lunes, 29 de octubre de 2012

SECRET SANTA: 2ª parte



El camino a la comisaría se me hizo muy largo, los minutos pasaban demasiado lento y en mi mente solo tenía aquella cena en la casa de Castle. Temía por lo que pudiese ocurrir pero por otra parte solo deseaba verlo de nuevo y estar junto a él. Desde que comenzamos nuestra relación no habíamos pasado tanto tiempo separados. No hacía ni dos horas que lo había dejado en mi casa y ya lo extrañaba.

Al abrirse las puertas del ascensor de la 12th vi a Ryan y a Espósito esperando junto a mi mesa. Me acerqué a ellos e inmediatamente Espósito clavó su mirada en mi.

  • Lanie nos ha dicho que tu novio estará de viajes de negocios una semana. ¿Es que es empresario? - desvié mi mirada hacia Ryan y él se encogió de hombros.
Lo que sea o deje de ser no es asunto vuestro. Por cierto habla con Lanie y dile que Castle nos ha invitado a cenar en su casa, yo tengo trabajo que hacer – extrañado ante mi actitud, me observó uno segundo más antes de encaminarse al ascensor seguido de Ryan para hablar con Lanie.

La pizarra estaba en blanco y eso no podía significar nada bueno. Debíamos darle una respuesta a la familia de la víctima, era navidad, lo necesitarían. Íbamos a contrarreloj, quedaban doce horas para las ocho, hora en la que había quedado con Castle y para entonces debíamos tener resuelto el caso. Dibujé la línea del tiempo y entre interrogaciones anoté como posible causa de la muerte disparo con una 12mm. Mientras repasaba los escasos datos que teníamos vi a Espósito volver a su mesa.

  • Espósito, ¿sabemos algo de la víctima?
Lanie me acaba de confirmar que se trata de Louis Wilcox. Nació en Philadelphia donde se crió con su madre, su única familia. Louis presentaba fuertes trastornos mentales que la madre trataba de solucionar a través de diversos médicos. Al cumplir la mayoría de edad su comportamiento se hizo insoportable y la señora Wilcox decidió internar a su hijo en un psiquiátrico, donde ha permanecido todos estos años.
¿Y qué hacía en el tejado de la casa de la familia Hershberger vestido de Santa Claus?
Parece ser que Louis era algo inquieto – comentó Ryan acercándose a nosotros – y por las noches aprovechaba que las cámaras de seguridad se desconectaban para salirse del psiquiátrico, especialmente cuando se acercaba esta fecha del año, cuando él se creía Santa Claus,según dicen los vecinos del barrio cercano que lo conocían – de repente apareció una sonrisa en su rostro – Así que esta noche tenemos cena en casa de Castle.
Eh, sí, Ri... Castle nos ha invitado – dije rápidamente intentando disimular lo que casi llego a decir.
¿Desde cuando lo llamas por su nombre? - a Espósito no se le escapaba una.
Chicos, tenemos mucho que hacer, no tengo tiempo para vuestro jueguecitos, este hombre merece que se haga justicia. Espósito, pregunta a los responsables del psiquiátrico, compañeros,... investiga cualquier hecho que pudiera haber provocado que alguien lo quisiese asesinar. Ryan, tú estudia las cámaras de seguridad – éste suspiró resignado – Céntrate en el día pasado, observa si ocurrió algo diferente a los días anteriores. Yo iré a hablar con la madre, será la persona que mejor lo conozca.

Decidí hacerle una visita a Lanie antes de marcharme. No tenía ganas de soportar sus preguntas inquisidoras pero debía saber exactamente cual había sido la causa de la muerte.

  • Lanie, ¿tienes la causa de la muerte?
Pensé que mandarías a uno de los chicos para que me preguntara. ¿Qué ocurre, Kate? Te comportas de un modo diferente desde que estás con ese chico y ahora ni siquiera vienes a verme para decirme que Castle nos ha invitado a cenar en su casa.
Lanie, por favor, tenemos un asesino suelto. Si no viene antes fue precisamente por eso, te conozco y sé que no puedes estarte callada, que me someterías a un tercer grado y no tengo tiempo.
Espero que cuando resolvamos el caso me dediques unos minutos, quiero saber que le pasa a mi mejor amiga y creo que es no es malo.

Empecé a sentirme culpable por mi comportamiento, después de todo, solo quería verme feliz. Podía llegar a ser muy persistente e incluso podía llegar a cansarme con sus preguntas, pero es mi amiga y se preocupa por mí.

  • Lo siento Lanie, pero este caso me absorbe y me gustaría que la familia pudiera pasar las navidades con las respuestas que se merecen. Sé lo duro que es para la familia y quiero hacérselo un poco más fácil, y más aun en estas fechas.

Sin decir ni una palabra, comprendiendo lo que quería decirle, se dirigió a la mesa de autopsia y me señaló el agujero de entrada de la bala.

  • Este agujero de bala de 12 mm no es lo que le causó la muerte a nuestro Santa – clavé mis ojos en Lanie, sabía que no me gustaba que utilizaran apelativos para las víctimas, aunque era una forma más llevadera para todos, me ponía en el lugar de la familia y el apelativo dejaba de gustarme – Lo siento. A nuestra víctima le dispararon cuando ya estaba muerta. ¿Ves esto? - me preguntó señalándome una pequeña fractura en el cráneo vagamente perceptible – A falta de algunas pruebas que me quedan por realizar, casi te puedo asegurar que fue un golpe en el cráneo lo que le causó la muerte. Por la forma en U que tiene diría que lo empujaron contra alguna objeto con la forma muy similar a la que tiene una teja, y si no recuerdo mal, el tejado de la casa de la familia Hershberger tenía algunas tejas sueltas.
¿Y no puedo haber sido simplemente una caída? - le pregunté descartando cualquier posibilidad que nos pudiera llevar al suicidio.
No, para que quedar esta fractura tan profunda debió ser empujado por alguien.
Gracias Lanie. Ahora tengo que irme, pero prometo hablar contigo en cuanto esto acabe – le dije pensando que no podría ocultar mucho más mi relación con Castle.

La señora Wilcox se había trasladado a Nueva York tras internar a su hijo en un psiquiátrico de la ciudad. Era una zona modesta donde ser respiraba paz y tranquilidad. La mujer me esperaba a la entrada de la casa tras haberla avisado de mi visita.

  • Señora Wilcox – la saludé mientras ella me hacía pasar.
Por favor, llámeme Sarah.

Su cabello poblado de canas y las arrugas que cubrían sus manos y parte de su cara le daba un aspecto tierno frente a aquellos ojos azules que transmitían jovialidad y juventud de espíritu. No sabía explicar el motivo pero era curioso lo entrañable que me resultaba aquella señora.

  • Bien Sarah, me gustaría hablar contigo de tu hijo Louis.
¿Es que le ha ocurrido algo a mi pequeño?
Sarah, siento comunicarte que su hijo falleció la pasada noche.

Todo lo que esa señora me había mostrado en escasos minutos desapareció para dar paso a unos ojos sin vida, inexpresivos, que se fueron llenando de lágrimas. Era como si en escasos segundos hubiese envejecido 10 años.

  • Lo siento Sarah – le dije acercándome a ella – pero me gustaría hacerte algunas preguntas. Puede que de ese modo demos con el responsable de su muerte.
Adelante detective – dijo entre sollozos.
¿Sabe si su hijo tenía algún enemigo? ¿Alguien con el que hubiese tenido problemas recientemente?
Hacía tiempo que no sabía nada de él pero por sus problemas mentales imagino que tendría muchos enemigos, detective. La última vez que fui a visitarlo, hace casi un mes, me dijeron que su conducta había empeorado notablemente el último año, se mostraba irascible y reaccionaba de forma violenta ante sus compañeros. Estas últimas semanas he estado enferma y no pude visitarlo – las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.
Supongo que no fue fácil criar a un hijo sola. ¿Cómo era para Louis la navidad?
No, no fue fácil. El padre de Louis no quiso saber nada de mí ni de él cuando supo que iba a ser padre, eramos dos niños de 17 años y la situación nos sobrepasó, pero yo quise tener a mi hijo. No conté con ningún apoyo, así que yo trataba que la vida de Louis fuese lo mejor posible. Las navidades eran especiales para nosotros, a Louis le encantaba, fantaseaba con que de mayor sería Santa Claus.

Viendo el sufrimiento en sus ojos decidí dar por terminada la conversación, ya tenía todo lo que necesitaba, al menos de momento.

  • Muchas gracias Sarah, daremos con el culpable – le dije despidiéndome de ella mientras ella asentía.

De camino a la comisaría llamé a Espósito para saber si había podido averiguar algo.

  • En el psiquiátrico todos conocían a Louis como el Santa secreto porque se pasaba el día creando juguetes con todo lo que podía encontrar y les decía a sus compañeros que esos juguetes tendrían sus destinatarios los días cercanos a navidad. Su obsesión era tal que había días que no quería salir de su habitación, decía que él no tenía ayuda alguna para elaborar los regalos para los niños y por eso se veía en la obligación de hacerlo el mismo. Deberías ver los juguetes que hacía, el tipo era muy bueno construyendo juguetes con piezas que tenemos al alcance todos los días. Hace un día tuvo una fuerte discusión con su compañero de habitación, Nick Olsson, lo llevamos a la comisaría.
De acuerdo, tomadle declaración, voy de camino.

Al llegar a la comisaría un olor a café con un ligero toque a vainilla me envolvió y sin necesidad de girarme supe que estaba allí.

  • Antes de explicarme que haces aquí, Castle, quiero mi café – me volví y pude ver su cara de asombro después de haberlo pillado.

Con el café en mis manos me quedé frente a él esperando una explicación.

  • Te echaba de menos – me dijo casi en un susurro acercándose a mi pero yo puse distancia mirando hacia todos lados esperando que nadie nos hubiese visto – Lo siento – dijo con cara de cachorro abandonado – No podía concentrarme, si me quedaba en casa sabía que no iba a escribir, así que he decidido aceptar la petición de echarte una mano – se quedó callado, esperando alguna reacción por mi parte.
Ven, hay algo que quiero – le dije dirigiéndome a la sala de descanso.

Dejé que el entrase primero y me lancé a su labios con pasión. Él se quedó sorprendido pero respondió inmediatamente devolviéndome el beso con la furia contenida durante las horas que habíamos estado separados, atrapándome contra la pared, impidiendo que me pudiese mover, entregándome completamente a él. Sus labios se separaron de los míos cuando nuestra respiración comenzaba a hacerse difícil, para empezar a recorrerme el cuello con sus labios bajando hasta el valle entre mis pechos, regándolo de delicados besos provocando que un gemido se escapara de mis labios. Entonces comprendí que habíamos llegado demasiado lejos y tomé su barbilla para hacer que me mirase.

  • Rick, estamos en la comisaría – le pude decir entre jadeos.
¿Ahora vienes con esas? Te recuerdo que has sido tú la que me has tentado – me dijo al oído antes de morderme la oreja provocando que diera un respingo.
Beckett, tenemos... - Ryan entró en la sala sin darnos cuenta de ello – Chicos, conteneos un poco, por favor – Castle casi se atraganta y mis mejillas empezaron a tomar un color rojizo. Nos separamos e insté a Ryan a que dijera a lo que había venido – Tenemos la declaración de Nick. Hemos comprobado su coartada y no fue él, esa noche Nick se saltó las normas pero con la celadora del psiquiátrico.
Así que estamos como antes, sin nada – dije desesperada porque no conseguíamos avanzar.
No del todo. Preguntamos a Nick por la relación de Louis con su madre y nos dijo que él sentía devoción por Sarah pero ella, este último año, cada vez que iba solo le reprochaba su comportamiento sabiendo que tenía problemas y que justamente por ese motivo estaba allí. Dice que era muy arisca con él, que no se le veía muestra alguna de cariño y que Louis se quedaba muy mal después de cada visita. La última vez que fue a verlo, Nick nos dijo que tuvieron una fuerte discusión y que Louis le pidió que no fuese nunca más a verlo. Dice que de eso hace casi un mes.

Me costaba creer lo que Ryan insinuaba con la declaración de Nick, había conocido a Sarah y me parecía una mujer luchadora que solo pensaba en su hijo. Pero los años como inspectora me habían enseñado que las cosas no son lo que parecen, que debía seguir todos los caminos posibles sin implicarme emocionalmente para poder ser objetiva.

  • Investiga donde estuvo Sarah la noche en la que su hijo murió. Castle y yo vamos a ver a Lanie, a ver si tiene algún dato que nos pueda ayudar.

Ryan asintió y camino hacia su mesa, pero antes de salir se giró y nos miró alternativamente a ambos.

  • Por favor, arreglaos un poco antes de salir ahí fuera – dijo señalándome mi escritorio antes de marcharse.

Castle y yo, una vez solos, nos miramos y al vernos con los pelos alborotados y los primeros botones de nuestras camisas desabotonados, nos echamos a reír.

sábado, 27 de octubre de 2012

SECRET SANTA: 1ª parte


La suave brisa que colaba por la venta me despertó y un día más, sus protectores brazos me acurrucaban dándome calor. Aunque Alexis estaba en la universidad y Martha nos daba nuestro espacio, yo sentía que podía tener más intimidad en mi casa, en la que acordamos quedarnos hasta el fin de semana cuando nos íbamos a la suya. Cada día que pasa no dejo de maravillarme de lo gratificante que es despertar a su lado. Me giro entre sus brazos para poder contemplarlo mientras duerme, parece un niño pequeño con esa sonrisa traviesa que se le dibuja en la cara. Sin poderme resistir, beso suavemente sus labios sin despertarlo y safándome de sus brazos, me levanto muy despacio. La casa está en un completo y envolvente silencio, Nueva York aun duerme pero yo tengo obligaciones que atender. Empiezo a preparar el desayuno y mientras hago el café sus brazos me rodean por la espalda. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y él aprovecha para darme pequeños besos por mi cuello.

- Te echaba de menos - me susurra al oído - ¿Qué haces tan pronto levantada? Es muy temprano, volvamos a la cama.



- No puedo Castle - me giro quedándome frente a él, atrapada por sus brazos - Tenemos mucho trabajo en la comisaría, parece que las fiestas navideñas no dan tregua y que los asesinatos se incrementan, supongo que la crispación por la crisis se hace aun más patente en estas fechas y la violencia aumenta. Tengo mucho papeleo que arreglar antes de la noche de navidad y no me vendría mal una ayudita - le dije seductoramente antes de separarme de él contoneándome hasta la cafetera donde comencé a preparar el café para ambos.

- Tengo que terminar mi libro, ya sabes lo impaciente que está Gina últimamente y no quiero darle motivos para que se enfade - se acercó a mi quedándose a buena distancia viendo como me desenvolvía en la cocina.

Al ver que tenía dos tazas con café, tendió su mano para que le diera uno.

- Antes quiero mi beso de buenos días.

- ¿Y qué hay del mio? - se quejó.

- Ya te lo di, pero estabas tan dormido que no te diste cuenta.

- Eso no vale inspectora - se acercó a mi rodeándome por la cintura - ¿Si te doy un beso me dejarás sorprenderte la noche de navidad?

- ¿Me estás chantajeando, Rick?

Él se quedó mirándome fijamente, era la primera vez que lo llamaba por su nombre y sabía que eso lo sorprendería. Un motivo perfecto para hacer que olvidase su idea, quería ser yo quien lo sorprendiese por navidad.

- Es la primera vez que me llamas por mi nombre - me dijo con una sonrisa atrayéndome más hacia él.

¿Y no te gusta? - le dije mordiéndome el labio.

- Sí, pero eso no hará que olvide lo que te he dicho – mordió suavemente mi labio inferior antes de besarme, un beso lleno de pasión que fue tornándose lujurioso en una fracción de segundo.

Con la respiración entrecortada nos separamos sin dejar de mirarnos con la pasión que se había encendido entre nosotros.
Debo volver al trabajo – él asintió sin alejarse de mi con sus brazos rodeándome aun por la espalda – No me lo pongas difícil. Te prometo que estaré pronto en tu casa – le dije antes de besarlo dulcemente.
De repente mi teléfono comenzó a sonar rompiendo la magia que se había creado.
¿Qué ocurre Lanie?
Tenemos un nuevo asesinato.
- Toda una novedad – una risa se me escapó debido a los besos que Castle me daba por el cuello provocándome un gran cosquilleo .
- ¿Qué te hace tanta gracia? - su voz sesó y cuando volvió de nuevo casi me atraganto – Claro, como no lo he pensado antes, ¡estás con tu novio! Chica, me tienes muy poco informada, te recuerdo que soy tu amiga y debo saberlo todo. Dime, ¿quién es? ¿cómo lo conociste? Quiero saberlo todo.
- Respira Lanie – intentaba conseguir tiempo para salir de aquel lío en el que me había metido – Te voy a matar Castle – dije tapando el auricular y dirigiéndome a él que se encogió de hombros como si quisiera decirme que él no tiene la culpa – Te prometo que te lo contaré todo, pero ahora no – le dije intentando salir del paso – Por favor, háblame del asesinato.
- Kate Beckett, ¿qué parte de todo no entendiste?
- Lanie, por favor, que lo tengo a mi lado y no quiero hablar de él teniéndolo delante – dije excusándome.
- Está bien, pero de hoy no pasa – la escuché maldecir algo ininteligible a mis oídos – Será mejor que vengas al lugar del crimen para verlo tú misma, y llama al chico escritor, éste asesinato es de los que a él les gusta.
- Solo iré yo, Castle tiene mucho trabajo atrasado y me dijo ayer que estos días se lo pasaría escribiendo. Mándame la dirección y nos vemos allí – dije dando por terminada la conversación.


Castle se alejó de mí sabiendo lo que le esperaba.

¿Se puede saber en que pensabas, Castle? Casi nos pilla y todo porque no te puedes estar quiero. Ahora me tocará soportar sus preguntas durante todo el día. Ésta me la pagas – le dije intentado no sonreír ante su cara de suplica para que no fuese dura con él, pero no pude evitar que se me escapara una sonrisa, gesto que hizo que él suspirara de alivio y se acercara a mi rodeándome por la cintura.

¿No crees que ha llegado el momento de que todos lo sepan? Son nuestros amigos, acabarán enterándose y ya sabes como son, no creo que sean muy benévolos con nosotros habiéndoles ocultado nuestra relación durante meses. Ya Ryan se cobra un presupuesto por mantener la boca cerrada. ¿Quieres saber cuánto me está costando? Y eso es solo Ryan, imagínate si se llegasen a enterar Espósito y Lanie. De esa no salimos vivos.
Castle, te recuerdo que las normas de la comisaría son bien estrictas y no nos permiten mantener relaciones con otros compañeros. Ya sé que tú no cobras de la comisaría y por tanto no se aplicaría en nuestro caso, pero aun así colaboras con nosotros y hacer pública nuestra relación nos traería igualmente problemas. Y ahora me tengo que ir o me tocará volverme a excusar con Lanie .

Me dirigí hacia la puerta de mi casa seguida por él, me rodeó con sus brazos por la cintura haciéndome girar para quedar frente a él y darme un beso de despedida.
Recogeré las cosas del desayuno y me iré a mi casa a seguir con el libro. Te veo esta noche en mi casa, cariño. Te extrañaré.
- Y yo a ti, Rick, pero nos veremos esta noche.



Lanie estudiaba con detenimiento el cadáver aparecido en el tejado de una de las casas más lujosas del conocido y prestigioso barrio de Upper East Side. Subí las escaleras que habían colocado junto a la fachada de la casa para llegar al tejado y unirme al resto del equipo que trabajaba en la escena del crimen. La doctora Parish, concentrada en su trabajo, no se dio cuenta de mi presencia y al oír mi voz se sobresaltó.

- ¿Qué ha ocurrido aquí, Lanie?

-Por fin te dignas a aparecer, ese nuevo novio tuyo te absorbe demasiado. Me pregunto que pensará Castle al respecto.

- ¿Qué tiene que ver Castle en todo esto? Además, tenemos un asesinato en el que centrarnos.

- Tiene que ver y mucho. Castle lleva tras de ti como tu perrito faldero cuatro años y me pregunto que opinará él de tu chico. Tendré que preguntárselo – dijo pensativa – Respecto al asesinato – sabía que iba a converserla de dejar a Castle al margen de mi vida privada así que me cortó antes de que empezace – la familia Hershberger fue a encender la chimenea y se dieron cuenta que estaba obstruida. El señor Hershberger subió al tejado para ver que ocurría y se encontró con este hombre vestido de Santa Claus con medio cuerpo en la boca de la chimenea. Tenía un cartel con el nombre de Kris Kringle, pero algo me dice que ese no es su nombre real. Le están tomando declaración – dijo señalándome hacia abajo donde un hombre de mediana edad, esbelto y con apariencia de no tener más de 40 años respondía las preguntas del agente.

- ¿Sabemos la causa de la muerte?

- Presenta un orificio de bala de 12 mm en la parte posterior del cráneo, que parece ser la principal causa de la muerte. Sabré más cuando lo lleva al laboratorio. El cuerpo está aun caliente así que calculo que lo asesinaron hace cuatro horas, con lo cual la hora de la muerte se sitúa en torno a las dos de la madrugada.
Gracias Lanie, nos veremos en la comisaría.
Espera Kate – sabía que se avecinaba una tormenta y mi cuerpo se quedó paralizado – Los chicos y yo vamos a celebrar juntos la navidad, ¿por qué no te vienes con nosotros y te traes a tu novio? Así lo podemos conocer.

Justo lo que me faltaba, sabía que no podía librarme de ella, no dejaría de insistir para que fuese a cenar con ellos y con mi novio. No sabía como salir de aquel lío en el que me había metido así que le dije lo primero que se me ocurrió.

- Mi novio tiene un viaje de negocios, ésta mañana se estaba despidiendo de mi cuando me llamaste. Estará una semana en California así que no podrá estar, pero yo acepto tu invitación – esperaba haberla convencido aunque por su cara supe que no.

- Sé que me ocultas algo pero lo averiguaré, Kate.

- No oculto nada y ahora, si me disculpas, tengo trabajo que hacer.

Bajé las escaleras sintiendo su mirada en mi espalda. En suelo firme pude respirar tranquila, de momento estaba salvada. Ahora me tocaba hablar con Castle, ya que él había tenido la culpa del lío en el que estaba metida, le tocaría pasar la noche con los chicos, nada de día especial para los dos.

- Detective, ¿tan irresistible soy que no puedes aguantar sin mi ni una hora?

- No tiene gracia Castle, en menudo lío me he metido por tu culpa, pero tú lo vas a pagar, nada de plan romántico esta noche, nos toca cenar con los chicos.

- Justamente de eso quería hablar contigo, Kate.

- ¿Es que acaso piensas dejarme sola?

- No, no es eso. Acaba de llamarme Alexis, ella y mi madre quieren que cenemos con ellas, dicen que quieren aprovechar para pasar unas navidades contigo ahora que formas parte de la familia. Puedes decirle a los chicos que los invito a pasar la noche de navidad en mi casa, así podremos estar juntos aunque no estemos solos.

- Esto no era como pensaba que sería nuestra primera navidad juntos... Como esto salga mal será culpa tuya y me las pagaras.

- ¿Ah sí, detective? ¿Y cómo exactamente?

Ahí estaba otra vez ese Castle juguetón que me hacía sonreír.

- Umm... no sé, tendré que pensar un castigo. Esta noche te lo digo – pude escuchar como tragaba sonoramente y eso me hizo reí – Debo volver al trabajo, encárgate de los preparativos y si te portas bien ésta noche te daré tu regalo.

- Me dejas expectante Kate, espero con ansias que llegue esta noche. Hasta las ocho cariño.

- Nos vemos en tu casa, Rick.

viernes, 12 de octubre de 2012

AND IF... ? - Epílogo


“Amor, una palabra tan sencilla, se convierte en el motor de nuestras vidas. Todos necesitamos amor y ser amados para vivir, es una necesidad primitiva que todos los humanos tenemos. Nacemos siendo amados, queridos, siendo el centro del mundo de nuestros padres, quienes construyen toda una vida a nuestro alrededor. Crecemos dando y reviviendo amor de aquellas personas que se convierten en parte de la familia tras compartir risas, diversión, confidencia, momento difíciles,… durante nuestra niñez y adolescencia. Pero ella no tuvo una adolescencia normal y esa forma de amar no era la que movía su vida, sino el hacer justicia. Me gusta creer que el aparecer en su vida hizo que cambiara y viera el mundo de otro modo, pero el hecho es que fue todo lo contrario. Desde el momento en que apareció en mi vida la cambió completamente, la puso patas arriba, me hizo volverme loco y adorar esa locura.
Es una mujer inteligente, tenaz, testaruda, perspicaz, divertida, con sentido del deber y la justicia, responsable, tierna, cariñosa,… Es una mujer increíble que me ha hecho ser mejor persona. Gracias por aparecer en mi vida, gracias Kate.”

Terminaba de escribir las últimas palabras a ordenador cuando unos brazos lo rodearon por la espalda.

-          - Ummm… - comenzó a morder su oreja - ¿no estarás escribiendo otra vez sobre nosotros? Ya sabes que no me gustaría ver nada de eso publicado – le dijo dulcemente al oído.

-          - Solo escribía un poco mientras tú descansabas, te veías tan a gusto en la cama que no quise despertarte – cerró la pantalla del ordenador y se giró quedando frente a sus intensos ojos verdes – Sabes que no haría nada que no quisieses, en estos dos años que llevamos juntos lo habrás comprobado.

-          - Y entonces, ¿qué escribías? – se sentó sobre sus piernas mientras jugaba con su cabello enredándolo entre sus dedos.

-          - Es imposible tenerle nada oculto, inspectora – dijo con un suspiro mientras levantaba la pantalla del portátil para que quedase a la vista de ella lo último que había escrito – Desde que entraste en mi vida comencé a escribir sobre ti, con la única intensión de poder disfrutar de ti aunque fuese a través de las letras que iba escribiendo. Cuando apareciste en Vancouver aquel día pidiéndome una oportunidad para ser felices los dos, decidí que era el momento de seguir con lo que un día empecé. Esto que he escrito durante estos seis años recoge nuestra vida desde que nos conocimos, solo quería que no lo descubrieses y podértelo entregar la semana que viene, en nuestro primer aniversario de boda, pero eres imposible – le dijo con una sonrisa burlona que fue borrada rápidamente al contacto con los labios de su musa.

-          - Nunca dejas de sorprenderme, Rick – le dijo dulcemente en sus labios. 

-          - ¿Recuerdas aquel día hace casi un año?

-          - ¿Bromeas? ¿Cómo podría olvidarlo? Fue el mejor día de mi vida – le dijo mientras seguía jugando con su pelo – Aunque te empeñaste en hacer una boda por todo lo alto, finalmente cediste para hacer una boda pequeña, sin tanto envoltorio, rodeada por nuestros amigos y familia en el jardín de tu casa en Los Hamptons.

-          - Mi casa y la tuya, cariño – le recordó – No pude negarme a lo que me pedías, siempre acabas convenciéndome de todo – le dijo dándole un tierno beso.

-         -  Recuerdo que Lanie casi no se podía mover por su embarazo y Espósito no se separa de ella ni un minuto. El pequeño Kevin no dejaba de correr, Jenny trataba de calmarlo sin mucho éxito provocando que Ryan no pudiese separarse de su lado. Tu madre se pasó toda la ceremonia y la fiesta coqueteando con mi padre, que se dejaba querer, y ya ves, al final parece que la relación entre ellos funcionó, ya llevan casi un año juntos. Alexis era la única madura allí – dijo entre risas – porque Gates parecía haber vuelto a la adolescencia al lado de Rob. A Samantha casi si se la vio por la fiesta, estaba perdida con Robert, el nuevo detective de la 12, ¿recuerdas? – Castle asintió.

-          - Fue una locura, pero fue la locura más bonita de mi vida.

-          - Pues espera, que ahora viene una mayor que aquella – le dijo fijando sus ojos en los de él – Ya que tu me das mi regalo de aniversario por adelantado, te daré yo también el tuyo.

Castle la miró interrogante y de repente, lo entendió. Una amplia sonrisa ocupaba todo su rostro iluminándolo como nunca antes lo había visto.

-          - ¿Estás…?

-          - Embarazada, sí – dijo compartiendo esa sonrisa con él - ¡Vamos a ser padres, Rick!

Sus labios la besaron con amor y ternura, un beso lleno de dulzura del que no quería separarse.

-          - Cuando se lo contemos a Alexis y a mi madre se van a poner muy contentas – la alegría se dibujaba en sus ojos.

-          - Se lo diremos los dos juntos en la comida de hoy.

-          - Si, mi vida – le dijo acariciando su barriga – Serás un bebé muy querido, lleno de amor, cuidado y protegido por todos. Serás nuestra vida, te queremos – le dijo al vientre de Kate como si el bebé pudiese entenderlo, lo que le hizo a ella sonreír.

Sabía que no habría podido encontrar un hombre mejor que Rick, era pura ternura, un niño pequeño en el cuerpo de un hombre adulto que la complementaba, la cuidaba y protegía. Ese bebé terminaría de colmar la felicidad de las que los dos disfrutaban.

AND IF... ? - Capítulo 17: El principio de una nueva vida


Un hombre de mediana edad, esbelto, con algunas canas dispersas por su espeso cabello, se hacía el nudo de la corbata que había elegido para esa mañana: una corbata celeste, discreta, la más indicada para el discurso que tiene dentro de unas horas. Nervioso, se mira al espejo para comprobar el resultado. Mentalmente repasa cada palabra que deberá decir ante la asamblea con convicción y seguridad, creyendo firmemente en lo que dice para así transmitirlo a los demás. Mientras se coloca la chaqueta negra a juego con sus pantalones intenta calmarse. Se dirige a la cocina y se prepara un té con la intensión de hacer que sus nervios desaparezcan. Un discurso como el que tiene que hacer hoy siempre le pone nervioso, impone respeto, pero esta vez siente que hay algo más, tiene una extraña sensación que le hace estar inquieto. El té caliente en sus manos lo tranquiliza un poco dejándose llevar por la suave melodía de la voz de Patty Griffyn que suena por la radio.

Una hora después, deja su casa con paso decidido para realizar su trabajo, le espera una mañana dura, mucho más de lo que él puede llegar a imaginar.



Una ambulancia llegaba para ayudar al secuestrador herido por el disparo de Beckett. El resto era llevado por el coche de policía de vuelta al aeropuerto rumbo a Nueva York para ser interrogados en la comisaría 12th. Beckett, seguida por Castle, salía de aquel edificio donde Espósito y Ryan los esperaba. Ambos hablaban cuando ellos legaron a su lado, pero se callaron inmediatamente al verlos llegar.

-         -  ¿De qué hablabais? ¿Es que os ha comido la lengua el gato? – preguntó Castle haciéndose el gracioso.

Espósito se giró hacia él arqueando una ceja.

-          - Nos preguntábamos que hacia Beckett aquí – Espósito miró a la inspectora esperando una respuesta – Gates nos dijo que estarías en el hotel.

-          - Te has vuelto a poner en riesgo tú sola – le recriminó Ryan – Sabes que esto te traería muchos problemas con Gates.

-         -  Ey, hermano, no te pases, deja que se explique – le reprendió Espósito.

-          - No podía esperaros chicos, sabía que no iba a ser fácil y que me arriesgaba mucho, pero no podía saber que Castle estaba secuestrado y quedarme sin hacer nada.

-          - Pero, ¿desde cuando vosotros estáis…
-          - … juntos? – completó Espósito.

Castle y Beckett se miraron y ambos asintieron con la mirada, era inútil esconderles nada cuando ya los habían pillado juntos.

-          - Algo más de dos semanas – respondió Beckett para sorpresa de Castle que pensaría que le pediría que fuese él quien lo contase – Gates me pidió que me mantuviese alejada de Nueva York y vine en busca de él – les contó de forma abreviada.

-          - ¿Por qué no nos dijiste nada? – le preguntó Ryan a Castle.

-         -  Lo siento chicos, pero queríamos disfrutar del momento sin tener que responder todo un cuestionario como el que nos estáis haciendo ahora – se disculpó Castle.

Espósito asintió entendiendo la postura de ambos. Él había hecho lo mismo cuando en su día empezó su relación con Lanie así que no podía juzgarlos, solo querían tener intimidad para comenzar la relación sin miradas ni comentarios.

Un teléfono comenzó a sonar rompiendo la conversación.

-          - Espósito.

-          - Detective Espósito, te necesito junto al resto del equipo en Nueva York ya. ¿Tenéis a los secuestradores? - ¿Está Castle bien? – preguntó con apremio Gates.

-          - Si, señor, tenemos a los secuestradores, un coche de policía los llevarán hasta el aeropuerto de vuelta a la comisaría. Castle está bien, no le han hecho daño. Volveremos todos a Nueva York dentro de una hora.

-          - No, será mejor que por el momento, Beckett y Castle sigan allí, tenemos trabajo que hacer y ellos estarán más seguros en Vancouver. Os espero dentro de una hora en la comisaría.

Castle y Beckett lo miraban interrogantes cuando éste terminó la conversación con Gates.

-          - Tenemos que irnos – dijo mirando a Ryan – pero vosotros no podéis venir, la jefa quiere que os quedéis aquí, debe de tener algo grande entre las manos.

-          - Nos os preocupéis por nosotros chicos, esteramos bien – dijo Castle pasándole a Beckett el brazo por la cintura atrayéndola hacia él, para sorpresa de ella.

Espósito le hizo un gesto a Ryan para que se fueran y los dejaran solos. Se despidieron mientras Beckett les hacía prometer que los mantuvieran informados sobre todo lo que ocurriera.



Gates repasaba con Rob todos los datos que tenían antes de que llegase su equipo. Aunque solo era cuestión de horas que los culpables fuesen detenidos, no podía evitar sentirse nerviosa, tenía que salir todo perfecto ya que no tenían más oportunidades.

-          - Tranquilízate, Gates. Todo saldrá bien – se acercó para abrazarla y aunque a ella no le gustaban las demostraciones de afecto en el trabajo, se dejó acurrucar por sus protectores brazos, dándole la fuerza que necesitaba en ese momento.

Las puertas del ascensor se abrieron dando paso a los detectives Ryan y Espósito junto con el resto de equipo llevando tres personas arrestadas con ellos.
Con la mirada, Espósito buscó a Gates y al no verla decidió entrar en su despacho. Ésta no se había dado cuenta de la entrada en la comisaría de sus detectives, así que cuando escuchó a alguien entrar se sobresaltó y se separó inmediatamente de Rob. Al girarse comprobó que Espósito la observaba atónito y fulminaba con la mirada a su compañero, del que parecía no fiarse después de lo último que había sabido de él ya que no había tenido tiempo de explicarle que Rob era inocente.

-          - Creo que nos hizo llamara por algo urgente, señor – la tensión se podía cortar con un cuchillo – Además, tenemos a tres de los secuestradores, el cuarto está en el hospital recuperándose.

-          - Eh… sí, vamos a la sala de reuniones – dijo instándole con la mirada a Rob para que los acompañase – Lleva antes a estos tres  a la sala de interrogatorios – le apremió a Espósito.

Todos esperaban entre murmullos el momento en que Gates apareciese y les informase sobre los nuevos datos. Cuando ésta entró seguida de Rob, con Espósito y Ryan a su lado, se hizo el silencio.

-          - Tenemos nuevos datos sobre el caso de Joahnna Beckett que nos lleva hasta sus asesinos – dijo alzando la voz para ser escuchada por todos – Necesito poneros al corriente para llevar a cabo la operación dentro de unas horas – nadie dijo nada, todos permanecían en silencio, expectantes – Comenzaré desde el principio – dijo contándoles todo lo que Rob le había hecho participe días antes – El detective ha colaborado conmigo en la investigación que hemos llevado a cabo. Siguiendo sus sospechas sobre el alcalde pedí todos los informes de los casos que llevaba la abogada así como todos los archivos de lo que estaba investigando, de eso modo conseguimos llegar hasta el senador Joe Lieberman y su incursión en el narcotráfico.

-          - ¿El senador y el alcalde son narcotraficantes? Eso sería el fin de sus carreras – apuntó Ryan.

-          - Por ese motivo seguimos investigando con cautela para no levantar sospechas – intervino Rob.
-          Hemos encontrado pruebas que Joahnna Beckett tenía sobre Joe Lieberman y Daniel Williams. Se las confió a Smith porque tenía motivos para pensar que iban tras ella, no se sentía segura.

-         -  ¿Y qué pinta en todo esto Maddox? – preguntó Espósito un poco escéptico aun.

-          - Maddox es un prófugo de la ley cuyo verdadero nombre es Richard Stephen. Perdió el juicio que le llevó a la cárcel contra Donnal Sullivan por asesinato. La abogada de Donnal era Joahnna Beckett y gracias a ese caso se dio a conocer por su buen hacer. Cuando el senador y el alcalde se vieron acorralados por Joahnna decidieron lavar sus nombres a través de alguien que hiciese el trabajo sucio y ahí entra Maddox. Según sabemos, se le vio relacionándose con Daniel y Joe . Tenemos orden de arresto contra el alcalde y el senador, además de algunos narcos y políticos. Os necesito a todos en la calle ahora, llega la hora de dar caza a los fantasmas que durante tanto tiempo han estado en la sombra – dijo Gates provocando que todo el mundo se pusiese en pie a la espera de que les informase como se llevarían a cabo las detenciones.

“Alcalde y senador, dos cargos importantes en el mundo político y social, son desprestigiados bajo el nombre de aquellas dos personas que son detenidas mientras hacen sus respectivos trabajos, un trabajo del que se verán relegados tras el escándalo recogido por las cámaras de televisión.  El senador Joe Lieberman y el alcalde Daniel Williams junto con una docena de políticos así como una decena de narcotraficantes se encuentran en la comisaría 12th de Nueva York declarando contra las pruebas que los acusan de extorsión, robo con intimidación, secuestro y asesinato. La ciudad de Nueva York ajusta las cuentas pendientes con los asesinatos de la abogada Joahnna Beckett y el señor Smith, haciéndoles justicia, dándoles paz a las familias y amigos que ahora pueden vivir tranquilos.”

Castle apagó el televisor y no dejó de observar a Kate en ningún momento, quien aun seguía con la vista fija en la pantalla apagada. Él la rodeó con sus brazos y la atrajo hacia sí, intentando hacerle saber que estaba allí, que no estaba sola, que todo había pasado. Pequeñas lágrimas comenzaron a correr por la mejilla de Beckett, incapaz de contenerse. Castle, callado, le daba espacio para que se desahogara sin presionarla, dejando que pasara por aquel camino duro entre sus brazos. Se acurrucó en su pecho y dejó que sus lágrimas brotaran como un inmenso océano mientras las manos de Castle la acariciaban dulcemente. Poco a poco se fue calmando y levantó la vista hacia el hombre que no se había separado de su lado durante algo más de cuatro años.

-          - ¿Estás mejor? – le preguntó dándole un tierno beso en la frente.

-          - Sí, gracias por estar conmigo y darme espacio, Rick.

-          - Siempre – le respondió mientras ella enterraba su rostro en el pecho de su escritor.

Pasaron unos minutos así, acurrucados, sin decir nada, disfrutando del momento bajo la tranquilidad y la seguridad de tenerse el uno al otro. Con los ojos cerrados, respirando el embriagador aroma a Richard Castle, se sentía protegida como nunca antes se había sentido, era todo cuanto necesitaba en su vida, el motor sobre el que giraba su día a día, el motivo de su felicidad, ahora sabía que su vida era él y que no quería otra cosa que no fuera sentirse entre sus brazos.

-          - Tuve mucho miedo de perderte – dijo rompiendo aquel maravilloso silencio, incorporándose aun abrazada por él, para encontrarse con esos ojos azules en lo que tanto le gustaba perderse – Tenía la sensación de que iban tras de mí y que no tendrían piedad contigo si estaba relacionado con el caso de mi madre. Me sentía perdida,  ahora entiendo tus palabras aquel día que te apartaste del caso de mi madre y te viniste hasta aquí, ahora sé cuanto duele ver a alguien que quiere en peligro sin poder hacer nada – los labios de Castle la hicieron callar en un beso lleno de ternura.

-          - Ya no tienes de que preocuparte cariño. Gates y los chicos han hecho un gran trabajo. Ahora que se sabe que tanto Maddox como esos cuatro hombres trabajaban para el alcalde, y que éste estaba amenazado por el senador para que nada del mundo en el que ambos se movían saliera a la luz, les espera una larga temporada entre rejas.

-         -  Pensaba que me sentiría mejor cuando diera con el asesino de mi madre pero no es así.

-          - El dolor es algo que siempre te acompañará, Kate – le dijo mientras apartaba algunos mechones de su rostro – pero pasará, ahora ya puedes vivir tranquila, aprenderás a hacerlo, yo estaré contigo.

Volvieron a quedarse en silencio, acurrucados. Kate reposaba su cabeza en el pecho de su escritor rodeada por los brazos de él. Esta vez fue él quien comenzó a hablar.

-          - ¿Qué te parece si nos tomamos unos días de descanso antes de volver a Nueva York? Por Gates no creo que haya ningún problema, entenderá que quieras descansar antes de volver al trabajo duro, y yo ya he terminado mis entrevistas. Le diré a Samantha que vuelva a Nueva York y así podemos disfrutar tú y yo de unos días para nosotros solos.

-          - ¿Me estás haciendo una proposición indecente? -  preguntó arqueando una ceja.

-          - Depende de lo que considere por indecente, inspectora – Kate se fijo en que sus ojos se había oscurecido fruto de la lujuria y pasión deseada.

No sabía en que momento aquella conversación se había tornado a ese punto de pasión desenfrenada y no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro.

-          - Te quiero, Rick.

-          - Y yo a ti, Kate – le dijo acercándose a sus labios, buscándolos como si hiciese años que no los probaba.

Ambos se dejaban querer disfrutando de un nuevo día, una nueva vida para los dos alejados del miedo y el dolor, donde podrían compartir sus vidas, su día a día, su amor.