Richard y Kate estudiaban toda la información que la comisaría había conseguido recopilar sobre el asesinato de Helen. Richard observaba a Kate sentado en la silla que los detectives le habían dado junto al escritorio que le habían facilitado a ella. Parecía distraído contemplándola, observando como jugaba con un mechón de su pelo. Lo suyo no es el papeleo, es algo que odia de su trabajo, no podía creer que fuese a seguir con ello en aquella comisaría. Él no estaba hecho para eso además, no podía apartar la mirada de ella mientras veía como seguía enfrascada entre informes.
- Señor Rodgers, le recuerdo que nos pidió colaborar con nosotros y quiero creer que era para ayudarnos a resolver el asesinato de Helen – le dice el detective Esposito viendo como no ha hecho nada desde que llegó.
- Estaba pensando en el caso – dijo intentando salir del paso.
- ¿Se te ha ocurrido alguna idea, Richard? - le preguntó Kate con cierta curiosidad
- La nota que recibimos esta mañana – le dijo mientras se levantaba de la silla y comenzaba a caminar por la comisaría – Si la analizamos, estoy seguro que no nos llevará a Tom.
- ¿Cómo lo sabe? - le preguntó un incrédulo Ryan.
- Sería demasiado arriesgado por su parte dejarnos una nota puesto que nos llevaría directamente a él.
- Pero en esa nota dice que no es quien pensamos – dijo Kate – Eso quiere decir que aunque nos llevase hasta Tom, puede que no fuese él
El fragmento de papel había hecho que Kate empezase a cuestionarse la implicación de Tom en el caso de su amiga.
- Aun así, aunque no fuese él, estaría implicado como cómplice puesto que conocería al asesino.
- Le llevaremos la nota a Lanie – al ver la cara de desconcierto de Richard, se apresuró en aclarar – Es nuestra forense, una de las mejores en su campo. Ella nos dirá si hay alguna muestra o huella en la nota que nos pueda llevar hasta la persona que lo escribió.
- Ustedes, mientras, sigan revisando informes – les dijo Ryan contento de que por una vez no le tocase a él ese trabajo.
Tras cerrarse las puertas del ascensor y quedarse ellos dos solos, Richard volvió a sentarse.
- ¿Realmente piensas que no fue Tom?
- Yo no me dedico a esto, Kate, pero tengo mis teorías.
- Si algo he aprendido gracias al trabajo de mis padres es que las teorías no nos llevan a ninguna parte, Rick – un suspiro salió de sus labios. Empezaba a sentirse frustrada.
- Pues vamos a tener que conformarnos con las teorías, porque de momento no tenemos pruebas – tras una breve pausa en las que los dos se mantuvieron la mirada, como si uno desafiara las ideas del otro, Richard continuó – Por lo que me has contado y tus sospechas, Tom os conocía bastante bien tanto a Helen como a ti, sabía que ella era más manipulable que tú y, según me has dicho, por eso crees que se fijó en ella. Si eso es cierto, Tom sabría que si dejaba una nota en la puerta de tu casa, todos los ojos se centrarían en él. No lo creo tan estúpido como para hacer algo así.
- Pero si no fue él... – le dijo Kate que comenzaba a verle sentido a la teoría de su amigo - ¿Quién fue? No recuerdo que Helen me hablara de nadie más que no de fuese Tom. ¡Si ni siquiera sabía el nombre de sus padres!
¿Quién? ¿Helen? Eso es imposible. Ella sería incapaz de mentir. No tenía muchas amigas y me convertí en su paño de lágrimas. No creo que me ocultase nada, solía contármelo todo, cada acontecimiento nuevo, cada día en su trabajo en ese centro de estética,...
¿Quién? ¿Helen? Eso es imposible. Ella sería incapaz de mentir. No tenía muchas amigas y me convertí en su paño de lágrimas. No creo que me ocultase nada, solía contármelo todo, cada acontecimiento nuevo, cada día en su trabajo en ese centro de estética,...
- No Richard, yo no ocupaba todo su tiempo. Helen era maquilladora profesional y muy buena. Un día que pasaba por Lexington Avenue la vi trabajando. Yo la conocía de haberla saludado un par de veces después de encontrármela al llegar a casa. Cuando observé como trabajaba, le pedí que me maquillase para los actos oficiales, hasta que, con el tiempo, se acostumbró a lo que yo quería y yo me acostumbre a ella, así que se convirtió en mi maquilladora.
- ¿Recuerdas que te hablara de alguien en especial de aquel trabajo?
- No. Helen solía decir que el trabajo se queda en el trabajo, y eso incluía a sus compañeros. Jamás me habló de alguno de ellos y yo no la presionaba. Dejaba que me contase lo que quisiese, solo así se mostraba más abierta, más comunicativa.
Richard se pasó las manos por el pelo, desesperado. Todo este caso empezaba a resultarle una gran pesadilla que parecía no tener final. Creía que poniéndolo en manos de la comisaría todo iría más rápido, pero se estaba empezando a dar cuenta que allí estaban más perdidos de lo que lo estaban ellos dos. Ya no sabía hacia donde seguir, necesitaba un descanso.
- ¿Te apetece un café? - le preguntó a Kate mientras se levantaba.
- No me vendría mal. Te espero en aquella sala – le dijo señalándole una habitación, alejada de todos los escritorios, que parecía tranquila – Yo también necesito un descanso y no creo que a los detectives les importe que nos tomemos un café mientras ellos siguen hablando con la forense.
Richard se dirigió hacia la máquina y espero a que los cafés estuviesen hechos. Sabía que estarían horribles, pero mejor era eso que nada.
- Toma – Kate cogió el café rozando suavemente su mano con la de Richard, lo que a él le produjo una descarga de emociones que en ese momento le venía grande.
- Gracias, Rick – le dijo antes de probarlo.
Intento poner buena cara cuando sus labios rozaron aquel café,pero a él no le engañaba.
- No está mal.
- Si estuviera peor estaríamos en el hospital con un gran dolor de estómago. Esto está asqueroso, Kate.
- Tienes razón, no hay quien se lo beba – dijo riéndose, contagiándole la risa a él.
Richard sonrió viendo a su amiga relajarse. Desde la muerte de Helen, Kate parecía no bajar la guardia en ningún momento, y esos escasos segundos en los que lo hacía, para él era lo mejor del mundo.
- Es muy divertido el caso, ¿verdad? Les dejamos solos unos minutos y se ponen a charlar y a tomar café. ¿Para esto nos hicieron perder el tiempo? - les recriminó Esposito. Su enfado era tal que parecía echar humo.
- Perdone, solo intentábamos ver con claridad. Tantos informes es abrumador y nosotros no estamos acostumbrados a esto, no somos detectives – se apresuró a decir Richard.
- Eso lo hubiesen pensado antes de pedirnos colaborar. A no ser que quieran irse a sus casas... - les dijo Ryan con la clara intensión de deshacerse de ellos, se le estaba agotando la paciencia.
- No sé preocupe que no volverá a ocurrir – le respondió Kate antes de lanzarle una fulminante mirada a Richard – Nos podremos a trabajar de inmediato.
- Eso espero... - dijo en un suspiro el detective Esposito.
Durante algo más de tres horas los cuatro siguieron estudiando informes y documentos sin hallar nada esclarecedor. El sonido del teléfono de Esposito les hizo dejar lo que estaban haciendo.
- Es Lanie – dijo dirigiéndose a su compañero una vez hubo terminado la llamada – Quiere vernos, y esta vez iremos todos – se giró dirigiendo su mirada a Kate y Richard, quien le devolvió la mirada encogiéndose de hombros.
Cuando bajaron a la morgue, Richard se sobrecogió por ese olor a productos químicos que él sabía que debía ser para conservar las muestras y que no se deteriorasen. El aire estaba muy cargado y eso le fatigaba.
- ¿Estás bien? - le preguntó Kate viendo su pálida cara.
- Si. Es este olor, me da escalofríos.
- ¿Y tú eres el doctor? Creo que lo tuyo era escribir pero te equivocaste de vocación – dijo burlándose de él.
- Si, tu ríete lo que quieras, "Kate la que no le da miedo nada y es capaz de todo" - dijo haciendo con las manos las comillas en el aire.
Lanie los esperaba impaciente con el cuerpo de Helen en la camilla ocupando el centro de la habitación junto con multitud de instrumentos quirúrgicos como bisturís, pinzas, cuchillos de disección, tijeras,...
Al verlos entrar dejó lo que estaba haciendo y se fijó en la joven que había visto en la escena del crimen y ese perrito faldero que iba tras ella. "No está nada mal" pensó escapandosele una sonrisita.
- ¿Qué has averiguado Lanie? - le apremió Esposito.
- ¿No nos presentas? Que maleducado puedes llegar a ser a veces, Javi. Soy la medico forense Lanie Parish – les dijo con una sonrisa.
A Kate esa mujer le transmitía seguridad. No recordaba haberla visto antes, aunque tal y como estaba cuando encontró a Helen, no le extrañaba que hubiese estado allí y no la hubiese visto.
Esa sonrisa y su divertida expresión hizo que inmediatamente tuviese una buena impresión de la forense. "Puede que incluso, en otras circunstancias, hubiésemos llegado a ser buenas amigas" pensó.
Esa sonrisa y su divertida expresión hizo que inmediatamente tuviese una buena impresión de la forense. "Puede que incluso, en otras circunstancias, hubiésemos llegado a ser buenas amigas" pensó.
- Kate Beckett. Era amiga de Helen.
- Lo siento – dijo inmediatamente borrando la sonrisa de su cara.
- Y yo soy Richard Alexander Rodgers, aunque puedes llamarme Richard. Tengo un nombre demasiado largo, mi madre creía que era de la realeza, pero se ve que se equivoco – dijo provocando la risa de todos, relajando un poco el frío ambiente que se había creado minutos antes.
- Ya que os habéis presentado, ¿podemos seguir trabajando?
- Que cascarrabias estas hoy, Javi – sin esperar a que la interrumpiese, se reclinó sobre el cuerpo de la víctima haciendo que todos centraran su atención en ella lo que a Kate le produjo un gran escalofrío. Richard, que permanecía atento a ella en todo momento, la rodeo con su brazo lo que no pasó desapercibido para Lanie – Cuando encontramos su cuerpo, debido a la fuerte hemorragia interna que había sufrido en el cráneo y la cantidad de sangre que perdió, pensé que quien la asesino pudo haberlo hecho sin la intención de matarla, que hubiese sido un accidente y por temor, hubiese huido. Sin embargo, he analizado el cuerpo de la víctima y no fue un accidente. Hay pequeñas muestras de forcejeo en su cuerpo que el asesino trato de ocultar con maquillaje – dijo señalando marcas en las muñecas y los tobillos – Además, hay pruebas de que la víctima mantuvo relaciones sexuales poco antes de su muerte.
- ¿Quieres decir que...? - preguntó Kate incapaz de formularlo en voz alta.
- Si, Helen Maughman fue violada y luego asesinada – completó Lanie.
Kate se volvió y se quedó frente a Richard quien la envolvió con sus brazos mientras ella se deshacía en lágrimas. Su cuerpo temblaba siendo incapaz de controlarlo mientras recibía las suaves y dulces caricias de su amigo. Richard sentía que un puñal se le clavaba en el pecho viendo a Kate así. Rara vez se deshacía de esa dura coraza que la envolvía y se mostraba vulnerable como lo estaba haciendo ahora, y él no sabía que hacer cuando la veía así, no estaba acostumbrado.
Cuando todas las lágrimas contenidas salieron de sus ojos, se sintió con fuerzas para retirarse del pecho de Richard y mirarle fijamente a los ojos en muestra de su agradecimiento.
Se giró, aun rodeada por la cintura por los brazos del doctor y se dirigió a Lanie.
- Perdona, pero esto no es fácil para mí.
- Lo estás llevando mucho mejor de lo que esperaba cuando he sabido que eras su amiga. No tienes nada por lo que disculparte – le dijo con una media sonrisa, la cual le contagió, algo que agradeció profundamente.
- ¿Sabes algo más? - le preguntó Kate.
"Ya vuelve la dura Kate. Esa mujer es increíble" pensó Richard mientras afianzaba aun más sus brazos alrededor de ella.
- He analizado la nota que encontraste en la puerta de tu casa – dijo dirigiéndose a otra mesa donde tenía la nota bajo una gran lupa – He comprobado las huellas que hay en ella con la que le tomamos a Tom y no coinciden.
- Lo sabía – dijo para sí mismo Richard.
- La he cotejado con la base de datos pero no aparece. El responsable de esta nota no tiene ningún antecedente así que de momento no he podido dar con él.
- Gracias Lanie – le dijo Ryan – Avísanos cuando tengas algo nuevo – todos se dirigieron a la puerta para volver a lo que minutos antes estaban haciendo.
- Kate, puedes quedarte un momento – le dijo antes de que se marchara.
Kate intercambió una mirada con Richard y este asintió – No hace falta que te quedes, Richard. Solo serán unos minutos.
Después de unos segundos en los que ambos parecían comunicarse con los ojos, Richard se fue junto con los detectives, dejando a Kate con Lanie.
- No te preocupes, no es sobre Helen.
- ¿Sobre qué es entonces? - Kate no entendía que querría una desconocida de ella.
- ¿Estáis saliendo? - ante la mirada de sorpresa de Kate, se apresuró en aclarar – Richard y tú.
- ¡No! ¿Por qué has pensado eso?
- Por vuestra complicidad, vuestras miradas, saltaban chispas entre vosotros. Además, está esa forma que tiene Richard de cuidarte, es como si te adorara. Le gustas, Kate.
- ¿Cómo lo sabes? Además, ¿que te importa si le gusto o no?
- Ey chica, no te pongas así que yo solo pretendía ayudarte. El chico no está nada mal y pensaba que estaría libre, pero cuando os vi a los dos, supe que estaba pillado.
- Yo... solo somos amigos.
- Yo te digo que le gustas, y mucho. Haz la prueba, verás como no me equivoco.
- ¿A qué te refieres?
- Sé que a ti también te gusta, es evidente con la cara que se te pone cuando lo miras, te brillan los ojos. Dile lo que sientes y ya me contarás.
Lanie le guiñó un ojo antes de volver a su trabajo, dejando a Kate completamente descolocada.
"¿Será verdad lo que Lanie dice?" se preguntaba mientras caminaba hacia el ascensor de camino a su escritorio. "Sentirá Rick algo más por mí que no sea una simple amistad?" Ella no se veía capaz de expresar lo que sentía, pero Lanie le había hecho dudar de los sentimientos de él hacia ella y ahora no podía quedarse con las dudas.
No sabía cuanto tiempo hacía que sus sentimientos hacia él habían cambiado, pero ya no lo veía como un simple amigo y necesitaba conocer sus sentimientos. Hallaría el modo de averiguarlo, pero ahora debía volver al trabajo.