Salimos de casa de Erik con la incertidumbre y el miedo sembrado en nuestro cuerpo. Yo intentaba ser optimista, tal y como Booth me había enseñado, pero con la situación que se nos planteaba, no podía más que ser realista: las posibilidades de encontrar a Pet y sus “compañeros” eran de una entre cien.
Booth, por el contrario, parecía haber hallado un modo de creer que lograríamos dar con los delincuentes. No sé como lo hace, pero siempre consigue ver el lado positivo de las cosas, supongo que su fe en Dios le ayuda a ser optimista, algo que para mí es muy difícil, aunque gracias a mi año en la isla he aprendido a confiar en las situaciones que se nos plantea en la vida, pero aún me queda mucho por aprender.
Br- Booth, no quiero dejar a Erik solo, esperaremos a que llegue la policía local- le dije acercándome a él para que Erik no nos oyese y se asustase.
B- Claro huesos, como tú quieras, no haremos anda que tú no desees.
Esperamos unos diez minutos hasta que vino la policía de la isla. No me sentía segura dejándolo sin nosotros, pero debía encontrar a Pet y a los suyos, así que no me quedaba otra que confiar en el buen hacer de las fuerzas de seguridad.
Nos alejamos de la casa y tomamos otro taxi que nos traslado hasta el aeropuerto. No podíamos perder el tiempo en esperar al FBI, así que nos encargamos de hacer el trabajo nosotros.
Br- ¿Cómo averiguamos donde se alojan?- le pregunté inquieta.
B- Eso déjamelo a mí, ese es mi trabajo- me dijo pasándome el brazo por los hombros como hacía siempre que quería relajarme y hacerme sentir mejor, algo que consiguió durante los segundos que me parecieron los más largos de mi vida, pues a su lado era como si el mundo se detuviese y solo existiese él y yo, el tiempo nunca pasaba.
Br- Déjame una pistola Booth, sabes que no te dispararé.
B- Más te vale huesos. Ten cuidado con ella, y no la uses mientras que no sea necesario, déjame disparar a mi.
Junto a él, me dirigí al aeropuerto, donde localizamos a los guardias de seguridad, con quienes Booth habló.
B- Somos del FBI. Estamos buscando a cuatro jóvenes sospechosos de cometer innumerables robos y traficar con drogas- le dijo a los guardias mientras les enseñaba la foto de los delincuentes- ¿saben ustedes si han estado por aquí?
G. S.- Estuvieron aquí alrededor de la una del mediodía de hoy. Parecían asustados, sobre todo uno de ellos, que se retraía un poco del grupo. Permanecieron en el aeropuerto tratando de comprar cuatro billetes para mañana.
G. S.- Parecían tener mucha prisa y en cuanto compraron los billetes se alejaron en dirección a aquel hotel- nos dijo otro de los guardias señalando un lujoso hotel que se encontraba a escasos metros del aeropuerto.
B- Muchas gracias señores- les dijo mientras desviaba su mirada hacia mí y en un susurro me dijo- Date prisa, nos vamos ahora mismo- y dicho esto volvió a mirar a los guardias- Nos vamos, tenemos que dar con ellos. Si los ven por aquí, escóndanse, y protejan a todas las personas que se encuentran en el aeropuerto. No duden en llamarnos si ocurre cualquier incidente.
G. S.- Así lo haremos agente, gracias por avisarnos del peligro.
Salimos del aeropuerto y nos adentramos en él gran tumulto de personas. Era un día muy caluroso, parecía que volvía de nuevo el verano, pese a quedar escasos días para que comience el invierno, y ese clima hacía que me encontrase decaída y de muy mal humor, no soportaba las altas temperaturas que allí se alcanzaban. No me encontraba con ánimos para ir en busca de los delincuentes, sentía que en cualquier momento podía cometer algún fallo que nos pusiese a Booth y a mí en peligro. Booth pareció darse cuenta de mi estado, y por eso quiso saber como estaba, aunque yo no estaba dispuesta a decirle la verdad, pues si lo hacía, él no permitiría que continuase y no podía dejarle solo en estos momentos.
B- ¿Estás Bien huesos? Esto te está afectando demasiado, quizás sería bueno que permanecieras al margen de este caso, ya que estás implicada directamente- me dijo con una mirada que mezclaba tristeza por la situación y cariño y apoyo hacia mí, lo cual me dejo confusa, pues no quería verlo así.
Br- No te preocupes Booth, estoy bien. No te voy a negar que la situación me afecte, pero no quiero dejar el caso, pienso llegar al final de todo esto. Quiero ir a ese hotel y pillarlos cuanto antes.
B- Está bien, pero prométeme que si te encuentras mal en algún momento, me lo dirás.
Br- Claro, sabes que nunca te oculto nada- le dije mientras me culpaba a mi misma por tenerle que volver a ocultar la verdad.
B- Pues entonces vamos a inspeccionar ese hotel. Debemos encontrarlos antes de que sepan que vamos tras ellos, y encontrar pruebas que lo puedan incriminar con las amenazas y con Thomas, pues con lo que tenemos hasta ahora solo podemos detenerlos durante 24 horas.
Llegamos al hotel en unos escasos veinte minutos, durante los cuales intenté parecer lo menos agotada posible.
El hotel era muy lujoso, con banderas de la ciudad ondeando y enormes ventanas de cristal ahumado que recorría toda la fachada del edificio. En el hall del hotel, los guardias controlaban la zona. Nos miraron con cierto recelo, parecía como si estuvieran estudiando nuestros comportamientos y nuestras intenciones.
Fuimos hacia recepción, y allí una señora nos atendió:
B- Somos del FBI y estamos buscando a cuatro jóvenes. ¿Sabes si se hospedan aquí?- le dijo mientras le mostraba una foto de cada uno de ellos.
R- Recuerdo haberlos vistos por aquí anoche, creo que sí que se hospedan aquí, pero déjeme consultarlo con mi jefe. Enseguida vuelvo- dijo para salir corriendo por una de las puertas que daba a los despachos de los empleados.
Booth se acercó a mí y permaneció a mi lado, parecía asustado e intentaba protegerme. Creo que sabían que estaban allí, y quería parecer sereno, pero no lo conseguía, estaba inquieto y preocupado por mí, por lo que pudiesen hacerme si se daban cuenta de que otras personas conocían la verdad.
Br- Booth, no te preocupes, no creo que se atrevan a hacerme nada estando tú a mi lado- le dije para tranquilizarlo.
La recepcionista entró de nuevo y se acercó al mostrador para hablar con Booth.
R- Se hospedan en la habitación 107 y 109, tomaron una habitación para dos que es más económico.
Booth y yo nos miramos, pues no necesitaban escatimar en gastos.
Br- Supongo que no querían despertar demasiadas miradas- le dije acercándome a Booth para que solo pudiera oírme él.
B- ¿Se encuentran ahora en sus habitaciones?
R- Solo tres de ellos agentes.
Br- Bien, vamos entonces- le dije yo encaminándome a las escaleras, pero Booth me cogió del brazo impidiéndome que pudiese caminar.
B- Huesos, no hagas una locura, pueden haber preparado una trampa, además, falta uno de ellos, no hagas locuras, debemos avisar al FBI antes de entrar- dijo poniéndose en contacto con ellos- Por favor, saque a todo el mundo de aquí, desaloje el hotel, protéjanse y tengan mucho cuidado- le dijo a la señora de la recepción- se volvió a girar hacia mí- Vamos Huesos, ahora sí.
Br- Debemos darnos prisa. Subamos por las escaleras.
De este modo nos adentramos en lo que podía ser el último lugar que viéramos en nuestra vida.
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