lunes, 30 de julio de 2012

AND IF...? - Capítulo 1: La decisión


Nueva York parecía dormir, sí, solo lo parecía, puesto que aquella ciudad realmente nunca lo hacía, el bullicio se apoderaba de las calles y avenidas, dando solo una pequeña tregua antes de volver al incesante ruido y estrés en el que vive sumido Nueva York.

El calor se apoderaba de aquel elegante loft donde un hombre intentaba conciliar el sueño sin mucho éxito. Sus ojos azules miraban fijamente el techo de la habitación sin poder apartar la vista mientras que por su mente no paraban de sucederse diversas imágenes de todo lo sucedido ese día. No había sabido nada de Beckett desde que discutieron en su apartamento, no podía ver como se precipitaba hacia el abismo, si ella quería continuar arriesgando su vida él no iba a ser participe de ello, sabía que no soportaría ser testigo una vez más y aunque apartarse de ella fuera lo más doloroso que había hecho en mucho tiempo, sabía que debía hacerlo por el bien de los dos, si realmente sentía algo por él, no lo arriesgaría todo por vengar la muerte de su madre.

Se giró en la cama intentando buscar la postura más cómoda, mientras en su mente seguían dando vuelta imágenes de su discusión con ella, la única mujer que le había despertado sentimientos que creyó que nunca llegaría a sentir y por la que ahora no podía dejar de estar preocupado. Mientras que un nuevo pensamiento sobre su futuro inmediato se formaba en su mente, el sueño se fue apoderando de él.

A escasos kilómetros una sirena sonaba en el silencio neoyorkino.

Una mujer de entre 30 y 35 años se había precipitado desde la azotea del hotel The Rosslyn en la 12 oeste con la 5. La comisaría 12th había alertado a las comisarías cercanas sobre la situación de la joven lo que les permitió montar un dispositivo que amortiguó la caída, sin embargo su estado era grave. El impacto de la caída desde una altura de más de 15 metros la había dejado inconsciente y para cuando la ambulancia llegó la joven se encontraba tendida sin reaccionar a ningún estímulo.
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              - Se llama Katherine Beckett y es una de mis inspectoras de la Comisaría 12th – le informó Gates al doctor que se acercó hasta la joven para examinarla.

-           - Debido al fuerte impacto la detective se encuentra en estado de coma, es necesario que la traslademos inmediatamente al hospital para hacerle más pruebas y descartar cualquier otro problema derivado de la caída.

Nueva york comenzaba a despertarse y el sonido de la sirena se perdía entre el bullicio que volvía a resurgir como el ave fénix.


En el loft, Castle seguía sin poder dormir y sin duda Beckett tenía mucha culpa de ello, no podía quitársela de la cabeza así que decidió empezar con los preparativos para su futuro inmediato.
Se levantó de la cama en medio de la oscuridad con el solo reflejo de las luces de la ciudad que entraban por la ventana y se acercó hasta el armario para ponerse unos pantalones vaqueros dejando al descubierto su trabajado torso. Se dirigió hacia una de las maletas de viaje que tenía en su habitación y comenzó o prepararla, intentando mantener la mente ocupada y alejada de ella, solo así no le resultaría tan difícil abandonar la ciudad rumbo a Vancouver, donde su agente llevaba meses intentando que fuese para conceder diversas entrevistas que tenía pendiente con las cadenas de la ciudad.
Se pasó por el escritorio donde tenía el portátil y vio junto a él un recorté de periódico donde aparecía la foto de Kate. Con el chaleco antibalas puesto apresaba a un joven condenado posteriormente por asesinato como se podía leer en el pie de foto. Concentrada en su trabajo, su expresión parecía seria pero después de cuatro años a su lado Castle sabía que bajo esa fachada que expresaba, se encontraba la satisfacción de haber hecho justicia y de haber vengado la muerte de una persona. Se guardó la foto en el bolsillo del pantalón y siguió recogiendo todo aquello que le pudiese ser útil en Vancouver.
La agente esperaba su llamada desde varios meses atrás, así que cuando le comunicó su decisión esta le informó que tendría un avión en una hora esperándole en el aeropuerto lista para despegar.


En el hospital, Lanie no dejaba de caminar de un lado a otro de la sala de espera ante la atenta mirada de Esposito. El detective había estado ayudando a Beckett en el caso de su madre sin contar con el respaldo de Gates y la culpabilidad y responsabilidad por lo que le estaba ocurriendo a su hermana no le dejaba vivir. Si hubiese escuchado a Ryan cuando le insistía para que no hiciesen nada solos, si hubiese tenido el coraje para hablar con Gates, si… Muchos si se apoderaban de él ocupando cualquier resquicio de su mente, pero sabía que ya nada de lo que estaba circulando por su cabeza le serviría, Beckett estaba en peligro y él se sentía responsable de lo que le sucediese.
Ahora era Lanie quien no podía apartar la mirada de Esposito, su mirada de preocupación lo delataba, sabía que se culpaba de lo ocurrido y eso le dolía. Pese a haber terminado su relación con el detective, ciertos sentimientos se habían quedado anidados en ella y no parecían tener intención de marcharse, por lo que verlo fustigarse de aquella forma le resultaba doloroso.

-          -  Tú no tienes la culpa Esposito, esto va más allá de ti, de mí, de Ryan, incluso de Gates. Beckett se hizo detective para atrapar al asesino de su madre y nadie lo podía impedir – ni siquiera Castle, pensó.
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      - Lo sé Lanie, pero eso no hace que deje de sentir que pude impedirlo, quizás si hubiese tenido el valor de contarle lo que sucedía a Gates nada de esto hubiese pasado, pero…

-          -  Pero tú no podías traicionarla – terminó la frase por él – Eres su amigo y la ayudaste cuando ella lo necesitaba – se acercó hasta él salvando la distancia que los separaba, quedando a unos escasos centímetro de él sin saber muy bien que hacer – No te lastimes más, todo saldrá bien – el detective tomó la iniciativa y se abrazó a ella mientras intentaba contener las lágrimas que luchaba por salir.

En la sala contigua, Gates, preocupada y asustada ante lo sucedido a su detective, había llamado a Ryan para hablar con él. Necesitaba a alguien de confianza para que no dejase sola a Beckett en ningún momento y Ryan había demostrada tener un gran carió hacia la detective que le había llevado a contarle lo que había averiguado Beckett con la ayuda del escritor y de Esposito sin importarle si con ello la detective y su compañero pensaban que los estaba traicionando.

Ryan entró en la sala sin saber por qué Gates quería hablar con él. Cuando esta le explicó su cometido a partir de ese momento, Ryan no puso ningún inconveniente y acató la orden. Para él no había nada más importante que proteger a su compañera, su hermana, y estaba dispuesto a hacer lo necesario para evitar que se expusiese al peligro.


Castle deambulaba por su despacho sin saber que hacer, su maleta estaba delante de él preparada para ser embarcada, ya no se podía echar atrás, después de la insistencia de su agente sabía que ahora no aceptaría un no por respuesta tras haber aceptado ir, pero sabía que parte de él se quedaría en Nueva York esperando a su musa. Unas llaves lo devolvió a la realidad, y una joven de larga melena pelirroja entró en el loft. Había estado tan ocupado pensando en la detective que no había decidido aun como decirle a su hija que se marchaba esa misma noche.

Alexis había demostrado ser una joven madura, mucha más madura que las chicas de su edad e incluso que su propio padre en multitud de ocasiones, Castle sabía que podía explicarle su decisión sin mentirle,  pero no quería preocuparla diciéndole el verdadero motivo por el que se marchaba, así que cuando se acercó hasta él con la alegría reflejada en sus ojos después de la que seguro que había sido una gran noche, Castle solo pudo decirle que tras la insistencia de su agente había decidido aceptar ir a Vancouver durante unas semanas para realizar diversas entrevistas.

Alexis llegó con ganas de compartir con su padre la estupenda noche que había pasado, pero nada más ver su cara supo que algo sucedía. Espero a que él comenzase a explicarse, deseando que no tuviese nada que ver con Beckett, sabía cuanto la quería y como lo hacía sufrir ante su rechazo, así que solo esperaba que su nombre no apareciese en la conversación. No estaba muy segura de sí le había contado la verdad, pero parecía no mentir, así que se acercó a él y le dio un tierno beso en la mejilla, le dijo que ella ser iría al día siguiente con la abuela que se marchaba unas semanas de vacaciones y le había propuesto que se fuese con ella, así que no tenía que preocuparse por ella, estaría bien. Martha no le había dicho cual era el destino, pero Alexis le prometió a su padre llamarlo cuando llegaran. Castle asintió y Alexis le dio las buenas noches antes de retirarse a su habitación, había sido una noche intensa y estaba agotada.

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