viernes, 20 de julio de 2012

SOLO TÚ: Capítulo 2


-          Beckett: Necesito volver a casa Richard, al menos para coger algo de ropa.

Había pasado el día anterior en su casa, quería pasar tanto tiempo como pudieses conmigo antes de que pasásemos prácticamente la totalidad del día en la comisaría. Richard, tan atento como siempre, me dejó una camisa suya para cambiarme tras la ducha, pero antes de volver al trabajo necesitaba ropa decente que 
no fuese la misma que había llevado el último día en la comisaría.

-          Castle: Está bien, iremos de camino a tu casa, yo te llevo.

-          Beckett: Antes de que volvamos a trabajar juntos necesito que aclaremos algunas cosas. Yo necesito espacio para poder resolver los casos, así que mientras estemos trabajando nos comportaremos como compañeros.

-          Castle: Así que no quieres nada de esto – dijo acercándose para besarme.

Llegaría tarde si no me iba ya a casa pero sus besos eran como un imán, no podía apartarme de él y nos quedamos en la entrada de su casa besándonos.
Finalmente me separé de él.

-          Beckett: No, nada de eso, y por favor, deja de hacerlo o llegaremos tarde el primer día de mi vuelta.

Vi como se enfadaba, no le gustaba la idea y a mí no me gustaba verlo así, después de todo, solo quería estar conmigo.
Lo cogí de la mano y vi como su expresión cambiaba y volvía esa sonrisa pícara.

-          Castle: ¡Vámonos a tu casa!

Las calles estaban desiertas, a las 6:30 la ciudad dormía mientras Castle y yo volábamos con su coche.

Recogí algo de ropa de mi casa y me puse una nueva camisa y pantalón vaquero. Dejé el resto de la ropa en el coche de Castle y nos fuimos a la comisaría.

La comisaría estaba vacía, lo que indicaba que de momento no había ningún caso nuevo. Al girarme vi la pizarra en blanco, lo que corroboró mis pensamientos. Ryan y Expósito solían llegar sobre las 8 si no se les avisaba por algún caso, así que cuando pase junto a sus mesas no me sorprendió verlas vacías.

-          Podríamos haber aprovechado un poco más la mañana – me susurró Castle al oído. No me lo esperaba tan cerca, estaba todo tan silencioso que so voz me sobresaltó.

-          Beckett: ¡Castle! No vuelvas a hacer eso.

-          Castle: Aun no estamos trabajando juntos así que no es necesario que me comporte como tu compañero.

-          Beckett: Seguro que la jefa estará en su despacho – dije cambiando de tema.

No me apetecía discutir con Castle y sabía que acabaría haciéndolo si seguía por ahí.
Caminamos en silencio hasta el despacho. Desde las ventanas pude ver como la jefa se sentaba en su silla, parecía inquieta. Decidí no esperar más, aun no eran las 7:30 pero para qué esperar si ya estaba allí.

-          ¡Beckett! No te esperaba hasta las siete y media – dijo sobresaltada cuando me vio entrar – Pero si viene con Castle, ya veo que no puede pasar sin usted.

Si no lo conociese no lo hubiese apreciado, pero lo conocía demasiado bien como para saber que esa apreciación no le había gustado.

-          Supongo que te habrán informado de que tu periodo en la licencia administrativa ha terminado.

-          Si señor – le dije evitando que Castle respondiese y dijera algo que me comprometiese.

Sin decir una palabra me devolvió mi placa y mi pistola.
En el tiempo que había estado trabajando para ella me había dado cuenta que era una mujer de carácter a la que no le gustaba que le impusiesen nada. Castle habría tenido una conversación con un alto cargo para que la jefa cambiase de opinión. Salí de su despacho con Castle a mi espalda.

-          Beckett: ¿Con quien hablaste ayer para hacer que volviera a mi puesto de trabajo?

-          Castle: Me temo que eso es alto secreto – me dijo con esa voz juguetona pasando por delante de mí y sentándose junto a mí mesa.

Me acerqué para sentarme junto a él cuando el teléfono empecé a sonar. La jefa no debió avisar para que desviaran las llamadas a su teléfono y por un momento me alegre, no me apetecía tener que volver a su despacho.

-          Beckett – dije contestando la llamada

-          Que bien que estás en la oficina, te estaba llamando al móvil pero lo tienes apagado igual que Castle – era Lanie y su voz sonaba con un tono urgente.

-          Beckett: ¿Qué ocurre Lanie?

-          Lanie: Tenemos un cadáver en los aparcamientos de la comisaría.

-          Beckett: Enseguida bajo.

Colgué la llamada y vi la cara de expectación de Castle.

-          Beckett: Vamos, te cuento por el camino.

Al llegar al aparcamiento vi como Lanie me buscaba con la mirada.

-          Lanie: ¿Dónde estabais metidos? ¿Por qué vuestros teléfonos apagados? ¿No sabéis que necesito que estéis localizables?

Castle y yo nos miramos sin saber que decir, pero no hizo falta decir nada.

-          Lanie: ¡Oh no, no puede ser! Diste el paso Kate – dijo abrazándome.

Lanie se había convertido en mi confidente durante estos años en la comisaría. Era la única que conocía mis sentimientos por Castle desde el principio por eso en los últimos días me había estado insistiendo para que fuese clara con Castle y le contara lo que sentía por él.

-          Castle: ¿Cómo lo has sabido?

-          Lanie: Os conozco Castle y nunca antes había visto entre vosotros esa mirada de complicidad y ese brillo en nuestros ojos.

-          Beckett: Tenemos un caso que resolver, es mejor que volvamos al trabajo, ya tendremos tiempo de hablar de todo esto.

-          Lanie: Tienes razón, ¡a trabajar!

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