La
suave brisa que colaba por la venta me despertó y un día más, sus
protectores brazos me acurrucaban dándome calor. Aunque Alexis
estaba en la universidad y Martha nos daba nuestro espacio, yo sentía
que podía tener más intimidad en mi casa, en la que acordamos
quedarnos hasta el fin de semana cuando nos íbamos a la suya. Cada
día que pasa no dejo de maravillarme de lo gratificante que es
despertar a su lado. Me giro entre sus brazos para poder contemplarlo
mientras duerme, parece un niño pequeño con esa sonrisa traviesa
que se le dibuja en la cara. Sin poderme resistir, beso suavemente
sus labios sin despertarlo y safándome de sus brazos, me levanto muy
despacio. La casa está en un completo y envolvente silencio, Nueva
York aun duerme pero yo tengo obligaciones que atender. Empiezo a
preparar el desayuno y mientras hago el café sus brazos me rodean
por la espalda. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y él aprovecha para
darme pequeños besos por mi cuello.
-
Te echaba de menos - me susurra al oído - ¿Qué haces tan pronto
levantada? Es muy temprano, volvamos a la cama.
-
No puedo Castle - me giro quedándome frente a él, atrapada por sus
brazos - Tenemos mucho trabajo en la comisaría, parece que las
fiestas navideñas no dan tregua y que los asesinatos se incrementan,
supongo que la crispación por la crisis se hace aun más patente en
estas fechas y la violencia aumenta. Tengo mucho papeleo que arreglar
antes de la noche de navidad y no me vendría mal una ayudita - le
dije seductoramente antes de separarme de él contoneándome hasta la
cafetera donde comencé a preparar el café para ambos.
-
Tengo que terminar mi libro, ya sabes lo impaciente que está Gina
últimamente y no quiero darle motivos para que se enfade - se acercó
a mi quedándose a buena distancia viendo como me desenvolvía en la
cocina.
Al
ver que tenía dos tazas con café, tendió su mano para que le diera
uno.
-
Antes quiero mi beso de buenos días.
-
¿Y qué hay del mio? - se quejó.
-
Ya te lo di, pero estabas tan dormido que no te diste cuenta.
-
Eso no vale inspectora - se acercó a mi rodeándome por la cintura -
¿Si te doy un beso me dejarás sorprenderte la noche de navidad?
- ¿Me
estás chantajeando, Rick?
Él
se quedó mirándome fijamente, era la primera vez que lo llamaba por
su nombre y sabía que eso lo sorprendería. Un motivo perfecto para
hacer que olvidase su idea, quería ser yo quien lo sorprendiese por
navidad.
-
Es la primera vez que me llamas por mi nombre - me dijo con una
sonrisa atrayéndome más hacia él.
- ¿Y
no te gusta? - le dije mordiéndome el labio.
- Sí,
pero eso no hará que olvide lo que te he dicho – mordió
suavemente mi labio inferior antes de besarme, un beso lleno de
pasión que fue tornándose lujurioso en una fracción de segundo.
Con
la respiración entrecortada nos separamos sin dejar de mirarnos con
la pasión que se había encendido entre nosotros.
- Debo
volver al trabajo – él asintió sin alejarse de mi con sus brazos
rodeándome aun por la espalda – No me lo pongas difícil. Te
prometo que estaré pronto en tu casa – le dije antes de besarlo
dulcemente.
De
repente mi teléfono comenzó a sonar rompiendo la magia que se había
creado.
- ¿Qué
ocurre Lanie?
- Tenemos
un nuevo asesinato.
- Toda
una novedad – una risa se me escapó debido a los besos que Castle
me daba por el cuello provocándome un gran cosquilleo .
- ¿Qué
te hace tanta gracia? - su voz sesó y cuando volvió de nuevo casi
me atraganto – Claro, como no lo he pensado antes, ¡estás con tu
novio! Chica, me tienes muy poco informada, te recuerdo que soy tu
amiga y debo saberlo todo. Dime, ¿quién es? ¿cómo lo conociste?
Quiero saberlo todo.
- Respira
Lanie – intentaba conseguir tiempo para salir de aquel lío en el
que me había metido – Te voy a matar Castle – dije tapando el
auricular y dirigiéndome a él que se encogió de hombros como si
quisiera decirme que él no tiene la culpa – Te prometo que te lo
contaré todo, pero ahora no – le dije intentando salir del paso –
Por favor, háblame del asesinato.
- Kate
Beckett, ¿qué parte de todo no entendiste?
- Lanie,
por favor, que lo tengo a mi lado y no quiero hablar de él
teniéndolo delante – dije excusándome.
- Está
bien, pero de hoy no pasa – la escuché maldecir algo
ininteligible a mis oídos – Será mejor que vengas al lugar del
crimen para verlo tú misma, y llama al chico escritor, éste
asesinato es de los que a él les gusta.
- Solo
iré yo, Castle tiene mucho trabajo atrasado y me dijo ayer que estos
días se lo pasaría escribiendo. Mándame la dirección y nos vemos
allí – dije dando por terminada la conversación.
Castle
se alejó de mí sabiendo lo que le esperaba.
- ¿Se
puede saber en que pensabas, Castle? Casi nos pilla y todo porque no
te puedes estar quiero. Ahora me tocará soportar sus preguntas
durante todo el día. Ésta me la pagas – le dije intentado no
sonreír ante su cara de suplica para que no fuese dura con él,
pero no pude evitar que se me escapara una sonrisa, gesto que hizo
que él suspirara de alivio y se acercara a mi rodeándome por la
cintura.
- ¿No
crees que ha llegado el momento de que todos lo sepan? Son nuestros
amigos, acabarán enterándose y ya sabes como son, no creo que sean
muy benévolos con nosotros habiéndoles ocultado nuestra relación
durante meses. Ya Ryan se cobra un presupuesto por mantener la boca
cerrada. ¿Quieres saber cuánto me está costando? Y eso es solo
Ryan, imagínate si se llegasen a enterar Espósito y Lanie. De esa
no salimos vivos.
Castle,
te recuerdo que las normas de la comisaría son bien estrictas y no
nos permiten mantener relaciones con otros compañeros. Ya sé que tú
no cobras de la comisaría y por tanto no se aplicaría en nuestro
caso, pero aun así colaboras con nosotros y hacer pública nuestra
relación nos traería igualmente problemas. Y ahora me tengo que ir
o me tocará volverme a excusar con Lanie .
Me dirigí
hacia la puerta de mi casa seguida por él, me rodeó con sus brazos
por la cintura haciéndome girar para quedar frente a él y darme un
beso de despedida.
- Recogeré
las cosas del desayuno y me iré a mi casa a seguir con el libro. Te
veo esta noche en mi casa, cariño. Te extrañaré.
- Y
yo a ti, Rick, pero nos veremos esta noche.
Lanie
estudiaba con detenimiento el cadáver aparecido en el tejado de una
de las casas más lujosas del conocido y prestigioso barrio de Upper
East Side. Subí las escaleras que habían colocado junto a la
fachada de la casa para llegar al tejado y unirme al resto del equipo
que trabajaba en la escena del crimen. La doctora Parish, concentrada
en su trabajo, no se dio cuenta de mi presencia y al oír mi voz se
sobresaltó.
- ¿Qué
ha ocurrido aquí, Lanie?
-Por
fin te dignas a aparecer, ese nuevo novio tuyo te absorbe demasiado.
Me pregunto que pensará Castle al respecto.
- ¿Qué
tiene que ver Castle en todo esto? Además, tenemos un asesinato en
el que centrarnos.
- Tiene
que ver y mucho. Castle lleva tras de ti como tu perrito faldero
cuatro años y me pregunto que opinará él de tu chico. Tendré que
preguntárselo – dijo pensativa – Respecto al asesinato –
sabía que iba a converserla de dejar a Castle al margen de mi vida
privada así que me cortó antes de que empezace – la familia
Hershberger fue a encender la chimenea y se dieron cuenta que estaba
obstruida. El señor Hershberger subió al tejado para ver que
ocurría y se encontró con este hombre vestido de Santa Claus con
medio cuerpo en la boca de la chimenea. Tenía un cartel con el
nombre de Kris Kringle, pero algo me dice que ese no es su nombre
real. Le están tomando declaración – dijo señalándome hacia
abajo donde un hombre de mediana edad, esbelto y con apariencia de
no tener más de 40 años respondía las preguntas del agente.
- ¿Sabemos
la causa de la muerte?
- Presenta
un orificio de bala de 12 mm en la parte posterior del cráneo, que
parece ser la principal causa de la muerte. Sabré más cuando lo
lleva al laboratorio. El cuerpo está aun caliente así que calculo
que lo asesinaron hace cuatro horas, con lo cual la hora de la
muerte se sitúa en torno a las dos de la madrugada.
Gracias
Lanie, nos veremos en la comisaría.
Espera
Kate – sabía que se avecinaba una tormenta y mi cuerpo se quedó
paralizado – Los chicos y yo vamos a celebrar juntos la navidad,
¿por qué no te vienes con nosotros y te traes a tu novio? Así lo
podemos conocer.
Justo
lo que me faltaba, sabía que no podía librarme de ella, no dejaría
de insistir para que fuese a cenar con ellos y con mi novio. No sabía
como salir de aquel lío en el que me había metido así que le dije
lo primero que se me ocurrió.
- Mi
novio tiene un viaje de negocios, ésta mañana se estaba
despidiendo de mi cuando me llamaste. Estará una semana en
California así que no podrá estar, pero yo acepto tu invitación –
esperaba haberla convencido aunque por su cara supe que no.
- Sé
que me ocultas algo pero lo averiguaré, Kate.
- No
oculto nada y ahora, si me disculpas, tengo trabajo que hacer.
Bajé
las escaleras sintiendo su mirada en mi espalda. En suelo firme pude
respirar tranquila, de momento estaba salvada. Ahora me tocaba hablar
con Castle, ya que él había tenido la culpa del lío en el que
estaba metida, le tocaría pasar la noche con los chicos, nada de día
especial para los dos.
- Detective,
¿tan irresistible soy que no puedes aguantar sin mi ni una hora?
- No
tiene gracia Castle, en menudo lío me he metido por tu culpa, pero
tú lo vas a pagar, nada de plan romántico esta noche, nos toca
cenar con los chicos.
- Justamente
de eso quería hablar contigo, Kate.
- ¿Es
que acaso piensas dejarme sola?
- No,
no es eso. Acaba de llamarme Alexis, ella y mi madre quieren que
cenemos con ellas, dicen que quieren aprovechar para pasar unas
navidades contigo ahora que formas parte de la familia. Puedes
decirle a los chicos que los invito a pasar la noche de navidad en mi
casa, así podremos estar juntos aunque no estemos solos.
- Esto
no era como pensaba que sería nuestra primera navidad juntos... Como
esto salga mal será culpa tuya y me las pagaras.
- ¿Ah
sí, detective? ¿Y cómo exactamente?
Ahí
estaba otra vez ese Castle juguetón que me hacía sonreír.
- Umm...
no sé, tendré que pensar un castigo. Esta noche te lo digo –
pude escuchar como tragaba sonoramente y eso me hizo reí – Debo
volver al trabajo, encárgate de los preparativos y si te portas
bien ésta noche te daré tu regalo.
- Me
dejas expectante Kate, espero con ansias que llegue esta noche. Hasta
las ocho cariño.
- Nos
vemos en tu casa, Rick.
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