Nueva York parecía dormir, sí, solo lo
parecía, puesto que aquella ciudad realmente nunca lo hacía, el bullicio se
apoderaba de las calles y avenidas, dando solo una pequeña tregua antes de
volver al incesante ruido y estrés en el que vive sumido Nueva York.
El calor se apoderaba de aquel elegante loft
donde un hombre intentaba conciliar el sueño sin mucho éxito. Sus ojos azules
miraban fijamente el techo de la habitación sin poder apartar la vista mientras
que por su mente no paraban de sucederse diversas imágenes de todo lo sucedido
ese día. No había sabido nada de Beckett desde que discutieron en su
apartamento, no podía ver como se precipitaba hacia el abismo, si ella quería
continuar arriesgando su vida él no iba a ser participe de ello, sabía que no
soportaría ser testigo una vez más y aunque apartarse de ella fuera lo más
doloroso que había hecho en mucho tiempo, sabía que debía hacerlo por el bien
de los dos, si realmente sentía algo por él, no lo arriesgaría todo por vengar
la muerte de su madre.
Se giró en la cama intentando buscar la
postura más cómoda, mientras en su mente seguían dando vuelta imágenes de su
discusión con ella, la única mujer que le había despertado sentimientos que
creyó que nunca llegaría a sentir y por la que ahora no podía dejar de estar
preocupado. Mientras que un nuevo pensamiento sobre su futuro inmediato se
formaba en su mente, el sueño se fue apoderando de él.
A escasos kilómetros una sirena sonaba en el
silencio neoyorkino.
Una mujer de entre 30 y 35 años se había
precipitado desde la azotea del hotel The Rosslyn en la 12 oeste con la 5. La
comisaría 12th había alertado a las comisarías cercanas sobre la situación de
la joven lo que les permitió montar un dispositivo que amortiguó la caída, sin
embargo su estado era grave. El impacto de la caída desde una altura de más de
15 metros la había dejado inconsciente y para cuando la ambulancia llegó la
joven se encontraba tendida sin reaccionar a ningún estímulo.
-
- Se llama Katherine Beckett y es una de mis inspectoras de la
Comisaría 12th – le informó Gates al doctor que se acercó hasta la joven para
examinarla.
- - Debido al fuerte impacto la detective se encuentra en estado
de coma, es necesario que la traslademos inmediatamente al hospital para
hacerle más pruebas y descartar cualquier otro problema derivado de la caída.
Nueva york comenzaba
a despertarse y el sonido de la sirena se perdía entre el bullicio que volvía a
resurgir como el ave fénix.
En el loft, Castle
seguía sin poder dormir y sin duda Beckett tenía mucha culpa de ello, no podía
quitársela de la cabeza así que decidió empezar con los preparativos para su
futuro inmediato.
Se levantó de la
cama en medio de la oscuridad con el solo reflejo de las luces de la ciudad que
entraban por la ventana y se acercó hasta el armario para ponerse unos
pantalones vaqueros dejando al descubierto su trabajado torso. Se dirigió hacia
una de las maletas de viaje que tenía en su habitación y comenzó o prepararla,
intentando mantener la mente ocupada y alejada de ella, solo así no le
resultaría tan difícil abandonar la ciudad rumbo a Vancouver, donde su agente
llevaba meses intentando que fuese para conceder diversas entrevistas que tenía
pendiente con las cadenas de la ciudad.
Se pasó por el
escritorio donde tenía el portátil y vio junto a él un recorté de periódico
donde aparecía la foto de Kate. Con el chaleco antibalas puesto apresaba a un
joven condenado posteriormente por asesinato como se podía leer en el pie de
foto. Concentrada en su trabajo, su expresión parecía seria pero después de
cuatro años a su lado Castle sabía que bajo esa fachada que expresaba, se
encontraba la satisfacción de haber hecho justicia y de haber vengado la muerte
de una persona. Se guardó la foto en el bolsillo del pantalón y siguió
recogiendo todo aquello que le pudiese ser útil en Vancouver.
La agente esperaba
su llamada desde varios meses atrás, así que cuando le comunicó su decisión
esta le informó que tendría un avión en una hora esperándole en el aeropuerto
lista para despegar.
En el hospital,
Lanie no dejaba de caminar de un lado a otro de la sala de espera ante la
atenta mirada de Esposito. El detective había estado ayudando a Beckett en el
caso de su madre sin contar con el respaldo de Gates y la culpabilidad y
responsabilidad por lo que le estaba ocurriendo a su hermana no le dejaba
vivir. Si hubiese escuchado a Ryan cuando le insistía para que no hiciesen nada
solos, si hubiese tenido el coraje para hablar con Gates, si… Muchos si se
apoderaban de él ocupando cualquier resquicio de su mente, pero sabía que ya
nada de lo que estaba circulando por su cabeza le serviría, Beckett estaba en
peligro y él se sentía responsable de lo que le sucediese.
Ahora era Lanie
quien no podía apartar la mirada de Esposito, su mirada de preocupación lo
delataba, sabía que se culpaba de lo ocurrido y eso le dolía. Pese a haber
terminado su relación con el detective, ciertos sentimientos se habían quedado
anidados en ella y no parecían tener intención de marcharse, por lo que verlo
fustigarse de aquella forma le resultaba doloroso.
- - Tú no tienes la culpa Esposito, esto va más allá de ti, de mí,
de Ryan, incluso de Gates. Beckett se hizo detective para atrapar al asesino de
su madre y nadie lo podía impedir – ni siquiera Castle, pensó.
-
- Lo sé Lanie, pero eso no hace que deje de sentir que pude
impedirlo, quizás si hubiese tenido el valor de contarle lo que sucedía a Gates
nada de esto hubiese pasado, pero…
- - Pero tú no podías traicionarla – terminó la frase por él –
Eres su amigo y la ayudaste cuando ella lo necesitaba – se acercó hasta él
salvando la distancia que los separaba, quedando a unos escasos centímetro de
él sin saber muy bien que hacer – No te lastimes más, todo saldrá bien – el
detective tomó la iniciativa y se abrazó a ella mientras intentaba contener las
lágrimas que luchaba por salir.
En la sala contigua, Gates, preocupada y
asustada ante lo sucedido a su detective, había llamado a Ryan para hablar con
él. Necesitaba a alguien de confianza para que no dejase sola a Beckett en
ningún momento y Ryan había demostrada tener un gran carió hacia la detective
que le había llevado a contarle lo que había averiguado Beckett con la ayuda
del escritor y de Esposito sin importarle si con ello la detective y su
compañero pensaban que los estaba traicionando.
Ryan entró en la sala sin saber por qué
Gates quería hablar con él. Cuando esta le explicó su cometido a partir de ese
momento, Ryan no puso ningún inconveniente y acató la orden. Para él no había
nada más importante que proteger a su compañera, su hermana, y estaba dispuesto
a hacer lo necesario para evitar que se expusiese al peligro.
Castle deambulaba por su despacho sin saber
que hacer, su maleta estaba delante de él preparada para ser embarcada, ya no
se podía echar atrás, después de la insistencia de su agente sabía que ahora no
aceptaría un no por respuesta tras haber aceptado ir, pero sabía que parte de
él se quedaría en Nueva York esperando a su musa. Unas llaves lo devolvió a la
realidad, y una joven de larga melena pelirroja entró en el loft. Había estado
tan ocupado pensando en la detective que no había decidido aun como decirle a
su hija que se marchaba esa misma noche.
Alexis había demostrado ser una joven
madura, mucha más madura que las chicas de su edad e incluso que su propio
padre en multitud de ocasiones, Castle sabía que podía explicarle su decisión
sin mentirle, pero no quería preocuparla
diciéndole el verdadero motivo por el que se marchaba, así que cuando se acercó
hasta él con la alegría reflejada en sus ojos después de la que seguro que
había sido una gran noche, Castle solo pudo decirle que tras la insistencia de
su agente había decidido aceptar ir a Vancouver durante unas semanas para
realizar diversas entrevistas.
Alexis llegó con ganas de compartir con su
padre la estupenda noche que había pasado, pero nada más ver su cara supo que
algo sucedía. Espero a que él comenzase a explicarse, deseando que no tuviese
nada que ver con Beckett, sabía cuanto la quería y como lo hacía sufrir ante su
rechazo, así que solo esperaba que su nombre no apareciese en la conversación.
No estaba muy segura de sí le había contado la verdad, pero parecía no mentir,
así que se acercó a él y le dio un tierno beso en la mejilla, le dijo que ella
ser iría al día siguiente con la abuela que se marchaba unas semanas de
vacaciones y le había propuesto que se fuese con ella, así que no tenía que
preocuparse por ella, estaría bien. Martha no le había dicho cual era el
destino, pero Alexis le prometió a su padre llamarlo cuando llegaran. Castle
asintió y Alexis le dio las buenas noches antes de retirarse a su habitación,
había sido una noche intensa y estaba agotada.
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