lunes, 6 de mayo de 2013

BRAIN HEART: Capítulo 5


Antes de las 10, Richard tocó la puerta principal de la casa de su amiga. Kate estaba preparada desde hacía ya un rato, pero al ver desde la ventana al doctor llegar se sintió insegura y corrió hacia el espejo antes de abrir.

- Kate: Llegas pronto - dijo sonriendo.

Richard, que estaba claramente nervioso, sólo contesto con un escueto "Vamos" acompañándose de un rápido movimiento con la mano.
Kate comprendió que sería mejor hacer el viaje en silencio. Ambos subieron al coche. Antes de arrancar, los dos se quedaron mirando al frente. La urbanización estaba tranquila; ellos estaban tranquilos, al menos, de momento. Kate cogió aire como si fuese a sumergirse a bucear.

- Kate: Arranca

Al cabo de un rato Kate empezó a inquietarse. Richard no se dio cuenta de ello hasta varias manzanas más.

- Richard: Kate, ¿qué te pasa?

- Kate: Creo que nos están siguiendo.

- Richard: ¿Cómo?

- Kate: Nos siguen. Para el coche.

- Richard: ¿Dónde? Aquí no se puede.

- Kate: ¡Qué pares te digo!

Richard detuvo el coche de mala gana haciendo caso a Kate. Recibieron varios insultos y pitidos por parte de otros conductores.

-Kate: ¡Mira! Son ellos... – de pronto pasó alguien que le sonó familiar, hasta que se dio cuenta de quién era- Pero si es...

- Richard: ¿Quién?

- Kate: Tom, el novio de Helen.

- Richard: ¿Estás segura?

- Kate: Al 100% ¡Arranca! Síguelos.

Cuando Kate se ponía imperativa no había otra salida salvo obedecer.

- Kate: Los perseguidores perseguidos- dijo sarcásticamente mientras esbozaba una media sonrisa.

El chófer de Tom aceleró la marcha de su BMV al notar que ahora eran ellos los perseguidos.

- Tom: Creo que me ha visto la cara ¡Maldita sea!

- Chófer: ¿Qué quiere que haga, señor?

- Tom: Mantén el ritmo, pero no aceleres demasiado; no quiero perderlos.
Ya sé cómo volver a tomar el control en esta situación.

Tom cogió el teléfono he hizo una llamada.

- Kate: Esta es la oportunidad que estábamos esperando. Debemos conseguir alguna prueba a toda costa de que la pobre de Helen no se suicidó.

De repente escucharon la sirena de la policía; varios coches patrulla se dirigían hacia ellos. No tenían otra opción.

- Richard: Mira Kate, a ellos también los detienen.

Un agente se dirigió a su coche. Golpeó la ventanilla y Richard la bajó.

- Agente: Identificación - dijo secamente. Ambos buscaron sus documentos y se los entregaron al agente - Manténganse en el vehículo a la espera.

Todo era bastante normal hasta que uno de los agentes, después de hablar durante un rato con Tom, se metió en el coche de este y se fue con ellos.

- Kate- ¿Has visto?

- Richard: Si, creo que nos hemos metido en un buen lío.

- Kate: Tranquilo, seguro que nos han parado por exceso de velocidad. Tom obviamente se ha librado de la multa. ¡Maldita corrupción! Pero no creo que les haya contado que les seguíamos. Eso les comprometería demasiado, tendrían que explicar demasiadas cosas, y eso haría que se les escapara el control de la situación.

Después de esto todavía les hicieron permanecer una media hora más dentro del coche hasta que llegó otro vehículo del que salieron un par de hombres con corbatas.

- Richard: Kate, tus argumentos acaban de caer por si solos.

- Kate:¡Madre mía! ¡El FBI!


*******************


Sentía bastante calor. Era un lugar cerrado y sus paredes parecían gruesas. El lugar no era muy grande, pero la decoración era tan mínima, que había suficiente espacio como para no sentirse claustrofóbica. Mecía un poco la silla por el aburrimiento. Hace más de una hora y media que tenía ambas manos sobre la mesa, cruzando los dedos de la izquierda con los de la derecha. Un espejo a su derecha le hacía pensar que estaba siendo observada. No podía ser tan tonta como para realmente creer que era un espejo, porque ¿qué hace un espejo en una sala de interrogaciones? Empezaba a considerar que se había arreglado muy poco para estar en ese lugar. Pensó que simplemente la llevarían a una oficina, delante de un gran escritorio, con un policía gordo de mirada intimidante, que le sacaría información sin la necesidad de pensarlo mucho. Pero no, de nuevo estaba aquel chico moreno que identificó como forense pero que sin duda no lo era, debía ser un detective, como también debía serlo aquel otro hombre de ojos azules y piel clara que había junto a él

- ¿Señorita Kate Beckett?

Vestido en traje negro abrió la puerta y la cerró tras de sí. Kate levantó la mirada. Para él era suficiente que ella reaccionara ante su nombre.

- Así que usted fue amiga de la señorita Helen Maugham, ¿por eso está aquí?

- Kate: Pensé que usted iba a decirme por qué estoy aquí, inspector…

- Javier Espósito,y este es mi compañero Kevin Ryan – dijo señalándole al otro inspector que estaba con él.

- Kate: Conozco bien a Helen, soy su amiga más cercana… Pero pensé que esa no era la razón de nuestra detención hace casi dos horas aquí - dijo reclamando.

- Ryan: No es momento para comportarse altaneramente – se sobresaltó al escuchar su voz, había permanecido en silencio y ahora parecía alterado.

- Kate: ¿Altanera? - preguntó enfadada ante el rumbo que había tomado la conversación.

- Esposito: Señorita Beckett.

- Kate: Sólo Kate.

- Espósito: Kate… fue usted quien encontró a la señorita Maughman muerta en su habitación. Ella vivía sola, no conocemos ningún pariente suyo… La única con la que parecía tener conexión es usted.

- Kate: No sé sobre la familia de Helen. Nombró alguna vez a su madre. No tenía problemas con nadie, eso es al menos lo que yo sabía… pero sigo preguntándome la razón de mi detención y… - fue interrumpida.

- Ryan: Según el registro de llamadas de su teléfono, las llamadas que hacía, en su gran mayoría, eran a su apartamento. La última se hizo la misma noche de su muerte, y habló 20 minutos con usted.

- Kate: Bueno, es lógico. Íbamos a vernos el día siguiente… ¿Dónde está Richard?

- Ryan: Creo que no me está entendiendo, Kate. Estoy tratando de insinuarle que la única persona relacionada con Helen, tanto en vida como una vez fallecida, es usted ¿Sabe qué le estoy diciendo?

- Kate: Ya le he explicado lo que ha pasado esta mañana. Nos seguían, así que nos detuvimos y … oiga, ¿por qué no contesta a mis preguntas? No han investigado a Tom, ¿verdad? ¿Han considerado algo de lo que les dicho?

- Esposito: No hemos encontrado el teléfono de la señorita Maugham, ni cartas, ni notas, ni nada especial. Nada que la relacione con él. La única conexión es usted.

Todo era tan confuso.

- Kate: Ya dije que estuve en mi apartamento toda la noche… Yo…

- Esposito: ¿Puede comprobarlo? ¿Algún testigo?

- Kate: ¡Les he dicho mil veces que no!

-Ryan: No tenemos una orden, ni las pistas suficientes como para comprobarlo aún. No podemos arrestarla. Pero no hay más sospechosos. Y hasta que termine la investigación…

- Kate: ¡Yo no maté a Helen! - gritó subiendo la mirada. Estaba furiosa- Pensé que eso había quedado claro cuando revisaron mi apartamento por completo.

Ellos se pusieron en pie y caminaron hacia la puerta. Aún dándole la espalda, el moreno se giró un poco.

-Espósito: No puede salir dela ciudad. En 5 minutos será escoltada a la salida.

"¿Yo era la salida fácil? O simplemente toda pista se había borrado de la faz de la tierra" se preguntó. Necesitaba descubrir qué era lo que había pasado.

Richard esperaba fuera. Estaba fumándose un cigarro. En cuanto vio a Kate salir por la puerta de la policía lo tiró y lo apagó rápidamente: Kate odiaba aquel vicio y, sobretodo, que su mejor amigo lo tuviese. Después se llevó un caramelo a la boca.
Kate, por su parte, iba hacia él muy cabreada: esto no iba a quedarse así ni mucho menos. ¿Es que la muerte de su mejor amiga iba a quedar impune?

- Kate: ¡Sube al coche! –gritó mientras cruzaba el paso de peatones, a varios metros de distancia.

- Richard: ¿Qué ha pasado? –preguntó con cierto recelo.

Kate llegó hasta él y, mirándole a los ojos le dijo seriamente:

- Kate: Esto es la guerra –le cogió las llaves del coche y se dirigió hacia el asiento del conductor rápidamente. Richard se quedó asombrado y la miró de reojo viendo cómo se acomodaba en el asiento, alumbrado por una farola.

- Richard: Esta es mi chica - susurro a la vez que asomaba una sonrisa en su cara.

- Kate: ¿Vienes o qué?– gritó asomando su cabeza por la ventanilla.

Richard fue corriendo a meterse en el coche. Ambos se pusieron el cinturón de seguridad.

- Richard: ¿Dónde vamos? Me tienes intrigado – dijo mirándola.

- Kate: A casa de Helen. Es hora de tomar cartas en el asunto – dijo muy segura de sí misma – La policía me tiene como principal sospechosa, así que… ¿vienes a jugar a polis y ladrones conmigo? – preguntó Kate, mirando a su amigo, muy sería.

Richard, al oír eso, le pareció una propuesta muy tentadora y difícil de rechazar, por lo que contestó con una sonrisa traviesa, correspondida con otra por parte de su amiga. Arrancó el coche y se fueron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario