La habitación 107 estaba al final del pasillo de la primera planta, justo enfrente de la 109. Procuramos no hacer mucho ruido para no alertarlos.
Al llegar a la habitación 107 nos quedamos parados, no teníamos ningún plan y no sabíamos como seguir.
B- Quédate a mi lado, no te separes de mí, debemos permanecer juntos.
Para no descubrirnos ante los que estaban en la habitación de enfrente, Booth decidió abrir la puerta con una tarjeta de crédito, algo inusual en él porque siempre solía tirara la puerta abajo, pero en este caso debíamos ser precavidos.
La estancia permanecía en silencio, en la habitación parecía no haber nadie. Entramos en ella con la pistola en la mano y nos encargamos de examinar todas las estancias del 107. Viendo que no había nadie, y que parecía que nunca lo hubiese habido ya que estaba todo en perfecto orden, nos comenzamos a preocupar.
Br- Vamos a la 109, Booth. Quizás estén allí- le dije adelantándome.
B- Espera Brennan, voy primero, no debes hacer locuras.
Br- Por favor Booth, deja de tratarme como una niña, se cuidar de mi misma- le dije, pues me estaba agobiando demasiado.
B- Lo siento huesos, no quería asfixiarte, pero no quiero que te ocurra nada.
Br- Estaré bien, pero déjame hacer mi parte del trabajo por favor.
B- Lo intentaré- me dijo evitando que lo mirase, aunque pude notar su angustia.
Caminamos hacia la habitación 1090 y justo al acercarnos escuchamos ruido.
Br- Están aquí Booth, debemos actuar con el mayor sigilo y prudencia posible.
B- Lo sé huesos, vamos a entrar.
Con calma, Booth forcejeó hasta que consiguió abrir la puerta con la tarjeta.
Nada más entrar nos vimos acorralados por Pet y sus compinches, nos estaban esperando.
P- Habéis tardado en subir. Os vimos llegar desde las ventanas, sabíamos que vendrías por nosotros.
B- Pet, porque supongo que tú serás Pet- le dijo intentando conversar con él para distraerlo.
P- Así es, agente- dijo esta última palabra con desdén, con mucho desprecio, intentando provocarlo.
B- No te conviene jugar con nosotros, es mejor que…
No pudo seguir hablando pues vió como yo me iba acercando a una mesa donde tenía diversos papeles y mapas, y entonces me vi acorralada por Sam y Morgan.
P- Chicos, aguantarla, no dejar que se escape.
B- No te atrevas a hacerle daño o te la verás conmigo Pet- le dijo muy enfadado acercándose a él hasta que sus rostros solo eran separados por un centímetro escaso.
Br- Booth, por favor, mantente calmado y no hagas nada de lo que te puedas arrepentir- dije acordándome del calvario que vivió tras la muerte de Howard Eps.
P- Chicos, ya es hora de que nos vayamos. Coged a la doctora y que no se os escape.
M- Claro jefe- dijo haciéndole alabanzas.
P- Agente, deje la pistola en el suelo y dale con el pie para mandarla hacia mi. Por su bien y por el de su compañera, no intente ningún truco.
Booth hizo lo que le pedía, no sin antes pensárselo bastante. Una vez que Pet se hizo con ella, una sonrisa malévola se dibujo en su rostro como imagen de la victoria.
P- Vamos Booth- dijo apuntándole con la pistola- salga de la habitación y diríjase al hall del hotel.
Mientras habría paso al resto siendo apuntado por la pistola que Pet sostenía sin ningún temor, yo me veía obligada a seguir caminando con un gran dolor que me producían la rigidez y dureza con la que las manos de Morgan y Sam se aferraban a mi para no dejarme ir.
Durante el trayecto por las escaleras hasta el hall del hotel se me ocurrió un plan que pondría en práctica en cuanto bajáramos.
P- Debiste no meterlo en esto doctora, ya la avisamos- dijo Pet en cuanto bajamos, alejándose de Booth, no sin dejar de apuntarle, para acercarse a mí.
B- ¿De qué tienes miedo Pet? ¿Qué te preocupa para no querer que nos dijese nada?
Pet comenzó a ponerse nervioso, no controlaba la situación, y eso no le gustaba.
P- No vas a conseguir lo que quieres- le dijo creyéndose que el mundo estaba de su parte.
B- ¿Y que es lo que quiero según tú?
P- Quieres que te diga que cometimos aquellos crímenes de los que se nos acusa, que con la fama y el dinero de ellos conocimos a Thom, que fue quien nos ayudó y que, tras su muerte, hemos querido vengarnos de la doctora por ser ella la causante de que él esté muerto.
B- ¿Es eso una confesión, Pet?
P- No, claro que no, jamás oirás una confesión de mi boca.
En ese momento, Pet se encontraba lo suficientemente lejos de mí como para poder actuar. Dejé caer un llavero que llevaba en mi bolsillo, y le pedí a Sam y a Morgan que me lo recogieran, pues yo no podía. Estos, para evitar problemas con Pet, hicieron lo que les dije. Yo aproveché que sus manos me aguantaban con más flacidez para liberarme de ellos. Ambos, enfadados por haberles tomado el pelo y haberme soltado, vinieron hacia mí. Pet, que los oyó, se dio la vuelta para ver que ocurría, momento que Booth aprovechó para arrebatarle la pistola.
Comenzamos así una lucha a dos bandas, yo contra Morgan y Sam, y Booth contra Pet. Yo empleé toda mi técnica aprendida en artes marciales para defenderme, mientras Pet intentaba acabar con Booth, algo que le resultaba muy difícil pues Booth era muy buen combatiente. Tras una larga disputa, varios moratones por todo el cuerpo y un gran dolor, logré reducirlos. Los até con la cortina del hall a uno de los sillones, y fui a ayudar a Booth, que seguía peleando con Pet. Yo saqué mi arma por si era necesaria, pero Pet se giró demasiado rápido quitándomela sin llegar a darme cuenta, quedándome desarmada ante él.
P- O me dejas marchar o le disparo, tú verás que es más importante para ti, si tu querida compañera o un pobre joven- le dijo a Booth mientras me apuntaba con la pistola.
B- No me hagas elegir, no estás en condiciones de hacerlo.
P- Tú crees. ¿No querrás ponerme a prueba verdad?
En ese momento pude ver un brillo de rabia en su cara. Segundos más tarde, un gran estruendo salió de la pistola de Booth hacia donde estábamos Pet y yo. Por instinto, me agaché, provocando que la bala fuese a impactar contra Pet, quien había estado mirando a mi mientras hablaba con él y no le había dado tiempo a girarse para ver la bala que iba hacia él.
La bala penetró en la pierna, y por el impacto podría decir que rompió el peroné y se quedó en la tibia.
Booth corrió hacia mí para comprobar que no me habían lastimado, y cuando vió que no me sucedía nada me dio el abrazo más real de todos los que había recibido durante los cinco años que llevaba con él.
B- Bien Pet, cuéntanos ahora la verdad, antes de que llegue el FBI y se complique la situación- le dijo mientras permanecía a mi lado.
S- Pet, cuéntaselo, por favor.
En ese momento entró Murphy al hall. Se quedó parado ante la situación tan complicada en la que se encontraban sus compañeros.
Mu- No se preocupe agente, no me voy a oponer- le dijo a Booth viendo que este se dirigía a él con la pistola en la mano- Yo le contaré todo.
Por su tono de voz y su miedo comprendí que Murphy debió de ser quien Erik nos dijo que parecía el sumiso del grupo, aunque con este caso, por miedo a ser condenado, también, por desacato a la autoridad, decidió contarnos lo ocurrido.
Mu- Después de saber que Thom había muerto, subimos que había sido por su culpa doctora, ya sea de manera directa o indirecta, pues si no hubiese aceptado ese trabajo, él nunca hubiese ido tras usted. Por eso decidimos continuar con el plan de Thom, intentando eliminarla del caso, pero para ellos debíamos asegurarnos de que estaría tan asustada con nuestras amenazas que no se le ocurriría contarles nada a nadie, siendo más fácil para nosotros acabar con usted.
Br- ¿Estás tratando de decir que el plan de Thom era acabar conmigo?
P- Así es, doctorcita. No quería saber la verdad, pues ya la sabe, se enamoró de su peor pesadilla- dijo entre quejidos de dolor.
En ese momento entró todo el equipo del FBI, interrumpiendo la conversación. Se llevaron a los cuatro delincuentes detenidos, y Booth y yo nos quedamos a solas.
B- ¿Estás bien huesos? Lo que ha contado Murphy es muy duro, supongo que no te ha sido fácil oírle decir semejantes cosas.
Br- Después de lo que me contaron los chicos de Thomas, me esperaba cualquier cosa por su parte, pero esto ha sido llegar demasiado lejos- le dije aterrada.
Booth se acercó a mí y me abrazó, mientras pequeñas lágrimas invadían mi rostro. Con sumo cuidado me las secó y me besó en la frente.
B- No te preocupes, yo estaré aquí siempre. Jamás dejaré que te ocurra nada.
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