Un bullicio
ensordecedor se apoderaba de la 12th con los primeros rayos del sol. Gates
vigilaba de cerca el trabajo de su equipo mientras conversaba con Rob en su
despacho tras la presentación oficial realizada minutos antes.
- - Rob, no hubiese movido cielo y tierra para encontrarte si
esto no fuera importante. Ya no es importante para mí a nivel personal, como te
dije esto afecta a mi mejor inspectora y necesito acabar ya con ello – sabía
que él la estaba estudiando como solía hacer siempre en busca de algo que
reflejara sus sentimientos, pero había aprendido con los años a ser un bloque
de hielo al que parece que no le afecta nada, para que le fuese más fácil su
trabajo, un trabajo que aunque muchos consideraban un pasatiempo para ella era
un arduo trabajo solo capaz de ser realizado por vocación. Hizo una pausa antes
de continuar para ver la reacción de Rob y entonces este asintió - ¿Recuerdas
cuando comenzamos con el caso de Joahnna y apareció el nombre de Maddox?
- - Sí, recuerdo que sabíamos que de alguna forma estaba
conectado con su muerte pero no lográbamos avanzar y descubrir esa conexión.
- - Pero ahora tenemos más datos. La inspectora Kate Beckett tuvo
una fuerte pelea con él, fue el causante de que quedará en coma. Hemos podido
saber que solo es una simple marioneta movida por alguien que, por lo que
imaginamos tras las palabras que intercambió con Beckett, tiene un papel
importante en la sociedad neoyorkina.
Un Espósito
visiblemente afectado entró en el despacho de Gates sin pedir permiso
interrumpiendo la conversación. No podía esperar, se sentía el corazón
queriéndose salir y su respiración entrecortada.
- - Señor, tenemos una víctima de asesinato – fue capaz de decir
a duras penas.
- - Detective, ¿cree que es necesario interrumpirme para decirme
que en la ciudad de Nueva York ha habido un nuevo asesinato del que debemos
ocuparnos? Haga su trabajo y deje de molestar.
- - Señor, esto es importante. Se trata de Castle y con él, de
Beckett.
- - ¡Explíquese! – le dio la espalda a Rob poniéndose frente a
Espósito haciéndole entender que era toda oídos.
- - Cuando ha llegado la policía forense a la zona del crimen
encontraron junto a él la documentación; se trata de Smith. La policía ha
estado analizando sus efectos personales y en su teléfono móvil han encontrado
el número de teléfono de Castle. Señor, no sé que clase de relación tenía
Castle con Smith pero si nosotros lo hemos relacionado, los que andan tras
Beckett no tardaron mucho en hacerlo también.
Rob, que había
permanecido en un segundo plano, apareció junto a Gates y para sorpresa de
Espósito, le pasó el brazo por encima de los hombros.
- - Pongámonos en marcha Gates, vamos a darle caza a esos
cabrones.
Espósito sonrió ante
ese gesto y sus palabras. “Me gusta este tío, será divertido trabajar con él”.
Ajenos a todo,
Beckett ayudaba a Castle a elegir la ropa para su entrevista entre miradas
cómplices y risas. Castle le había dejado que fuese ella quien decidiese su
vestuario así eligió la camisa azul que tanto le gustaba y que hacía juego con
sus ojos y lo completó con unos
pantalones blancos que resaltaba su moreno adquirido durante los días en
Vancouver.
- - Mmmm, no sé si podré aguantarme sin besarte – le abrochó el
último botón de la camisa y tirando de él hacia ella se acercó a sus labios
rozándolos suavemente antes de probarlos.
Hacía algo más de un
año que había lo había besado por primera vez y ahora no entendía como se había
podido resistir a sus besos tanto tiempo. Su besos dulces, tiernos, llenos de
deseo, de pasión, la desarmaba, la llevaba a la locura entregándose
completamente a ellos, comprendiendo que no había nada en el mundo que le
importase más que él. Se había acostumbrado a sus besos y ahora siempre le
sabía a poco, quería más.
Con la respiración
entrecortada, Castle separó sus labios de los de ella.
- - ¿Me lo vas a poner difícil hasta el último momento, Kate?
- - ¿Es que pensabas lo contrario? – una pícara sonrisa apareció
en sus labios, los cuales Castle no pudo evitar besar con urgencia.
- - Vamos, tenemos que irnos – le dijo casi en un susurro
entrelazando su mano a la de ella – No creo que Samantha quiera que le hagamos
esperar.
Beckett lo miró
sorprendida, había creído que Castle no querría tener problemas con su agente y
que, al ser ella uno de los motivos de su enfado esa mañana, no querría que le
acompañase, sin embargo allí estaba, ofreciéndole formar parte de su vida sin
importarle lo que los demás pudiesen pensar o sentir. Sus mejillas comenzaron a
tornarse del rosado al rojizo y agradeció que Castle no estuviese mirándola. Él
se dirigió hasta la cama donde tenía su chaqueta blanca mientras seguía con su
mano entrelazada a la de ella.
- - No te la pongas, estás mejor sin ella – le dijo tirando de él
para que quedase frente a ella, manteniendo sus miradas, perdiéndose en ellas.
- - Te he dejado elegir así que haré lo que me dices.
- - Así será más fácil desnudarte con la mirada – creyó decir
para si misma pero cuando vio la cara de sorpresa de Castle se dio cuente de
que no había sido así y volvió a ruborizarse, separándose unos centímetros de
él.
- - ¿Sabe lo que acaba de decir inspectora? Me parece que este
juego se está volviendo peligroso – le dijo divertido antes de salir corriendo
tras ella por la habitación, alcanzándola junto a la cama donde sus labios
volvieron a encontrarse.
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