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Lanie: Varón, entre 35 y 40 años, asiático.
Hemos encontrado una bala de calibre 25 alojada en su cráneo aunque parece ser
postmorte. Por la desintegración del cuerpo diría que lleva aquí una semana,
sin embargo nadie informó de su desaparición ni nadie vio su cuerpo hasta hoy –
me informó Lanie mientras íbamos de camino hacia donde se encontraba la
víctima.
El teléfono de Castle empezó a sonar.
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Castle: Perdonad chicas – dijo alejándose.
Lanie me llevó hasta el cuerpo. Solía recordar la cara de
los que trabajaban en la comisaría, sin embargo no recordaba a la víctima.
Castle atrajo mi curiosidad, su mirada y su expresión de
preocupación llamó mi atención, cuando quería podía dejar de ser ese niño
travieso y parecer un hombre maduro.
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Lanie: … sabré más cuando lo analice.
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Beckett: Perdona Lanie, ¿qué decías?
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Lanie: Si dejaras de mirar el trasero de Castle
quizás te hubieras dado cuenta de que te estoy hablando.
En ese momento llegó Castle.
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Castle: ¿Ocurre algo chicas?
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Beckett: Déjame adivinar, era Alexis – le dije
impidiendo que Lanie empezase a hablar.
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Castle: Sí, le está resultando difícil adaptarse
pero lo superará.
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Lanie: Por favor chicos, no quiero pasarme el
día en el aparcamiento.
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Hemos encontrado la documentación de la víctima
a un metro del cuerpo en una papelera. Esta hecho cenizas pero se puede leer su
nombre, Kenta Furukawa.
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Beckett: ¿Te han devuelto a ti también la placa?
– le dije a Expósito tras habernos informado sobre la identidad de la víctima.
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Expósito: Después de lo que quiera que hizo Castle,
la jefa me dijo que no tenía sentido no devolvérmela si te la había devuelto a
ti.
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Lanie: Me vais a tener que poner al día de todo
lo que ha pasado cuando acabemos con esto – dijo señalando el cadáver.
15
minutos después, en la comisaría.
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Beckett: Expósito, ¿sabemos si la víctima tenía
algún vínculo con la comisaria?
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Expósito: Aquí nadie lo conoce ni recuerda haber
oído hablar de él, la relación mas cercana con nuestra comisaría es debido a
que su hermano trabaja con nosotros los días que necesitamos más personal para
los casos.
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Beckett: Así que ya tenemos la conexión – dije
anotando en la pizarra la foto que Ryan me mostró del hermano de la víctima.
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Castle: ¿Asesinato entre hermanos? He visto
muchos casos en estos años que llevo colaborando con vosotros y en el tiempo
que llevo como escritor, pero jamás un asesinato entre hermanos.
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Beckett: ¿Y quién te ha dicho que este lo vaya a
ser? – me encantaba jugar con él – Ya te lo he dicho muchas veces Castle, nada
de suposiciones.
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Castle: Solo estaba pensando en lo que tenemos
hasta ahora, pero tienes razón.
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Ryan: ¿Tú dándole la razón a Beckett? Aquí pasa
algo que no sabemos hermano – dijo dirigiéndose a Expósito.
No me gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación así que
decidí encausarla al caso.
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Beckett: Ryan, Expósito, quiero que os pongáis a
analizar las cámaras de seguridad, a ver si grabaron algo del día en que
asesinaron a la víctima. Castle y yo iremos a hablar con el hermano.
Antes de dirigirnos a hablar con el hermano de la víctima, nos pasamos
por la morgue donde Lanie nos tenía información.
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Lanie: He encontrado marcas en el cuello de la
víctima que indican un forcejeo. La causa de la muerte es por envenenamiento.
Debieron de mezclar el veneno con algo para que la víctima lo ingiriese a la
fuerza. El disparo es sin duda postmorte, querrían asegurar su muerte, pero
cuando le dispararon ya había muerto.
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Castle: Empieza a gustarme este caso.
No me gustaba que bromease con los asesinatos. Me giré hacia él y al
ver mi mirada dejó de sonreír.
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Beckett: Así que tenemos a una víctima que fue
forzada a tomar un veneno, que forcejeo con el asesino para evitar morir y que
tras la muerte fue disparado. Por otro lado, tenemos a su hermano que trabajaba
en la comisaría de forma esporádica, lo que nos da el vínculo con la zona del
crimen.
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Castle: Tengo una teoría pero no pienso
contártela hasta que no hablemos con el hermano – dijo volviendo a nuestro
juego.
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Lanie: Me encanta cuando os ponéis así.
Evitando la sonrisa pícara de Lanie me dirigí a Castle.
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Beckett: Me muerto de ganas por saber que es lo
que a tu cabecita se le acaba de ocurrir – le dije con cierta ironía pero no
pude evitar reírme – Vamos a hacerle una visita entonces.
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