sábado, 27 de octubre de 2012

SECRET SANTA: 1ª parte


La suave brisa que colaba por la venta me despertó y un día más, sus protectores brazos me acurrucaban dándome calor. Aunque Alexis estaba en la universidad y Martha nos daba nuestro espacio, yo sentía que podía tener más intimidad en mi casa, en la que acordamos quedarnos hasta el fin de semana cuando nos íbamos a la suya. Cada día que pasa no dejo de maravillarme de lo gratificante que es despertar a su lado. Me giro entre sus brazos para poder contemplarlo mientras duerme, parece un niño pequeño con esa sonrisa traviesa que se le dibuja en la cara. Sin poderme resistir, beso suavemente sus labios sin despertarlo y safándome de sus brazos, me levanto muy despacio. La casa está en un completo y envolvente silencio, Nueva York aun duerme pero yo tengo obligaciones que atender. Empiezo a preparar el desayuno y mientras hago el café sus brazos me rodean por la espalda. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y él aprovecha para darme pequeños besos por mi cuello.

- Te echaba de menos - me susurra al oído - ¿Qué haces tan pronto levantada? Es muy temprano, volvamos a la cama.



- No puedo Castle - me giro quedándome frente a él, atrapada por sus brazos - Tenemos mucho trabajo en la comisaría, parece que las fiestas navideñas no dan tregua y que los asesinatos se incrementan, supongo que la crispación por la crisis se hace aun más patente en estas fechas y la violencia aumenta. Tengo mucho papeleo que arreglar antes de la noche de navidad y no me vendría mal una ayudita - le dije seductoramente antes de separarme de él contoneándome hasta la cafetera donde comencé a preparar el café para ambos.

- Tengo que terminar mi libro, ya sabes lo impaciente que está Gina últimamente y no quiero darle motivos para que se enfade - se acercó a mi quedándose a buena distancia viendo como me desenvolvía en la cocina.

Al ver que tenía dos tazas con café, tendió su mano para que le diera uno.

- Antes quiero mi beso de buenos días.

- ¿Y qué hay del mio? - se quejó.

- Ya te lo di, pero estabas tan dormido que no te diste cuenta.

- Eso no vale inspectora - se acercó a mi rodeándome por la cintura - ¿Si te doy un beso me dejarás sorprenderte la noche de navidad?

- ¿Me estás chantajeando, Rick?

Él se quedó mirándome fijamente, era la primera vez que lo llamaba por su nombre y sabía que eso lo sorprendería. Un motivo perfecto para hacer que olvidase su idea, quería ser yo quien lo sorprendiese por navidad.

- Es la primera vez que me llamas por mi nombre - me dijo con una sonrisa atrayéndome más hacia él.

¿Y no te gusta? - le dije mordiéndome el labio.

- Sí, pero eso no hará que olvide lo que te he dicho – mordió suavemente mi labio inferior antes de besarme, un beso lleno de pasión que fue tornándose lujurioso en una fracción de segundo.

Con la respiración entrecortada nos separamos sin dejar de mirarnos con la pasión que se había encendido entre nosotros.
Debo volver al trabajo – él asintió sin alejarse de mi con sus brazos rodeándome aun por la espalda – No me lo pongas difícil. Te prometo que estaré pronto en tu casa – le dije antes de besarlo dulcemente.
De repente mi teléfono comenzó a sonar rompiendo la magia que se había creado.
¿Qué ocurre Lanie?
Tenemos un nuevo asesinato.
- Toda una novedad – una risa se me escapó debido a los besos que Castle me daba por el cuello provocándome un gran cosquilleo .
- ¿Qué te hace tanta gracia? - su voz sesó y cuando volvió de nuevo casi me atraganto – Claro, como no lo he pensado antes, ¡estás con tu novio! Chica, me tienes muy poco informada, te recuerdo que soy tu amiga y debo saberlo todo. Dime, ¿quién es? ¿cómo lo conociste? Quiero saberlo todo.
- Respira Lanie – intentaba conseguir tiempo para salir de aquel lío en el que me había metido – Te voy a matar Castle – dije tapando el auricular y dirigiéndome a él que se encogió de hombros como si quisiera decirme que él no tiene la culpa – Te prometo que te lo contaré todo, pero ahora no – le dije intentando salir del paso – Por favor, háblame del asesinato.
- Kate Beckett, ¿qué parte de todo no entendiste?
- Lanie, por favor, que lo tengo a mi lado y no quiero hablar de él teniéndolo delante – dije excusándome.
- Está bien, pero de hoy no pasa – la escuché maldecir algo ininteligible a mis oídos – Será mejor que vengas al lugar del crimen para verlo tú misma, y llama al chico escritor, éste asesinato es de los que a él les gusta.
- Solo iré yo, Castle tiene mucho trabajo atrasado y me dijo ayer que estos días se lo pasaría escribiendo. Mándame la dirección y nos vemos allí – dije dando por terminada la conversación.


Castle se alejó de mí sabiendo lo que le esperaba.

¿Se puede saber en que pensabas, Castle? Casi nos pilla y todo porque no te puedes estar quiero. Ahora me tocará soportar sus preguntas durante todo el día. Ésta me la pagas – le dije intentado no sonreír ante su cara de suplica para que no fuese dura con él, pero no pude evitar que se me escapara una sonrisa, gesto que hizo que él suspirara de alivio y se acercara a mi rodeándome por la cintura.

¿No crees que ha llegado el momento de que todos lo sepan? Son nuestros amigos, acabarán enterándose y ya sabes como son, no creo que sean muy benévolos con nosotros habiéndoles ocultado nuestra relación durante meses. Ya Ryan se cobra un presupuesto por mantener la boca cerrada. ¿Quieres saber cuánto me está costando? Y eso es solo Ryan, imagínate si se llegasen a enterar Espósito y Lanie. De esa no salimos vivos.
Castle, te recuerdo que las normas de la comisaría son bien estrictas y no nos permiten mantener relaciones con otros compañeros. Ya sé que tú no cobras de la comisaría y por tanto no se aplicaría en nuestro caso, pero aun así colaboras con nosotros y hacer pública nuestra relación nos traería igualmente problemas. Y ahora me tengo que ir o me tocará volverme a excusar con Lanie .

Me dirigí hacia la puerta de mi casa seguida por él, me rodeó con sus brazos por la cintura haciéndome girar para quedar frente a él y darme un beso de despedida.
Recogeré las cosas del desayuno y me iré a mi casa a seguir con el libro. Te veo esta noche en mi casa, cariño. Te extrañaré.
- Y yo a ti, Rick, pero nos veremos esta noche.



Lanie estudiaba con detenimiento el cadáver aparecido en el tejado de una de las casas más lujosas del conocido y prestigioso barrio de Upper East Side. Subí las escaleras que habían colocado junto a la fachada de la casa para llegar al tejado y unirme al resto del equipo que trabajaba en la escena del crimen. La doctora Parish, concentrada en su trabajo, no se dio cuenta de mi presencia y al oír mi voz se sobresaltó.

- ¿Qué ha ocurrido aquí, Lanie?

-Por fin te dignas a aparecer, ese nuevo novio tuyo te absorbe demasiado. Me pregunto que pensará Castle al respecto.

- ¿Qué tiene que ver Castle en todo esto? Además, tenemos un asesinato en el que centrarnos.

- Tiene que ver y mucho. Castle lleva tras de ti como tu perrito faldero cuatro años y me pregunto que opinará él de tu chico. Tendré que preguntárselo – dijo pensativa – Respecto al asesinato – sabía que iba a converserla de dejar a Castle al margen de mi vida privada así que me cortó antes de que empezace – la familia Hershberger fue a encender la chimenea y se dieron cuenta que estaba obstruida. El señor Hershberger subió al tejado para ver que ocurría y se encontró con este hombre vestido de Santa Claus con medio cuerpo en la boca de la chimenea. Tenía un cartel con el nombre de Kris Kringle, pero algo me dice que ese no es su nombre real. Le están tomando declaración – dijo señalándome hacia abajo donde un hombre de mediana edad, esbelto y con apariencia de no tener más de 40 años respondía las preguntas del agente.

- ¿Sabemos la causa de la muerte?

- Presenta un orificio de bala de 12 mm en la parte posterior del cráneo, que parece ser la principal causa de la muerte. Sabré más cuando lo lleva al laboratorio. El cuerpo está aun caliente así que calculo que lo asesinaron hace cuatro horas, con lo cual la hora de la muerte se sitúa en torno a las dos de la madrugada.
Gracias Lanie, nos veremos en la comisaría.
Espera Kate – sabía que se avecinaba una tormenta y mi cuerpo se quedó paralizado – Los chicos y yo vamos a celebrar juntos la navidad, ¿por qué no te vienes con nosotros y te traes a tu novio? Así lo podemos conocer.

Justo lo que me faltaba, sabía que no podía librarme de ella, no dejaría de insistir para que fuese a cenar con ellos y con mi novio. No sabía como salir de aquel lío en el que me había metido así que le dije lo primero que se me ocurrió.

- Mi novio tiene un viaje de negocios, ésta mañana se estaba despidiendo de mi cuando me llamaste. Estará una semana en California así que no podrá estar, pero yo acepto tu invitación – esperaba haberla convencido aunque por su cara supe que no.

- Sé que me ocultas algo pero lo averiguaré, Kate.

- No oculto nada y ahora, si me disculpas, tengo trabajo que hacer.

Bajé las escaleras sintiendo su mirada en mi espalda. En suelo firme pude respirar tranquila, de momento estaba salvada. Ahora me tocaba hablar con Castle, ya que él había tenido la culpa del lío en el que estaba metida, le tocaría pasar la noche con los chicos, nada de día especial para los dos.

- Detective, ¿tan irresistible soy que no puedes aguantar sin mi ni una hora?

- No tiene gracia Castle, en menudo lío me he metido por tu culpa, pero tú lo vas a pagar, nada de plan romántico esta noche, nos toca cenar con los chicos.

- Justamente de eso quería hablar contigo, Kate.

- ¿Es que acaso piensas dejarme sola?

- No, no es eso. Acaba de llamarme Alexis, ella y mi madre quieren que cenemos con ellas, dicen que quieren aprovechar para pasar unas navidades contigo ahora que formas parte de la familia. Puedes decirle a los chicos que los invito a pasar la noche de navidad en mi casa, así podremos estar juntos aunque no estemos solos.

- Esto no era como pensaba que sería nuestra primera navidad juntos... Como esto salga mal será culpa tuya y me las pagaras.

- ¿Ah sí, detective? ¿Y cómo exactamente?

Ahí estaba otra vez ese Castle juguetón que me hacía sonreír.

- Umm... no sé, tendré que pensar un castigo. Esta noche te lo digo – pude escuchar como tragaba sonoramente y eso me hizo reí – Debo volver al trabajo, encárgate de los preparativos y si te portas bien ésta noche te daré tu regalo.

- Me dejas expectante Kate, espero con ansias que llegue esta noche. Hasta las ocho cariño.

- Nos vemos en tu casa, Rick.

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