto sepamos algo os lo comunicaremos. Id con cuidado, por favor.
Nos despedimos de los chicos y junto con Parker nos dirigimos a casa de Rebeca. Debíamos proteger al hijo de Booth, y sólo allí estaría seguro. Pese a su tristeza por tener que despedirse de su padre sin haber pasado un día con él, no se opuso, sabía que nuestro trabajo era muy peligroso para él. Tras dejarlo con su madre, nos encaminamos hacia el aeropuerto, donde tomamos el primer avión con destino a la isla.
A- Veo que ya sabes la verdad Booth, ahora me siento mejor, no me gustan las mentiras y estaba incómoda participando en ella.
Br- Lo siento Ángela, siento haberos pedido a todos que no le contarais nada de esto a Booth, debía habérselo dicho desde el principio, pero ya está todo solucionado, Booth nos va a ayudar en el caso.
H- Pues si es así, empecemos, que tengo ganas ya de que atrapemos a esos canallas.
B- Decidme todo lo que hayáis descubierto, ponerme al día de todo.
Entre todos, le contamos a Booth lo que conocíamos, mejor dicho, todo lo que ellos conocían, pero él ya sabía el resto porque yo se lo había contado en mi despacho. No quería más engaños, pero tampoco los iba a poner en peligro por algo en lo que ellos no tenían nada que ve
Br- Y esto es todo lo que yo sé, es hasta donde me pudieron decir ayer – le dije a Booth para dirigirme de inmediato a mi equipo - ¿Encontrasteis algo más?
B- Por favor, contarnos lo que sepáis.
H- Con permiso de los jefes, estudiamos las notas que Thomas había escrito sobre su trabajo para ver si encontrábamos algo que nos pudiera dar alguna idea.
C- Yo no estaba de acuerdo con la idea, me parecía una invasión a la intimidad del fallecido paleontólogo, pero ahora me alegro de haberle escuchado y aceptado su idea – dijo Cam con un gesto de cariño hacia Hodgins.
Br- ¿Disteis con alguna prueba que resulte útil a la investigación?
A- Parecía que Thomas apuntaba en sus notas algo más que datos profesionales. Tenía un pequeño diario en el que anotaba algunas cosas que le habían ido ocurriendo a lo largo de los últimos 15 años de su vida. Nunca imaginé que pudiera llegar a tener una vida tan intensa – dijo entre risas.
B- Vale, ¿qué es lo que me he perdido?
A- Thomas escribió todo lo que vivió contigo durante vuestro “noviazgo” y su posterior sensación tras vuestra ruptura – dijo dirigiéndose a mí – Estaba muy dolida, se sentía defraudado e inferior a ti, e incluso se atrevió a escribir que si tú llegabas a triunfar en algo o te daban un trabajo de prestigio, prefería morir a verlo.
H- Creo que eso demuestra lo que podía llegar ha hacer.
C- Thomas hablaba mucho de un grupo de personas que había conocido y formaba una parte muy importante en su vida por su apoyo y ayuda: Pet, Morgan, Murphy y Sam.
Br-¡Pet!
A- ¿Lo conoces cariño?
Br- Era la persona que identificó a la víctima y por el cual no pude saber que era Thomas. Es el topo, Erik y yo lo sabíamos y tratamos de que no se diese cuenta del motivo de mi partida. Me temo que estaba en lo cierto, Thomas no quería que fuese yo la encargada de dirigir a las personas en la excavación y mandó a sus compañeros para eliminarme del puesto lo peor de todo es que tras la muerte de Thom, estas personas se sentirán desorientadas, y podrían ser muy peligrosas.
B- Debemos encontrar algo que me permita, al menos, detenerlo durante 24 horas.
H- Eso es lo que pensábamos que dirías, por lo que nos encargamos de buscar algo en el pasado de estas personas que nos permitiera apresarlos para interrogarlos, y ¡Adivinad lo que encontramos!
Br- Hodgins, no estamos para juegos ahora-le dije enfadada, no le veía la gracia a un tema tan serio y del que dependían nuestras vidas.
C- Pet y Morgan se conocen desde la infancia. Sus vidas han sido siempre muy paralelas. Los dos fueron abandonados al nacer, y al cumplir los 12 años se escaparon del orfanato en el que vivían desde bebés. Para poder vivir, realizaban grandes hurtos en supermercados, joyerías,… La policía nunca pudo dar con ellos, son muy escurridizos. Sus verdaderos nombres son Michel Hugh y Michael Morrison. Para no ser descubiertos han cambiado varias veces de nombre y de aspecto físico, pero una ficha policial dada hace un par de meses sobre como podría ser ahora sus aspectos nos ha permitido identificarlos.
B- Bien, ya tenemos a do, pero ¿qué sabéis de Murphy y Sam?
A- Murphy es el hermano de Michael. A diferencia de éste, no fue abandonado, pero su infancia no fue mucho más fácil. Su madre era una ludópata a la que su marido había abandonado por otra. Su vida se resumía al juego, y su hijo era un estorbo del que solo se ocupaba cuando no sabía que hacer, era como un juguete. Cuando el niño cumplió la mayoría de edad, abandonó a su madre y se fue a vivir a casa de Sam, un amigo que había conocido cuando iba al colegio. Pero en lugar de ir a mejor, su vida fue a peor: eligió el camino de la droga, con la que Sam trabajaba. En este mundo conocieron a Michael, y cuando descubrieron que eran hermanos decidieron unirse para trabajar en equipo: Sam y Murphy se encargarían de vender la droga que conseguían y Michael y Michel de de los robos, y luego se repartirían el total. Así tendrían dinero para vivir los cuatro. Murphy en realidad es Charlie, y Sam y Christopher, esos son sus nombres reales.
H- Con el tiempo se hicieron con una gran fortuna. Su riqueza era tal que nuestro Thom se enteró de ello y, como no sabía de sus pasados debido a que ya llevaban los cuatro varios cambios de nombres, Thom no sospechó, y les propuso un trato: él les pagaba unos estudio en geología y paleontología a cambio de que ellos se aliaran con él, pues Thomas tenía también mucha riqueza y muchas personas iban tras él. Así que Thomas enseñó su carrera a los cuatro y a cambio ellos hacían de guardaespaldas de él. Con el tiempo los cinco se hicieron amigos y le contaron la verdad de sus vidas al “bueno” de Thomas, pero ya era muy tarde para echarse atrás, así que Thom no le tomó importancia y siguieron como si nada de todo lo que hicieron en el pasado hubiese ocurrido nunca.
Br- Esto es horrible, ¿cómo me pude enamorar de alguien así?
A- Cariño, no te culpes, tú no sabías nada más allá de lo que él te contaba.
C- La verdad es que nadie se lo hubiese imaginado, si me lo hubiesen dicho cinco años antes, hubiera pensado que me estaba tomando el pelo.
B- No podemos dejar que vuelvan de nuevo a sus antiguas vidas, y menos ahora, que estarán irascibles y terriblemente afectados tras la muerte de su mentor. Debemos encontrarlos.
Br- No hay tiempo que perder. Yo sé que, al menos, Pet estará en la isla Malukus, pues de otro modo Erik me hubiese avisado. Así que tomaré un avión e iré en su búsqueda.
B- Yo iré contigo. Vosotros mientras buscad y localizad al resto, no podemos dejar que se entren que hemos apresado a Pet, pues si eso ocurre, huirán.
C- En cuanto sepamos algo os lo comunicaremos. Id con cuidado, por favor.
Nos despedimos de los chicos y junto con Parker nos dirigimos a casa de Rebeca. Debíamos proteger al hijo de Booth, y sólo allí estaría seguro. Pese a su tristeza por tener que despedirse de su padre sin haber pasado un día con él, no se opuso, sabía que nuestro trabajo era muy peligroso para él. Tras dejarlo con su madre, nos encaminamos hacia el aeropuerto, donde tomamos el primer avión con destino a la isla.
jueves, 16 de septiembre de 2010
LOST EXPERIENCE: Capítulo XIII
Nunca pensé que volver de nuevo me haría tanto bien, pero desde que pisé suelo americano me sentía feliz, estaba en mi hogar, el lugar al que sabía que siempre podía volver.
Desde la casa de Rebeca hasta el Jeffersonian había unos 20 minutos en coche, tiempo que Parker no desperdició haciendo preguntas a su padre y a mí sobre nuestros respectivos trabajos a lo largo de este año_ que si nos había ido bien, que si se nos había hecho muy largo ese año lejos de nuestras familias,… Parker es un chico muy curioso, y hasta que llegamos al Jeffersonian no paro de hacer preguntas, una tras otra. Al llegar me di cuenta que si entrábamos juntos no podría hablar con los chicos tranquilamente, pero no había otro modo de hacerlo.
A- ¡Brennan! – nada más poner un pie en el laboratorio, Ángela se acercó y me abrazo, un abrazo que había necesitado en muchas ocasiones. Inmediatamente Hodgins, Cam, Sweets y Daisy se unieron a ese abrazo.
D- Que bien que haya vuelto doctora, tenía que decirle algunas cosas del caso… - se cayó en cuanto vió nuestras caras - … No debí decir eso, es que cuando me emociono hablo más de lo que debo.
S- Recuerda que debes respirar y contar hasta 10 antes de hablar, Daisy – le dijo Sweets susurrado, aunque todos pudimos oírlo perfectamente.
B- Hablar claro que no me entero – dijo Booth, provocando que todos se girasen, pues nadie se había percatado de que permanecía junto a Parker a unos 2 metros de mi.
H- ¡Pero si tú también has vuelto!
B- ¿Qué tal Hodgins? – le dijo dándole una pequeña palmada en la espalda como gesto de cariño.
A- Y estás bien, no estás herido – le dijo a Booth mientras examinaba con la mirada todo su cuerpo atlético conseguido del gran trabajo realizado durante los meses pasados en Afganistán.
C- Me alegro mucho que estéis los dos bien y de vuelta – dijo Cam que, hasta entonces, había permanecido callada en un segundo plano disfrutando de la alegría que invadía el laboratorio.
A- Hola Parker, ¿qué tal estás?
P- Muy bien Ángela, y veo que tú sigues igual de guapa que siempre.
Todos comenzamos a reírnos después del comentario inocente de Parker.
B- Parker, compórtate – consiguió decirle Booth, pero no podía evitar reírse también.
P- Pero si es verdad papá, o ¿tú no lo piensas?
Pasamos una mañana muy agradable, poniéndonos al día de todo lo que nos había ocurrido a cada uno durante este año mientras Parker se divertía visitando el Jeffersonian con nuestro interno Wendell, que se ofreció a cuidar del pequeño.
Ángela estaba muy contenta, se le veía un brillo especial en sus ojos, durante el año que había estado en París junto a Hodgins, su relación se había afianzado mucho más y cuando los veía juntos me daba mucha envidia pues sentía que yo nunca podría tener algo así con Booth. Mientras iba pensando en ello no me di cuenta que estaba divagando en mis pensamientos y no estaba prestando atención a lo que me decían.
B- Brennan, ¿te ocurre algo? – me dijo al oído mientras su brazo recorría mi cintura para quedarse allí alojado.
Todos se callaron y volvieron sus rostros hacia mí, parecía que no había estado demasiado atenta porque todos me miraban, era el centro de atención.
Br- Ehh…, no, estoy bien Booth, debe ser el jet-lague que me tiene trastornada, lo siento.
A- No tienes que disculparte cielo, has estado sometida a mucha presión esta última semana, deberías desconectar y descansar un poco.
B- Deberías quedarte en mi casa, es más seguro, al menos unos días, hasta que la policía de la isla descubra algo más.
Me quedé atónita, nunca me hubiese imaginado que me ofrecería dormir en su casa, pese a saber que se preocupaba mucho por mí y que no dejaría que nada malo me ocurriese, pero últimamente se había mostrado muy frío y distante conmigo, y su ofrecimiento no dejaba de sorprenderme.
Br- Muchas gracias por ofrecerme tu casa, Booth, la verdad es que me sentiría más segura no durmiendo sola, pero no quiero ponerte a ti y a Parker en peligro.
B- No te preocupes, estaremos bien, recuerda que estarás con un francotirador – me dijo intentando disminuir la tensión que se había apoderado tras la mención del caso.
No sabía que decirle ya que me sentía culpable de no haberle contado la verdad después de lo bien que siempre se había portado conmigo, no podía ocultárselo por más tiempo.
Br- Booth, necesito hablar contigo, podemos ir a mi despacho.
B- Eh.., si, vamos – me dijo un poco contrariado.
Crucé el Jeffersonian ante los gestos de sorpresa de mi equipo, parecían haber sabido lo que iba a hacer y por sus miradas parecían no esperárselo. Ángela fue la única que parecía que estaba deseando que diera el paso y cuando pase por su lado hizo un gesto de asentimiento y pude ver que de sus labios salía un “adelante”.
Entrar en mi rincón dentro del Jeffersonian me trajo muchos recuerdos, y una mezcla de sentimientos un poco agria, pues aunque en él había vivido momentos muy buenos, también los había vivido muy malo, como entrarme que la víctima que investigaba era mi madre.
B- Dime, ¿qué ocurre Huesos?
Br- No he sido totalmente sincera, y me gustaría que si vamos a estar vamos el mismo techo, al menos de momento, no hubiese secretos entre nosotros.
B- ¿De que estás hablando Brennan?
Br- ¿Recuerdas que te conté que me iba a quedar en la isla para investigar el caso pese a tu insistente negación?
B- Sí, lo recuerdo, no había forma de persuadirte para que no lo hicieras.
Br- Pues desde esa conversación han ocurrido más cosas que, por temor a tu reacción, preferí o decirte nada.
Empecé desde el principio, contándole incluso el suceso que me condujo al hospital. Confiaba en él como lo hacía en nadie, sabía que quizás, después de ocultarle todo esto, nunca me perdonaría, pero lo que si sabía es que guardaría mi secreto. No se lo había confesado ni siquiera a Ángela, mi mejor amiga, por temor a perjudicarle de algún modo, pero a Booth debía contárselo todo, no quería ocultarle nada más, ya me sentía lo suficientemente mal por no habérselo contado en su momento.
Cuando acabé, se produjo un silencio incómodo, que Booth no tardó en romper.
B- ¿Pero por qué no me lo contaste? ¿Es que no confiabas en mí? Nunca hubo secretos entre los dos, así es como lo decidimos, no imaginé que fueses capaz de ocultarme algo así cuando tu vida estaba en peligro, si yo hubiese estado en esa situación te lo hubiese contado, no hubiese permitido que te enterases por otras personas.
Br- Lo siento Booth, no quería ocultártelo, he pasado unos días muy duros en los que necesité tu apoyo y tu comprensión, pero no quería decirte nada, aunque estaba segura de que no me dejarías seguir adelante con la investigación, además, ya estaba yo en peligro, no quería que tú también lo estuvieses.
B- Pero Brennan, lo que has hecho es una locura, pudiste morir por seguir adelante. No puedes continuar con esto, es arriesgar tu vida por una tontería. La policía y el FBI se están encargando de investigarlo.
Br- Booth, no me puedes pedir eso, no puedo hacerlo, no quiero vivir asustada, insegura, necesito poder vivir sin temor a que me ocurra a mí o a alguien de mi entorno algo malo.
B- No puedo dejar que hagas tal cosa Brennan.
Br- Booth, por favor, esta vez no habrá secretos entre los dos. Me gustaría contar con tu ayuda y apoyo, quiero seguir adelante con la investigación, los chicos se han implicado mucho pese al riesgo que conllevaba, no quiero dejarlo ahora.
B- De acuerdo, pero esta vez no estarás sola, yo estaré contigo en todo momento y te ayudaré con la investigación, no permitiré que te pase otra vez aquella situación de hace unos días. Vivirás conmigo hasta que todo se solucione, no debes estar sola.
Br- Muchas gracias Booth – le dije dándole un abrazo.
B- Algunas cosas nunca cambiarán, tú siempre seguirás siendo muy tozuda y yo siempre acabaré cediendo – me dijo al oído para luego asomarse una leve sonrisa por sus labios.
Viéndolo así, me confortó y me hizo ver lo equivocada que estaba con respecto a su actitud, me había demostrado que él también había cambiado, su comportamiento hacia mi era de comprensión, apoyo y confianza. Me quedaría allí, en esa pequeña habitación abrazada a “mi compañero” durante toda la vida, pero debía salir y enfrentarme a la dura y cruel realidad.
Desde la casa de Rebeca hasta el Jeffersonian había unos 20 minutos en coche, tiempo que Parker no desperdició haciendo preguntas a su padre y a mí sobre nuestros respectivos trabajos a lo largo de este año_ que si nos había ido bien, que si se nos había hecho muy largo ese año lejos de nuestras familias,… Parker es un chico muy curioso, y hasta que llegamos al Jeffersonian no paro de hacer preguntas, una tras otra. Al llegar me di cuenta que si entrábamos juntos no podría hablar con los chicos tranquilamente, pero no había otro modo de hacerlo.
A- ¡Brennan! – nada más poner un pie en el laboratorio, Ángela se acercó y me abrazo, un abrazo que había necesitado en muchas ocasiones. Inmediatamente Hodgins, Cam, Sweets y Daisy se unieron a ese abrazo.
D- Que bien que haya vuelto doctora, tenía que decirle algunas cosas del caso… - se cayó en cuanto vió nuestras caras - … No debí decir eso, es que cuando me emociono hablo más de lo que debo.
S- Recuerda que debes respirar y contar hasta 10 antes de hablar, Daisy – le dijo Sweets susurrado, aunque todos pudimos oírlo perfectamente.
B- Hablar claro que no me entero – dijo Booth, provocando que todos se girasen, pues nadie se había percatado de que permanecía junto a Parker a unos 2 metros de mi.
H- ¡Pero si tú también has vuelto!
B- ¿Qué tal Hodgins? – le dijo dándole una pequeña palmada en la espalda como gesto de cariño.
A- Y estás bien, no estás herido – le dijo a Booth mientras examinaba con la mirada todo su cuerpo atlético conseguido del gran trabajo realizado durante los meses pasados en Afganistán.
C- Me alegro mucho que estéis los dos bien y de vuelta – dijo Cam que, hasta entonces, había permanecido callada en un segundo plano disfrutando de la alegría que invadía el laboratorio.
A- Hola Parker, ¿qué tal estás?
P- Muy bien Ángela, y veo que tú sigues igual de guapa que siempre.
Todos comenzamos a reírnos después del comentario inocente de Parker.
B- Parker, compórtate – consiguió decirle Booth, pero no podía evitar reírse también.
P- Pero si es verdad papá, o ¿tú no lo piensas?
Pasamos una mañana muy agradable, poniéndonos al día de todo lo que nos había ocurrido a cada uno durante este año mientras Parker se divertía visitando el Jeffersonian con nuestro interno Wendell, que se ofreció a cuidar del pequeño.
Ángela estaba muy contenta, se le veía un brillo especial en sus ojos, durante el año que había estado en París junto a Hodgins, su relación se había afianzado mucho más y cuando los veía juntos me daba mucha envidia pues sentía que yo nunca podría tener algo así con Booth. Mientras iba pensando en ello no me di cuenta que estaba divagando en mis pensamientos y no estaba prestando atención a lo que me decían.
B- Brennan, ¿te ocurre algo? – me dijo al oído mientras su brazo recorría mi cintura para quedarse allí alojado.
Todos se callaron y volvieron sus rostros hacia mí, parecía que no había estado demasiado atenta porque todos me miraban, era el centro de atención.
Br- Ehh…, no, estoy bien Booth, debe ser el jet-lague que me tiene trastornada, lo siento.
A- No tienes que disculparte cielo, has estado sometida a mucha presión esta última semana, deberías desconectar y descansar un poco.
B- Deberías quedarte en mi casa, es más seguro, al menos unos días, hasta que la policía de la isla descubra algo más.
Me quedé atónita, nunca me hubiese imaginado que me ofrecería dormir en su casa, pese a saber que se preocupaba mucho por mí y que no dejaría que nada malo me ocurriese, pero últimamente se había mostrado muy frío y distante conmigo, y su ofrecimiento no dejaba de sorprenderme.
Br- Muchas gracias por ofrecerme tu casa, Booth, la verdad es que me sentiría más segura no durmiendo sola, pero no quiero ponerte a ti y a Parker en peligro.
B- No te preocupes, estaremos bien, recuerda que estarás con un francotirador – me dijo intentando disminuir la tensión que se había apoderado tras la mención del caso.
No sabía que decirle ya que me sentía culpable de no haberle contado la verdad después de lo bien que siempre se había portado conmigo, no podía ocultárselo por más tiempo.
Br- Booth, necesito hablar contigo, podemos ir a mi despacho.
B- Eh.., si, vamos – me dijo un poco contrariado.
Crucé el Jeffersonian ante los gestos de sorpresa de mi equipo, parecían haber sabido lo que iba a hacer y por sus miradas parecían no esperárselo. Ángela fue la única que parecía que estaba deseando que diera el paso y cuando pase por su lado hizo un gesto de asentimiento y pude ver que de sus labios salía un “adelante”.
Entrar en mi rincón dentro del Jeffersonian me trajo muchos recuerdos, y una mezcla de sentimientos un poco agria, pues aunque en él había vivido momentos muy buenos, también los había vivido muy malo, como entrarme que la víctima que investigaba era mi madre.
B- Dime, ¿qué ocurre Huesos?
Br- No he sido totalmente sincera, y me gustaría que si vamos a estar vamos el mismo techo, al menos de momento, no hubiese secretos entre nosotros.
B- ¿De que estás hablando Brennan?
Br- ¿Recuerdas que te conté que me iba a quedar en la isla para investigar el caso pese a tu insistente negación?
B- Sí, lo recuerdo, no había forma de persuadirte para que no lo hicieras.
Br- Pues desde esa conversación han ocurrido más cosas que, por temor a tu reacción, preferí o decirte nada.
Empecé desde el principio, contándole incluso el suceso que me condujo al hospital. Confiaba en él como lo hacía en nadie, sabía que quizás, después de ocultarle todo esto, nunca me perdonaría, pero lo que si sabía es que guardaría mi secreto. No se lo había confesado ni siquiera a Ángela, mi mejor amiga, por temor a perjudicarle de algún modo, pero a Booth debía contárselo todo, no quería ocultarle nada más, ya me sentía lo suficientemente mal por no habérselo contado en su momento.
Cuando acabé, se produjo un silencio incómodo, que Booth no tardó en romper.
B- ¿Pero por qué no me lo contaste? ¿Es que no confiabas en mí? Nunca hubo secretos entre los dos, así es como lo decidimos, no imaginé que fueses capaz de ocultarme algo así cuando tu vida estaba en peligro, si yo hubiese estado en esa situación te lo hubiese contado, no hubiese permitido que te enterases por otras personas.
Br- Lo siento Booth, no quería ocultártelo, he pasado unos días muy duros en los que necesité tu apoyo y tu comprensión, pero no quería decirte nada, aunque estaba segura de que no me dejarías seguir adelante con la investigación, además, ya estaba yo en peligro, no quería que tú también lo estuvieses.
B- Pero Brennan, lo que has hecho es una locura, pudiste morir por seguir adelante. No puedes continuar con esto, es arriesgar tu vida por una tontería. La policía y el FBI se están encargando de investigarlo.
Br- Booth, no me puedes pedir eso, no puedo hacerlo, no quiero vivir asustada, insegura, necesito poder vivir sin temor a que me ocurra a mí o a alguien de mi entorno algo malo.
B- No puedo dejar que hagas tal cosa Brennan.
Br- Booth, por favor, esta vez no habrá secretos entre los dos. Me gustaría contar con tu ayuda y apoyo, quiero seguir adelante con la investigación, los chicos se han implicado mucho pese al riesgo que conllevaba, no quiero dejarlo ahora.
B- De acuerdo, pero esta vez no estarás sola, yo estaré contigo en todo momento y te ayudaré con la investigación, no permitiré que te pase otra vez aquella situación de hace unos días. Vivirás conmigo hasta que todo se solucione, no debes estar sola.
Br- Muchas gracias Booth – le dije dándole un abrazo.
B- Algunas cosas nunca cambiarán, tú siempre seguirás siendo muy tozuda y yo siempre acabaré cediendo – me dijo al oído para luego asomarse una leve sonrisa por sus labios.
Viéndolo así, me confortó y me hizo ver lo equivocada que estaba con respecto a su actitud, me había demostrado que él también había cambiado, su comportamiento hacia mi era de comprensión, apoyo y confianza. Me quedaría allí, en esa pequeña habitación abrazada a “mi compañero” durante toda la vida, pero debía salir y enfrentarme a la dura y cruel realidad.
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